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El futuro de las ciudades (IV): Ciudades Esponja. Cada gota de agua cuenta

Sobre el blog

Juan José Argudo García
Jefe de Servicio y Coordinador de Zonas en Sociedad Mixta del Agua-Jaén, S.A. Empresa mixta de Diputación Provincial de Jaén y Acciona Agua. Ingeniero de Recursos Energéticos y Máster en Ingeniería de Materiales y Construcción Sostenible.
  • futuro ciudades (IV): Ciudades Esponja. Cada gota agua cuenta
    Zona inundada en la ciudad de Liuzhou, provincia de Guangxi. Fuente: Reuters.

Introducción

Como si estuviéramos viendo un telediario, donde nos lanzan los titulares a modo de flechas que atraviesan nuestra mente y nuestro espíritu, o leyendo un diario dominical, me dispongo a lanzarles algunos mensajes que bien podrían encabezar la sección de sociedad, de sucesos o de noticias medioambientales de la parte final del noticiario, para tratar de concienciarnos brevemente, porque como decía un antiguo proverbio danés: “El firmamento no es menos azul porque las nubes nos lo oculten o los ciegos no lo vean”, es decir, que porque la Séptima, Antena 9 o Canal Norte, o si me apuran la cadena de los Diáconos Entregados a las Causas Perdidas, no nos enseñen un cielo estrellado, los titulares no dejan de ser los que son:

  • “El granero del Medio Oeste de Estados Unidos depende por completo del agua del acuífero de Ogallala. Si el riego continúa al ritmo actual, el tercer depósito de agua subterránea más grande del mundo se secará en los próximos treinta años” (La Séptima)
  • “Durante los últimos cincuenta años, la superficie de la tierra regada artificialmente se ha triplicado. Aún así, casi 1.000 millones de personas padecen malnutrición crónica” (Antena 9)
  • “Globalmente, el riego artificial utiliza unas diez veces más agua que todas las viviendas del mundo” (Canal Norte)
  • “El 80% de todas las enfermedades del Tercer Mundo se debe a los efectos nocivos de las aguas contaminadas o a la carencia de agua. Cada día 6.000 personas, en su mayoría niños menores de cinco años, mueren a causa de enfermedades relacionadas con la diarrea” (Cadena DIENCAPE)
  • “Más de 1000 millones de seres humanos no tienen acceso a un agua potable fiable. Más de 2.400 millones de seres humanos viven en condiciones higiénicas deficientes sin acceso a saneamiento, según la ONU” (Onda Urgente)
  • “La escasez de agua afecta a miles de ciudades, desde las megápolis que cuentan con millones de habitantes hasta las incontables ciudades pequeñas y de medio tamaño en Asia, África, Oriente Medio, Latinoamérica y el Caribe” (portal de internet sinAgua).

Estos titulares nos ponen en situación incómoda (aunque son reales y extraídos del libro “¿De quién es el agua?”), como si tuviéramos cataratas y un buen oftalmólogo nos tuviera que intervenir de manera urgente, porque nuestra opacidad no nos permite ver cuál es el problema. Y el diagnóstico no puede ser más preocupante, una vez analizadas las pruebas, y como el enfermo (que no es otro que la Tierra) rechaza los parches que le vamos poniendo, remiendos que nos tapan la realidad, sin que el cristalino pueda ver con claridad cómo en las distintas partes del planeta, de este maltrecho planeta, piden a gritos que intervenga de forma acuciante y urgente el especialista. Un especialista que, sin que sepa cómo va a reaccionar el enfermo, intenta poner tratamientos para que el paciente no pierda miles de vidas en este maltrecho tercer Mundo, que aunque parezca que está muy lejos, está muy cerca, tan cerca, que se confunde con un primer mundo que pierde vista a marchas forzadas.

Y concretamente nos vamos a centrar en el país más grande que tiene el “enfermo”, que no es otro que China, porque si queremos evitar las muertes por enfermedades derivadas del consumo de agua contaminada, si queremos aprovechar todas las aguas, si necesitamos tratar todas las aguas residuales que generamos, si necesitamos regar nuestros campos aplicando la tecnología punta y con una capacidad de eficiencia que sea real eficiente, y no eficaz, y si queremos, terminar con las desigualdades que se forjan inclusive en un mismo país, necesitamos aplicar los conocimientos científicos y las soluciones más innovadoras posibles, como está haciendo el gigante asiático…en donde hace muchos milenios existe una maldición que decía “Así vivieras en tiempos interesantes”.

