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Cuatro grandes errores que han condicionado al trasvase y al Mar Menor

Sobre el blog

José Luis Hervás Martín
Ha sido director general, consejero delegado y presidente de empresas de agua. Exprofesor de la Universidad de Alicante. Autor del libro: "UNA VISIÓN GLOBAL DEL AGUA, explicada para todos" publicado en la editorial DIEGO MARÍN.

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  • Cuatro grandes errores que han condicionado al trasvase y al Mar Menor

La idea de trasvasar agua desde el río Tajo, excedentario siempre, visto en su conjunto, vio la luz en 1979. Un proyecto como este no debió contener errores, pero los tiene.

El primer error fue elegir la zona de inicio del trasvase. No fue una buena decisión escoger los embalses del Alto Tajo. Se evaluó que los trasvases anuales llegarían a 1.000 Hm3. La media hasta hoy ha sido de 200. Mal cálculo, que ha traído todos estos problemas. Si el inicio se hubiese realizado en el Tajo Medio, no solo habría llegado más agua, sino que además se hubiesen resuelto todos los problemas de agua de riego y de abastecimiento de Castilla-La Mancha, por lo que no existirían problemas entre ambas comunidades. No tengan la tentación de pensar que ha sido el cambio climático, que no lo ha sido. Hay datos suficientes para aseverarlo. La razón es que la cabecera de la cuenca del Tajo es demasiado pequeña.

El segundo error fue no contar con el asesoramiento hidrogeológico necesario. Así, las obras del túnel del Talave se retrasaron al encontrarse un acuífero con agua a cierta presión, lo que paralizó las obras innecesariamente varias veces e incrementó los costes.

El tercer error es que no consideraron que el agua trasvasada estaría destinada no solo al regadío, sino también al abastecimiento. Así que ambas aguas viajan juntas a través de canales abiertos hasta el río Mundo, afluente del Segura. A partir de este punto, las aguas discurren junto a las propias del río, en una zona extraordinariamente rica en yesos y sales, por lo que toda el agua, de riego y de beber se enriquecen sobremanera de sulfatos, calcio, cloruros, sodio y magnesio. Las sales contenidas en el agua del trasvase, desde el río Mundo se multiplican por cuatro o seis veces cuando llegan a su destino final, convirtiéndolas en no potables en alguna ocasión. Una parte de los nitratos que llegan al Mar Menor proceden ya del agua del trasvase una vez aportados por la agricultura ligada a todo el río Segura.

Nadie ha advertido a los agricultores que se encuentran encima del área de alimentación de un acuífero que drena en el Mar Menor

El cuarto error fue no crear un procedimiento especial para regar en las zonas asentadas en la superficie del área de alimentación de un acuífero. Ya que parte del agua utilizada para riego, como también los excesos de abonos y herbicidas aportados a las plantas se infiltran en los acuíferos, se hubiera necesitado que los autores del trasvase hubieran diferenciado claramente las zonas permeables de las zonas no permeables. En ambos casos se debería de haber creado un procedimiento muy claro de cómo regar, qué productos y qué cantidad utilizar. No haberlo hecho ha ayudado enormemente a la contaminación del Mar Menor.

Es obvio que la agricultura del Mar Menor ha hecho posible la infiltración de nitratos en el acuífero. Pero nadie ha advertido a los agricultores que se encuentran encima del área de alimentación de un acuífero que drena en el Mar Menor. Esto obliga a crear una Ley de Ordenación de Usos del Área de Alimentación del Acuífero.

El trasvase era y es necesario. Por si no lo conocen, constan en los registros oficiales de los ayuntamientos de Elche, Alicante, Murcia, Lorca y Cartagena, numerosas peticiones desde 1420 para que llegaran aguas desde Júcar, Tajo, Ebro y Guadalquivir. 559 años más tarde llegó el agua. No crean que la idea del trasvase nació en el siglo pasado.

Si al actual gobierno se le ocurriera disminuir o incluso cerrar el trasvase con la excusa de la mala situación del Mar Menor, les recomiendo que una medida en contra, siempre debe llevar otra medida a favor. Si el objetivo son desaladoras, deben pensar a la vez en un precio muy disminuido de la energía eléctrica, basado en una Ley de Singularidad. El Sureste español es la zona más árida de toda Europa.

Dos grandes desaladoras, energías fotovoltáicas y almacenamiento del agua desalada en acuíferos, con remineralización en estos, podrían ayudar a encontrar una alternativa, pero siempre con un precio adecuado de la energía.