De acuerdo con los últimos datos de Naciones Unidas, en 2022, 2.200 millones de personas carecían aún de servicios de agua para consumo gestionados de manera segura y 3.500 millones de personas carecían de servicios de saneamiento gestionados de manera segura, una cifra que incluye 419 millones de personas que defecaban al aire libre.
Para hacer realidad la cobertura universal de aquí a 2030 que plantea el Objetivo 6 de la Agenda 2030, sería necesario que el ritmo actual de progreso en cuanto a servicios de agua para consumo humano y servicios de saneamiento, gestionados de manera segura, se multiplicara por seis y cinco respectivamente.
Para hacerlo realidad sería necesario multiplicar por cuatro los recursos financieros que se dedican a ello y sobre todo superar las barreras para el acceso a la financiación y mejorar la eficacia del gasto. Se ha estimado que se requiere una inversión de unos 114.000 millones de dólares al año. Sin embargo, en este momento no se llega a invertir más que unos 30.000 millones de dólares. Las principales necesidades de inversión siguen siendo en servicios básicos de saneamiento que, según UNICEF, requerirían un 60% de los fondos totales.
Y el problema no es solo que no hay suficiente financiación para las inversiones necesarias, sino que esta no siempre llega a los más vulnerables porque la mayor parte de las subvenciones van a inversiones que benefician al 20% que más tienen. Además, la falta de mantenimiento hace que el 30% de las inversiones en el sector del agua, saneamiento e higiene (lo que se conoce como WASH, por sus siglas en inglés) en África no sigan funcionando un año después de su construcción, de acuerdo con el Banco Mundial. UNICEF ha estimado que entre un 10% y un 40% de las instalaciones de WASH que se han construido en colegios de África no funcionan. Es importante contrarrestar el ciclo de construir-no mantener-volver a construir.
Requisitos anuales para conseguir ODS 6.1 y 6.2. (Información extraida de “The Costs of Meeting the 2030 Sustainable Development Goal Targets on Drinking Water, Sanitation, and Hygiene”. Hutton et al. The World Bank. 2016).
La realidad es que no solo no hay financiación suficiente, sino que la financiación que existe no llega a los que lo necesitan porque los donantes dicen que no encuentran buenos proyectos. Difícilmente se puede esperar que las comunidades más necesitadas pueden preparar buenos proyectos y no tienen acceso a los que deciden que se financien. ¿Cuáles son entonces las barreras para la financiación de los servicios básicos de agua y saneamiento y cómo se están abordando para que realmente lleguen a los que más lo necesitan?
Hay diferentes causas que han sido apuntadas en la Mesa Redonda de Financiación organizada por la OCDE en enero de 2023, en preparación de la Conferencia de NNUU del ODS6, y por otras organizaciones como UNICEF, SWA o AMCOW.
Las inversiones en WASH son fundamentalmente locales y son de pequeñas cantidades por naturaleza
Las inversiones en WASH son fundamentalmente locales y son de pequeñas cantidades por naturaleza. Los fondos de los organismos de financiación internacionales se dan a los gobiernos nacionales y se acuerdan con ellos. Estos son los que priorizan las actuaciones de acuerdo con los acuerdos de Bretton Woods y son los que garantizan la devolución de los préstamos. Sin embargo, normalmente los gobiernos han priorizado las grandes poblaciones, las grandes infraestructuras y los asentamientos formales y no los informales.
Organismos como el Banco Mundial intentan superar esta barrera a través de subvenciones o préstamos “condicionados” a resultados locales específicos que se puedan probar para mejorar la forma en la que se decide el destino de los fondos. Por otra parte, la Mesa Redonda de Financiación de la OCDE ha propuesto que se habiliten fórmulas para la financiación directa de los organismos internacionales a familias, autoridades locales, pequeñas empresas y organizaciones comunitarias. Pero esto sigue sin ser una realidad a la escala necesaria.
Nivel de suficiencia de los recursos financieros asignados al saneamiento para alcanzar las metas nacionales (Traducido de “GLAAS 2018/2019 country survey Water, Sanitation, Hygiene and Health”. WHO, 2020).
Además, la mayor parte de las necesidades de inversión en servicios básicos de agua y saneamiento a nivel mundial se dan en los países más pobres que, por otro lado, ya tienen adquirida una deuda importante y/o no tienen capacidad de devolverla. Por ello, la solución que ha planteado la Mesa Redonda de la OECD es que los fondos internacionales prioricen estos países para los fondos que son subvenciones sin devolución.
Es necesario aumentar sustancialmente la asignación a inversiones en agua y saneamiento que hacen los Ministros de Hacienda en los presupuestos públicos. En África, de los 30.000 millones de dólares de brecha, se calcula que 17.500 millones de dólares son recursos adicionales de los países. Unos 3.500 millones de dólares serán de los presupuestos públicos.
Pero el gran reto es mejorar la eficacia del gasto. Para avanzar se han desarrollado diferentes instrumentos por parte del Banco Mundial, de UNICEF y de Sanitation and Water for all, entre otros. Hay instrumentos para la evaluación de los presupuestos públicos (Public Expenditure Reviews), para el seguimiento del gasto público, hay guías presupuestarias y herramientas de seguimiento de las Cuentas de Agua y Saneamiento (Wash Accounts Trackfin). Estos instrumentos incluyen el seguimiento para asegurar la asequibilidad de los servicios, y para asegurar que se redirecciona la financiación a fondo perdido a los más vulnerables.
El gran reto es mejorar la eficacia del gasto
La posibilidad de mejorar el acceso a la financiación climática es una de las grandes esperanzas para mejorar las inversiones en servicios básicos de agua y saneamiento. A este respecto cabe destacar, que el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) subraya en su informe más reciente que los servicios sociales básicos, como el agua y el saneamiento, son vitales para mejorar el bienestar de la población y apoyar el desarrollo resiliente al clima.
En conclusión, superar las barreras de financiación para la consecución del objetivo 6 y lograr el acceso universal a los servicios básicos de agua y saneamiento significa cumplir una serie de principios que ha enumerado la organización Sanitation and Water for All:
- Hay que priorizar los derechos humanos al agua y el saneamiento y a las comunidades más pobres y marginadas, si bien hoy en día las subvenciones no están alineadas con esta prioridad;
- Es necesario pasar de las inversiones de emergencia y puntuales a las planificadas, asegurando así el mantenimiento de las mismas;
- Hay que asegurar que los fondos internacionales apoyen la movilización y mejor gestión de los recursos financieros de los países, incluyendo las reformas tarifarias para asegurar el manteamiento y la operación, y acompañar la reforma de tarifas con sistemas de protección fiscal para los más vulnerables a fin de garantizar su asequibilidad
- Hay que evitar la descoordinación de los donantes y usar los fondos de la ayuda internacional para desbloquear fuentes de recursos nacionales y locales;
- Es imprescindible facilitar el seguimiento de los flujos financieros para evitar la corrupción o ineficiencias en el uso de los recursos públicos. Para ello es vital asegurar la rendición de cuentas.