Esa cierta pomposidad digital, que permite llamar “sede electrónica” a la efímera web de nuestras organizaciones, no debe hacernos olvidar que la sede corporativa de un servicio de aguas es su principal escaparate de cara a los ciudadanos. Además de uno de sus activos tangibles de mayor valor y con menor depreciación.
Es también un fiel reflejo de la visión que tiene la organización de sí misma. Y puede incluso facilitar el liderazgo de la dirección, contribuyendo a materializar los ideales de la organización; en tanto que actuar sobre ella permite incluso gestionar cambios organizativos de mejor forma que actuar sobre cualquier otra instalación o proyecto del servicio. Utilizarla para esto además permite que los beneficios de las acciones realizadas reviertan en el propio municipio y sean apreciados por los ciudadanos.
Porque una sede física funciona como un proyector sobre el inconsciente colectivo de usuarios y trabajadores. Puede reflejar confianza al traslucir las aspiraciones temporales de la empresa: limitadas si es en alquiler, o de permanencia si es propia. También su grado de solvencia, según ocupe un inmueble cedido o por tenga en propiedad.
No quiero repasar aquí las sedes de los diferentes servicios de aguas. Es más, conociendo muchos, trataré de evitar hacer cualquier referencia -incluso en las ilustraciones- a ninguno. Mi intención es solamente identificar los valores que puede ser interesante promocionar, intentando ponerlos de relieve a través de una función dentro de un hipotético edificio modelo, e ilustrarlos con algún ejemplo de aplicación que espero cause cierta sorpresa. Preveo alguna crítica, así que diré que -lógicamente- estos ejemplos deberán adecuarse al tamaño y las posibilidades de cada servicio, y cada cual deberá encontrar para ello su propio camino.
Dicho esto, creo que la casa de un servicio de aguas debería sugerir:
- Acogida: espacios abiertos y acogedores, con un gran patio de entrada y/o con un patio de operaciones para atención al público totalmente accesible a cualquier persona. Por ejemplo con lucernario para mayor aprovechamiento de la luz natural, y una distribución transparente que facilite la orientación del visitante y permita ver el acceso hacia áreas más recogidas del ajetreo, las zonas técnicas o los pisos superiores, por ejemplo mediante paredes y pasamanos de acristalados. Este valor entre el personal propio se trasladaría de similar manera; por ejemplo abriendo mediante paredes acristaladas los despachos de la dirección a las zonas de trabajo departamentales.
- Apertura: entendida de fuera hacia adentro, con accesos adaptados a las necesidades de todo tipo de visitantes y usos del edificio, independizables interiormente; por ejemplo, para permitir aislar fuera del horario de atención al público las oficinas de otras instalaciones. Pero también entendida de dentro hacia afuera, no solo mediante el uso de superficies acristaladas en cerramientos de fachada, también incluyendo zonas abiertas al exterior que puedan usarse como espacios multifuncionales; por ejemplo, terrazas cubiertas que sirvan de lugar de esparcimiento para una pausa laboral, celebrar una reunión o realizar una presentación en un lugar diferente, usos culturales, etc.
- Circularidad: la máxima eficiencia en el uso de los recursos se da cuando somos capaces de aprovechar al máximo algo ya existente, o de reutilizarlo con las mínimas modificaciones. El espacio urbano también puede utilizarse de manera circular. En este caso el ejemplo sería aprovechar la promoción de la sede para rehabilitan el patrimonio arquitectónico de la ciudad. Es algo frecuente y se ha aplicado desde caserones y cuadras, a palacetes, pasando por edificios industriales. Menos frecuente pero también viable es utilizar los espacios de cubierta o un diseño en terrazas para acoger una zona ajardinada o huertos urbanos que puedan ponerse a disposición de los ciudadanos, de manera que se genere un espacio verde adicional al tiempo que se generan nuevos recursos de forma local y se facilita el ejercicio saludable en proximidad.
- Compromiso pedagógico, con espacios donde celebrar actividades didácticas para todo tipo de público, por ejemplo, experimentos escolares sobre el agua o cursos formativos. Pero también donde aprovechar de forma productiva un tiempo de espera, por ejemplo una sala de exposiciones o pequeño museo (o como se decía antaño, cámara de maravillas) junto al patio de atención al público. Suele darse como complemento a instalación industrial que recibe visitas, pero es más raro de ver en una sede corporativa. Aunque recuerdo una fantástica, diminuta, de a penas un par de vitrinas, pero que mostraban restos arqueológicos de grifos con casi un par de miles de años… La única vez -salvo en el dentista- que hubiese preferido esperar!
- Dinamismo: con espacios configurables, con posibilidades de ser utilizados para múltiples propósitos, tanto por el personal propio como por los colaboradores e incluso por los ciudadanos. Salas de reuniones polivalentes, auditorio - sala de proyecciones, guardería. De cara al exterior parte de la sede sería similar a un centro cívico, orientado en torno al servicio; dinamizador no solo del barrio donde se ubica sino de toda la ciudad en torno a temas de agua o de coordinación con otros servicios municipales e instituciones. Incluso se podría incluir despachos compartidos entre asociaciones de vecinos y otros colectivos. Se trataría de dar la vuelta a ese alojamiento de la oficina del servicio un despacho cedido de un centro municipal, que suele ser frecuente en pequeños abastecimientos; usando la sede del servicio como punto de encuentro y dinamización ciudadana.