John Gribbin comienza su libro “El clima futuro”, diciendo “vivimos en tiempos interesantes, y el misterio del cambio climático proporciona una de las más emocionantes incógnitas científicas de nuestra época. La vulnerabilidad (no hace falta enfatizar en este punto indicar la pandemia que sufre el enfermo de coronavirus) de un mundo, al parecer superpoblado, ante los caprichosos efectos del clima sobre las cosechas y la provisión de alimentos aumentó en los años setenta con la llegada de inundaciones y sequías, rigurosos inviernos y abrasadores veranos en Europa, América del Norte y del Sur, la URSS, África, India y China”, palabras escritas en 1982, hace casi cuarenta años, nos anticipaba que si el crecimiento y aumento de la población continua al mismo ritmo, la perspectiva de extremas y continuas fluctuaciones del tiempo sería muy preocupante. Es necesaria una información fiable (más allá de los titulares, ahondar en los datos y soluciones a los problemas) sobre las tendencias futuras del clima, para adoptar dichas soluciones y medidas pertinentes por parte de los agricultores, los gobiernos y las instituciones de ayuda a otros países.

¿Qué pasa en los Alcázares de Murcia? ¿Cómo es posible que hayan padecido cinco inundaciones graves en los 6 últimos años, y tres en los últimos 4 meses?, decía el titular de otra noticia leída en este caso en un diario digital el pasado enero de este mismo año 2020, en pleno siglo XXI, y en un país del primer mundo. Veamos si en el desarrollo de este artículo podemos dar respuesta a este titular, y además aportar soluciones, que además vengan a aportar algo de luz al cristalino de este mundo enfermo, y así el oftalmólogo salga victorioso de su intervención. Ya les adelantamos que el especialista que está interviniendo es chino. Educado en la Universidad de Harvard. Es el artífice de una nueva revolución. La Revolución de la INFRAESTRUCTUVA VERDE.

Problemas ocasionados por el agua

Cada día, en algún lugar del mundo, muere gente debido a los desastres naturales, entre los que citamos las inundaciones. Como indicábamos antes, nos hemos familiarizado con estas noticias y hemos desarrollado una especie de particular indiferencia ante esas narraciones de muerte y destrucción, nos interpela Basil Booth, en su libro La inestable Tierra, como si los titulares introductorios traídos a colación hubieran sido escritos hace 25 años por otros periodistas, contando las mismas noticias, poniendo de relieve los mismos problemas. En 1976, los desastres naturales mataron 750.000 personas, con un promedio superior a las 20.000 anuales.

En el artículo de la prestigiosa revista NATURE consultado, y que citamos en la bibliografía, nos aporta algunos datos interesantes a tener en cuenta, datos que como dardos se clavan en nuestro debe colectivo, máxime en un planeta con más de la mitad de la población viviendo en las ciudades, tras el éxodo rural:

  • Las ciudades son las responsables del 75% de las emisiones de CO2 por el uso de la energía.
  • En 2017, más de 1.000 personas murieron y 4,5 millones de ciudadanos del sudeste asiático perdieron el hogar, su medio de vida y los servicios, por efectos del clima adverso y extremo (inundaciones fundamentalmente).
  • En suburbios de California y de Río de Janeiro han sufrido las inundaciones y los deslizamientos de tierra tras la sequía, incendios forestales y fuertes lluvias.
  • En 2030, millones de personas y 4,5 billones de $ estarán en riesgo por tales eventos.

En otra web consultada, aparecen los mismos dardos, pues las ciudades son la punta de lanza del cambio climático, por lo tanto, más contaminantes y a su vez víctimas del calentamiento global. Por ende, los suburbios y barrios deben de hacer análisis de datos y sus interacciones, para proponer medidas correctoras con los políticos y los agentes locales, según las recomendaciones de los expertos autores del artículo dirigidos por la doctora Xuemei Bai, estableciendo prioridades para las ciudades y el cambio climático, como veremos más adelante.

