El agua no solo es esencial para la vida, sino también para alcanzar el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe (ALC). Sin embargo, los esfuerzos de nuestros países todavía son insuficientes y, en la región, 2 de cada 10 personas no tienen acceso a agua potable gestionada de forma segura y 5 de cada 10 no cuentan con saneamiento gestionado de forma segura. Esto refleja desigualdades estructurales, donde el quintil de ingresos más bajo tiene un acceso al agua potable un 25% menor que el quintil de ingresos más alto y puede pagar proporcionalmente hasta el doble de su gasto familiar por los servicios de agua y saneamiento que el quintil más rico.
ALC necesita acelerar las inversiones requeridas para la provisión, mantenimiento y operación de infraestructura que cierren las brechas de acceso. Al respecto, la CEPAL ha estimado que para universalizar la cobertura de agua y saneamiento manejados de forma segura hacia el 2030, los países deberían invertir anualmente el 1,3% de su PIB durante 10 años, lo que generaría 3,8 millones de empleos verdes anuales e incrementaría el valor agregado bruto en un 1,6%.
El agua es también crucial para el transporte y el comercio internacional, como lo demuestran los desafíos enfrentados en el Canal de Panamá, la reducción del 50% en la capacidad de transporte del Río Amazonas durante los meses más secos de 2023, y la situación crítica del Río Paraná, que ha llevado a muchos exportadores de esta zona a recurrir al transporte terrestre, generando cinco veces más emisiones que el transporte fluvial.
"ALC enfrenta grandes desafíos sobre el agua, pero también tiene la oportunidad de impulsar soluciones para un futuro más sostenible"
Otro problema importante son los desastres relacionados con el agua. En las últimas tres décadas, estos han representado el 88% de todos los eventos, correspondiendo el 77% del costo económico incurrido y el 89% de las personas afectadas por desastres en nuestra región.
Por otro lado, globalmente es reconocido que las aguas residuales son una amenaza creciente para la salud y el ambiente y generan casi tantas emisiones de gases de efecto invernadero como la industria de la aviación. Sin embargo, las aguas residuales tratadas bajo enfoque de economía circular serían un recurso muy importante, proporcionando energía, suministrando más de 10 veces el agua provista por la actual capacidad global de desalinización y compensando más del 10% del uso mundial de fertilizantes. En CEPAL hemos estimado que es rentable invertir en sistemas circulares de tratamiento de aguas residuales y recuperar metano para generación de energía y autoconsumo en municipalidades de tamaño pequeño y medio, con un beneficio de 1,34 dólares por cada dólar invertido.
La búsqueda de soluciones a los problemas mencionados, entre otros, ocupó las ocho sesiones de la IV Edición de los Diálogos Regionales del Agua para América Latina y el Caribe, realizada en marzo de 2024 en Costa Rica, donde se consideró el enfoque técnico-financiero, las necesidades de colaboración entre actores y la modernización normativa e institucional. La CEPAL organiza anualmente estos Diálogos para compartir experiencias y proponer acciones concretas, que refuercen los compromisos adquiridos a nivel regional y global para garantizar la disponibilidad de agua y saneamiento para todos. En particular, se busca impulsar la Agenda Regional de Acción por el Agua que los países adoptaron en 2023 y que establece una hoja de ruta colaborativa para relevar lecciones aprendidas en torno a la consecución de una transición hídrica sostenible e inclusiva. En los Diálogos Regionales del Agua de 2024, los principales resultados incluyeron: la urgencia de adoptar prácticas agrícolas para mejorar la eficiencia del uso del agua y establecer alianzas público-privadas para desarrollar tecnologías innovadoras; la necesidad de adaptar las matrices energéticas hacia fuentes renovables para reducir la presión hídrica y promover la gestión adaptativa del agua; la importancia de mejorar la integración regional en materia hídrica y la gobernanza inclusiva; la urgencia de educar sobre higiene y salud menstrual; la necesidad de sensibilizar sobre la inseguridad hídrica; el reconocimiento de las ventajas de la economía circular en el agua y saneamiento; y fortalecer la valoración del agua desde diversas perspectivas.
Si bien ALC enfrenta grandes desafíos relacionados con el agua, también tiene la oportunidad de impulsar soluciones que garanticen la vida y un futuro más sostenible para todos.