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El fracking, claro como el agua

Sobre el blog

Juan Carlos Muñoz-Conde
Juan Carlos Muñoz-Conde es Ingeniero de Caminos y portavoz de la plataforma Shale Gas España.

Publicado en:

Portada iAgua Magazine
  • La contaminación de acuíferos es altísimamente improbable.

El agua juega un papel fundamental en la mayoría de procesos de producción de energía. En la exploración y desarrollo de gas no convencional, también. España cuenta con un riguroso marco normativo que regula la exploración y desarrollo de los hidrocarburos. La nueva Ley Ambiental, además, contempla la realización obligatoria de Estudios de Impacto Ambiental para cualquier proyecto que requiera la utilización de la fracturación hidráulica. Autoridades públicas, reguladores, expertos y la propia industria, debemos seguir informando sobre la realidad de la tecnología y procesos utilizados en las operaciones de exploración, incluyendo los continuos avances y desarrollos en I+D+i.

A continuación, damos respuesta a las principales preguntas que se plantean en torno al fracking y a la protección del agua.

La necesidad de agua es más baja por unidad de energía producida que en el caso del carbón, la energía nuclear o la térmica solar

¿Cuánta agua es mucha agua?

La fracturación hidráulica, al igual que la generación de energía en general, los regadíos en agricultura o el agua para uso urbano, requiere la utilización de volúmenes de agua relativamente importantes. Para estimular la roca se utilizan entre 2.000 m3 y 30.000 m3 de agua por pozo. En términos relativos, el consumo por pozo es equivalente al consumo de agua de… un campo de golf en menos de un mes.

Comparada con otras alternativas, la necesidad de agua durante la vida útil del pozo es más baja por unidad de energía producida que en el caso del carbón, la energía nuclear o la térmica solar.

Por otro lado, durante la fase de exploración se realizan estudios hidrológicos exhaustivos para conocer los recursos de agua disponible en las zonas. En el caso de España, este proceso se realiza en cooperación con las confederaciones hidrográficas. En consecuencia, el requerimiento no es tan alto como puede parecer a primera vista; en realidad, puede calificarse de bajo o asumible si se compara con otras actividades humanas.

¿Cómo se protegen los acuíferos?

Cuando se aplican las tecnologías más avanzadas, la normativa y las mejores prácticas de la industria, la contaminación es un hecho altísimamente improbable; prácticamente imposible. La correcta construcción y cementación de los pozos es esencial para asegurar la estanqueidad de pozo. Mediante el denominado triple casing, una triple capa de acero y cemento que mantiene el interior del pozo totalmente aislado, se garantiza la protección de los acuíferos.

Con las tecnologías más avanzadas, la normativa y las mejores prácticas de la industria, la contaminación es altísimamente improbable

Los reservorios que contienen el gas no convencional están por lo general separados de los acuíferos por más de 1.000 metros de rocas impermeables. De hecho, si el gas se encuentra todavía atrapado en la roca almacén es, precisamente, porque no tiene capacidad de migrar. En este sentido, AEA Technology plc 2012 establece que una separación de más de 600 m entre la zona fracturada y el acuífero potencialmente afectado implica un riesgo remoto de contaminación. Por regla general, las fracturas tienen un grosor de rango milimétrico, y en torno a los 150 metros de longitud. Varios estudios, incluyendo el más reciente de la Universidad de Durham en el Reino Unido, confirman que la longitud máxima que puede alcanzar una fractura es de 300 metros (en casos aislados han llegado hasta los 600 metros). Por lo tanto, si se respeta una distancia mínima entre la roca a perforar y los acuíferos es imposible que las fracturas alcancen el nivel de los acuíferos.

¿Cómo se tratarán los fluidos de retorno?

Las operaciones en España se realizarán sin excepción en condiciones de “vertido cero”, es decir, que el fluido se almacenará, una vez separado el gas que pudiera contener, en balsas o tanques certificados y sellados para su tratamiento o eventual reciclaje. La tecnología utilizada es similar a la empleada en muchas otras industrias que nos rodean.

Por último, junto con la reducción del volumen de agua necesaria, una de las técnicas donde más se ha avanzado es el reciclaje del fluido de retorno.. Actualmente, el porcentaje se sitúa entre el 60% y el 80%. En un futuro próximo se podrá reinyectar el 100% del volumen del fluido de retorno. 

Redacción iAgua