Para ver cuáles pueden ser las soluciones a los problemas planteados, veamos cuáles son las causas, y entre las primeras encontramos:

  • Crecimiento desmedido que provoca que algunas ciudades se dupliquen en poco tiempo (más de 100 ciudades con más de 1 millón de personas);
    • Shanghái :17 millones de habitantes.
    • Nanjing: 7 millones de habitantes.
    • Wuhan: más de 6,5 millones de habitantes.
      • En 2012: 184 ciudades afectadas por inundaciones.
      • En 2013: 214 ciudades afectadas.
  • Esa urbanización desmedida provoca suelos impermeables de hormigón y asfalto, que impide la filtración y drenaje del agua de lluvia y provoca escorrentías superficiales, y por ende, inundaciones.
  • Sistemas de alcantarillado insuficientes y obsoletos, que son incapaces de absorber las aguas residuales y pluviales de los grandes rascacielos.
  • Ese suelo urbanizado e impermeable provoca que se interrumpa el ciclo natural del agua, incrementa los caudales punta, y da lugar a tres problemas derivados de la gestión del agua pluvial en las ciudades:
    • Riesgos de inundación.
    • Contaminación difusa.
    • Falta de servicio a los ciudadanos.

Es aquí donde aparece nuestro experto y especialista que va a tratar al paciente, con los síntomas indicados, entre otros. Esa urbanización es la responsable de la infraestructura gris a base de hormigón, acero y sistemas mecánicos, que no es resiliente y no se puede adaptar al cambio climático, a las lluvias torrenciales y al cambio climático, nos argumenta el Yu Kungjian, Decano y fundador del Colegio de Arquitectura y Diseño Urbano de la Universidad de Pekín, Dr. Arquitecto y Paisajista por la Universidad de Harvard en 1995, con una tesis doctoral basada en “Patrones de seguridad en la planificación del paisaje: un caso en el sur de China”. “Todas las ciudades del planeta realizan el control del agua con infraestructura gris, a base de:

  • Presas.
  • Diques.
  • Tanques de agua de lluvia.
  • Conductos y ríos amurallados.

“Pero las llanuras de inundación están cubiertas por edificios, y por lo tanto, la probabilidad y la severidad de las inundaciones y desastres desde Houston hasta Madrás”, argumenta el arquitecto, autor de más de 1000 obras ecohidráulicas alrededor del mundo, al romperse el ciclo hidrológico natural.

En el año 2012, Pekín acogió 280 litros/m2 de lluvia que anegaron carreteras y pasos subterráneos, donde el arquitecto tuvo suerte de llegar a su casa. “La ciudad estuvo sumida en el caos”, recuerda Kongjian, memorando la mayor tormenta en los últimos 60 años, que quitó la vida a 79 personas, ahogadas en su propio vehículo o engullidas por el alcantarillado. “Los daños ascendieron los dos mil millones de dólares”, mascando el desastre y escupiendo la cifra, porque según el arquitecto se podrían haber evitado, pues ya había alertado al Ayuntamiento de Pekín años antes, tras dirigir una investigación para cartografiar el “grado de seguridad ecológica” de la metrópoli asiática. En dicho estudio, se determinó un MAPA con las zonas de alto riesgo que deberían seguir sin urbanizar y emplearse para gestionar las aguas pluviales. Pero volveremos al doctor Yu cuando hagamos una radiografía de las ciudades esponja.

Previamente seguiremos diseccionando los factores que provocan tales daños mencionados. Y entre otros se encuentra, la intensa urbanización de los últimos 30 años, como hemos comentado, que provoca:

  • Fagotización de humedales.
  • Devastación de bosques.
  • Pavimentación de granjas y pastos.
  • Ríos encorsetados en canales de hormigón.

Donde el agua de lluvia antes se filtraba en el subsuelo, ahora el agua de lluvia se convierte en agua superficial y discurre por esa infraestructura gris comentada, pero además, esa urbanización exacerbada tiene otros vectores de riesgo:

  • Escasez de agua en China.
  • Edificios, calles y aparcamientos: motivos de que el agua no recargue los acuíferos.
  • El agua residual y el agua pluvial discurre por los desagües fuera de la ciudad, que según Yu Kongjian, “es demencial que eso ocurra en una ciudad con escasez de agua”, sentencia, “debido a que tanto Pekín como otras ciudades del norte del país, son secas, a excepción de la época del monzón, y por lo tanto, tienen que abastecerse de sondeos y agua subterránea, que provoca que disminuya el nivel freático, a razón de 1 m por año”, argumenta cariacontecido.
  • Y otro efecto colateral del último punto es la subsidencia del terreno, provocando el hundimiento progresivo de la superficie por el asentamiento (generalmente de la litosfera). Estos movimientos del terreno dan lugar a efectos en la superficie y crea alarma social y deformaciones verticales desde pocos mm a varios metros con períodos temporales que varían desde minutos hasta años.