- Frescura, entendida como vida en movimiento. La inclusión de plantas en los interiores, y especialmente el uso agua en movimiento contribuyen a generar una atmósfera limpia y fresca de manera natural. Por ejemplo, por medio de una cascada en el patio central, si se quiere basada en hilos de agua conducidos a través de hilos para que sea eficiente. Suele verse en algunas cadenas de hoteles… ¿por qué no tanto en aguas?
- Innovación, habilitando un espacio colaborativo y de emprendimiento ciudadano en torno al que articular una estrategia de innovación que pueda ofrecer espacios y ayudas a los estudiantes y pequeñas empresas que deseen enfrentarse a los problemas y retos técnicos planteados desde el servicio. Ejemplos de makerlabs y viveros de empresas hay en muchas partes. En algunos servicios están apareciendo lugares de este tipo, pero en campus universitarios o centros de formación profesional, como plus al patrocinio de una cátedra empresarial. Yo al menos, no los he visto compartiendo edificio con la sede de ninguno. Aunque sí son frecuentes espacios dedicados a favorecer la creación colaborativa de conocimiento en las grandes organizaciones de referencia en nuestro sector.
- Respeto, con zonas que aseguren intimidad y la máxima discreción a los ciudadanos con asuntos delicados que tratar, por ejemplo deudas o fraudes. También permitirían otros usos, como atención de visitas técnicas, o encuentros con licitadores y proveedores. Se trataría de despachos o pequeñas salas de reuniones con acceso directo desde el patio de atención, pero buen aislamiento y todos los medios necesarios para realizar y documentar los trámites o diligencias. No aparecen en todas las sedes, pero son lugares bastante frecuentes.
- Solidaridad, planteada desde el servicio también en términos de utilización del espacio urbano, devolviendo una parte del terreno a la propia ciudad. Por ejemplo incluyendo una zona ajardinada exterior (con fuentes, estanque, zona de nebulizadores, juegos de agua, cascada exterior…), acogiendo en el edificio instalaciones lúdicas o deportivas relacionadas con el agua y abiertas al público (SPA, piscina cubierta, sauna…), pero también de conocimientos (biblioteca especializada en temas de agua o medio ambiente, exposiciones culturales temporales). E incluso para poner a disposición del uso público aquellos recursos que puedan compartirse (punto de recarga de coches eléctricos, parking automático con sharing mediante vehículos del servicio…), lógicamente con el traslado de costes a los usuarios que corresponda, como cualquier otra instalación municipal.
- Solvencia: un edificio propio y en propiedad, mejor que un espacio en alquiler o cedido por otros servicios. Especialmente cuando está destinado a traducir el resto de valores que se desean sugerir, traslada fielmente la solidez del servicio y da una imagen de confianza en sus planteamientos. Pero debe de ser económica y financieramente viable, y justificando cada inversión realizada con el retorno entregado al ciudadano, de manera transparente.
- Sostenibilidad, mediante un diseño de edificio energéticamente pasivo, con máximo aprovechamiento de energías naturales y mínimas pérdidas. Pero también activo en la gestión de inercias y flujos energéticos: bombas de calor entre usos y dependencias (por ejemplo free cooling, o refrigeración de oficinas con calentamiento de la posible piscina en verano), acumuladores de energía (basados en agua por ejemplo). Y como no, un modelo en el diseño de sus instalaciones, con recuperación de recursos (aguas grises y pluviales, espacios para gestión de residuos) y de energía (por ejemplo de ACS con intercambiadores en desagües de duchas).
No pretendo una relación exhaustiva de todos los valores que pueden transmitirse a través de la sede de un servicio de aguas. A quien le interese, puede añadir aquellos que completen la visión y la misión de su organización, y buscar ejemplos para evidenciarlos ante abonados y usuarios.
Para terminar y en cualquier caso, deberemos tener en cuenta que todo en el diseño de la sede corporativa debe ser funcional y relacionado con las labores propias del servicio. Nunca un mero ejercicio arquitectónico. La única ornamentación no funcional permisible sería la pre existente en los casos de conservación del patrimonio, cuando se restaure un edificio protegido o de especial valor.
Además, dado que la financiación se debería realizar con cargo a las tarifas, que son los costes recuperados por el servicio, se habrá de seguir el criterio de máxima eficiencia. Por eso mismo es totalmente lícito buscar sinergias con otros servicios, para lograr el máximo aprovechamiento de las instalaciones, manteniendo el máximo posible de funciones abiertas fuera de las propias en los horarios de trabajo o de atención al público.
La sede corporativa es una oportunidad para construir nuestro futuro, en el sentido más estricto.