Según podemos ver en el vídeo que se indica en la bibliografía, cada año en China, tres millones de personas sufren los efectos devastadores de las inundaciones, siendo el tercer país más expuesto a dicho riesgo, tras India y Bangladesh.

Es por ello que, como dice el experto arquitecto, “los anegamientos no son el enemigo ni algo a temer. Hay que adaptarse, hacer uso de ello. Vivir con la naturaleza y depender de ella”, manifiesta, indicando que “cada gota cuenta, y debe ser aprovechada”, defiende el director y fundador de la empresa TURENSCAPE, que en chino habla de la irrevocable relación entre el hombre y la Tierra, y vaticina que “la adaptación es muy complicada por la imperante infraestructura imperante en las principales metrópolis del mundo”, aunque luego veremos cómo puede hacerse, y cómo lo ha conseguido.

Y para finalizar este análisis y disección, traemos a colación la máxima del doctor Kungjian, “de la inundación aprendimos que conocer la seguridad ecológica es una cuestión de vida o muerte”, reflexiona, dando unos datos escalofriantes que deberían remover nuestras mentes occidentales, “de 2011 a 2014 se produjeron inundaciones en el 62% de las ciudades chinas y con unas pérdidas de 100.000 millones de $ según el Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano y Rural chino”, refiriéndose a unos daños acontecidos por las inundaciones consecuencia de las fuertes tormentas provocadas por el cambio climático, y finaliza haciéndose una pregunta ¿retórica? ¿Autoinfligidos?”.


Vista aérea de las inundaciones en China en el año 2019. Fuente: CNN español.

Ciudad esponja. Cada gota cuenta

Antes de entrar de lleno en el tema central de nuestro artículo, me gustaría detenerme brevemente en un órgano que rige nuestro pensamiento y nuestros actos, y no es otro que el cerebro. En el libro de mi admirado Eduard Punset, “¿Por qué somos como somos?”, recuerdo que leí un capítulo muy interesante donde una de las mayores expertas a nivel mundial en su campo, la psicoterapeuta británica Sue Gerhardt, que lleva toda su vida dedicada al estudio del bebé y a la influencia del afecto en el desarrollo emocional sentenciaba: “todo se juega antes de los 5 años”.

Intentando comprender esta afirmación tan rotunda me dispongo a entender aquella frase tan manida de que “el cerebro de los niños es como una esponja”, y es que el cerebro de un niño tiene un potencial pues hasta los tres años, el órgano tiene su máximo umbral de plasticidad. Estudios del Dr. Arthur Toga, de la Universidad de Texas y publicado en Cell, nos permite conocer todo el mapeo cerebral de un niño durante su proceso madurativo. Y otro especialista en este caso el doctor Arnold Scheibel, director del Instituto de Investigación del cerebro de UCLA, concluye sobre la capacidad del cerebro del niño: “el aprendizaje de un niño debería de ser un banquete, algo festivo, nunca una experiencia estresante, pues si el nivel de estimulación es excesivo, se libera cortisol, hormona del estrés, contraproducente para el desarrollo infantil”. Pero quién ha estudiado la mente de los niños es la doctora Elisabeth Spelke, de la Universidad de Harvard, quien afirma, “los recién nacidos tiene una especie de conocimiento innato a partir del cual desarrollamos el resto de nuestras habilidades”, indica tras treinta años de estudio, según el artículo de la doctora Sabater, que podemos leer en la página web la mente es maravillosa.

La pregunta final es “¿el cerebro de un niño tiene límites de aprendizaje como lo tiene una ciudad esponja?”. Veamos.

Cerebro infantil en plena ebullición de ideas. Fuente solohijos.

Origen

Según podemos leer en el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos del año 2018, concretamente en su página 52, nos da la pista sobre el origen de la ciudad esponja, como solución al colapso urbano, a partir de un mandato del gobierno chino en el año 2015, tras sufrir las devastaciones inundaciones de años anteriores. El concepto requiere usar una combinación de Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) más infraestructura gris, con un objetivo absorber el 70% del agua de lluvia con una mejor:

  • Permeación.
  • Retención.
  • Almacenamiento del agua.
  • Purificación y drenaje.
  • Ahorro y reutilización del agua.

Con una meta clara: en el año 2020 en el que nos encontramos, un 20% de las áreas urbanas tendrán dicho calificativo, y un objetivo ambicioso del 80% para dentro de una década en el 2030. Estas soluciones, es evidente, tienen un límite debido a que nos encontramos en ciudades ya construidas, y lo que vamos a realizar son intervenciones para amortiguar los efectos de las lluvias, con un porcentaje variable de aprovechamiento dependiendo de muchos factores. Es decir, al igual que el cerebro de los niños, también las ciudades tienen sus limitaciones en cuanto a la absorción de agua, pues el concepto de estrés hídrico, que hace referencia al momento en que la demanda es superior a la disponibilidad del recurso tan básico como el agua, bien podría aplicarse al exceso de agua de lluvia que no puede almacenarse en forma de acumulaciones subterráneas, y someten a las ciudades a tensiones por situaciones agobiantes, con reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos para las personas que habitan dichas ciudades, según define el diccionario de la RAE, a un momento de estrés.

Esas SbN están basadas en: techos verdes, pavimentos permeables, biorremediación y restauración de humedales y ríos urbanos y periurbanos.

Fundamento y principios

El fundamento de este modelo de ciudad nos lo argumenta el profesor y doctor arquitecto chino, nuestro especialista y paisajista, Kongjian Yu, donde nos dice que “cada gota de agua cuenta para China”, estableciendo nuevos principios del urbanismo ecológico centrado en un modelo hidrológico revolucionario: captar toda el agua pluvial posible, almacenarla, purificarla, infiltrarla en acuíferos, combinando un sistema de manejo del agua con técnicas antiguas de irrigación y agricultura chinas. El principio supremo para este arquitecto doctorado en Harvard es que “hay que volverse amigos del agua”, sentencia con una sonrisa. Y lanza una pregunta al aire, sin atisbo de enojar a nadie, “¿Debemos de reevaluar la relación con los anegamientos, si tratamos de encauzar con celeridad el agua fuera de nuestras ciudades, aunque éstas sufran escasez?”, dejando entrever en sus facciones una lastimosa pérdida de recursos, cuando su país solo tiene acceso a un 8% de agua dulce.

  La solución pasa por crear pequeños recipientes para regular el agua, y en momentos de sequía usarla, captando toda la posible en la época de lluvias. Como ejemplo, la actuación en el Parque de Yanweizhou, en la ciudad de Jinhua, diseñado para acoger inundaciones que enriquecen la vegetación nativa, en lugar de crear murallas. “El diseño es sencillo:

Fundamento de la ciudad esponja. Elaboración del autor.

Pues la teoría de la ciudad esponja es aplicarla en áreas verdes, en niveles inferiores donde el agua va hacia ellas, provocando un sistema de estanque o dique, creando una Infraestructura Verde”, argumenta el dr. Kungjian, subdirector del Comité Técnico de Sponge City del Ministerio de Construcción chino.

¿Cuál es la innovación?, se pregunta Yu, “los antepasados agricultores de mi país sabían cómo construir un sistema de estanques hace 2000 años (jardines flotantes o chinampas), aprovechemos esa sabiduría enterrada hace miles de años por los nativos”, finaliza Kongjian.

Objetivos y metas

Hasta este año 2020, ya están en marcha 16 ciudades “esponja” piloto, abarcando una superficie de 450 Km2 en más de 3.000 proyectos de construcción planificados, con una inversión de más de 1.250 millones de $, sobre todo en las provincias chinas de Shenzhen y Guangdong.

En el vídeo de la agencia Atlas España distribuido a muchos diarios, entre ellos el diario digital www.hoy.es, vemos la experiencia de la ciudad de HEBI, con 1,6 millones de habitantes (de la provincia de Henan), al convertirse en una ciudad esponja mediante el pavimento del futuro. Así nos lo explica Sun Xiaohua, de la Oficina de Jardinería y Ecología de Qibin, “el uso del asfalto poroso es más efectivo en lluvias ligeras, medias e intensas, y si llueve podemos caminar por el pavimento sin ningún problema”, argumenta la especialista china. Esta ciudad dispone en la actualidad de 30 km2 de ciudad esponja, con dicho pavimento instalado.

 

Esquema de la ciudad esponja. Fuente ideasonline.

Como se ha adelantado con anterioridad, el objetivo ambicioso para el 2030 es: que el 80% de las urbes chinas disponga de estos sistemas y si cada una de ellas retiene y almacena el 70 %, el gobierno chino lograría almacenar más de la mitad del agua de lluvia caída, en este caso, el 56% de la pluviometría caída sobre sus calles, convirtiendo al mayor país del mundo, también en el primer PAÍS ESPONJA. Ese es el reto.

El futuro del agua

Como adelantábamos, el motor del cambio en cuanto a las ciudades esponja fue China, y como ejemplo, tomamos el barrio urbano de Qunli Town, con la instalación del QUNLI STORMWATER PARK, un parque diseñado por el arquitecto y paisajista chino que nos ha acompañado desde el inicio, Kungjian Yu, a través de su empresa, TURENSCAPE, de 300.000 m2, es decir, unas 2.733 hectáreas, donde el agua de lluvia se usa para recargar los acuíferos, con un objetivo de 500.000 m3/año de agua pluvial filtrada que resuelve las inundaciones de un área de 3 km2, es decir, 10 veces el área del parque. Este es el nuevo paradigma de la PLANIFICACIÓN URBANA. Todo un éxito recuperando el humedal de este distrito de la ciudad de Haerbin, al norte de China, donde se ha creado un paisaje muy acogedor y con la Participación Público – Privada (PPP), que ya anunciara el gobierno chino.

Con el lema “Cada gota de lluvia cuenta”, el origen de un concepto nuevo, instalando superficies urbanas absorbedoras de agua, y evitando que el agua de lluvia se conducta al río más próximo, permite que esa agua recogida se purifique naturalmente y que sea almacenada de forma subterránea.

Según el World Resources Institute, estima que 21 millones de personas se ven afectadas en el mundo debido a las inundaciones, convirtiéndose esa cifra en 54 millones dentro de una década. Una población 1,15 veces la población española del 2019 o el 90% de la población de Italia.

El científico Li Dihua, de la Universidad de Pekín exponía en Davos, en el Foro Económico Mundial de Davos que el objetivo chino era que cada “cm de tierra estuviera protegido con distintas escalas de proyectos de inversión y de construcción”, pero un proyecto con “capacidades limitadas por el poder de la naturaleza para generar las inundaciones en nuestras ciudades, por lo que hay que convivir y exprimir las inundaciones”, defendía en la ciudad suiza, paradigma de las decisiones y de los debates económicos a nivel global.

Exponía también ante el panel de expertos que Lingang, ciudad vecina de Shanghái, es la ciudad esponja más grande de China y del mundo, según datos del City Metric, este proyecto es el mayor, pues el gobierno de Lingang ha invertido casi 120 millones de $ en modernizaciones e innovaciones relacionadas con el agua, convirtiéndose en el modelo del resto de las ciudades chinas, y de las urbes del planeta.

Es evidente que el objetivo de las ciudades esponja es que amortigüen las consecuencias devastadoras de los desastres naturales, la escasez de agua y los efectos del cambio climático.

Conclusiones

Deberemos de hacer caso a los urbanistas y arquitectos, así como a los paisajistas e ingenieros, hidrogeólogos, etc. que defienden el uso y el empleo de recursos en transformar nuestras ciudades en “ciudades esponja” debido a que:

  • Evitan inundaciones.
  • Drenan el agua de manera natural, ecológica y sostenible.
  • Evitan el colapso de las EDAR.
  • Evitan la contaminación y vertidos indeseables.
  • Crean microhábitats ecológicos.
  • Mejoran la estética urbana cambiando el gris por el “verde”.
  • Mejoran el aire: se respira mejor.
  • Apaciguan el calor de las ciudades en climas cálidos y/o extremos.
  • Mitigan los efectos del desarrollo urbano y los problemas relacionados con el agua urbana, en situaciones de escasez.
  • Recargan los acuíferos.
  • Posibilitan el riego de jardines.
  • Posibilitan el riego de fincas urbanas.
  • Reducen la temperatura del aire un tercio, provocando un ahorro de energía destinada a enfriar los edificios.

Si todos estos beneficios contrarrestan las noticias sobre la polución china, creando un importante bastión contra el cambio climático, y todo lo aprendido, y todo lo recogido con estas inversiones urbanas, “lo continuamos haciendo otros 20 años más, básicamente habremos terminado con el problema para siempre”, enfatiza nuestro especialista, el doctor Yu, aquél que ha diseccionado el problema, ha puesto el tratamiento y ha visto que el enfermo mejora de forma lenta, pero segura y paulatina, y quizás antes de la jubilación, firme el alta hospitalaria, si se siguen las recomendaciones y si, en el mejor de los casos, queda tinta en el tintero para rubricar que cada gesto cuenta, que cada gota de agua cuenta.

Bibliografía y webgrafía