Si hablamos de reinventar, toda actuación pasa por algo novedoso, algo nuevo, algo diferente, hacer algo que nos motive, algo que nos ilusione, y para ello una de las premisas que nos debemos de marcar para buscar soluciones a los problemas comentados en los artículos anteriores debe de pasar por un eje fundamental relacionado con el agua, y con la ciencia de las ciudades, que está evolucionando, a través de las evidencias que aportan científicos como el doctor Yu Kongjian, y que permiten ayudar a los planificadores urbanos y aquellos que toman las decisiones.
Smart Cities y periferias
Como se ha venido comentando en nuestra serie sobre el futuro de las ciudades, las urbes son sistemas complejos, donde hay que trabajar con las comunidades y por ello surgió un concepto nuevo, el concepto de CIUDAD INTELIGENTE o SMART CITY. En este punto me gustaría remitirme a Alejandro Beivide, Director de Transformación Digital y Sistemas de Control de Acciona, como referente en la gestión del Ciclo Integral del Agua de manera “inteligente” y “automatizada”, otro experto que se cuela en nuestro diagnóstico, y como en sus diferentes artículos publicados en iAgua, nos revela con pasión y entusiasmo, como ese acrónimo que hace referencia a lo “específico”, a lo “medible”, a lo “alcanzable”, a lo “relevante” y por último a lo “ejecutado en un tiempo razonable”, debería de ayudarnos en la acepción más importante: inteligencia. Inteligencia en la gestión del agua, e inteligencia en la gestión de nuestras ciudades, y nos precisa el ingeniero en automática que, “nos ha permitido que lo que antes eran muchos sistemas conviviendo de manera separada, hoy en día es un gran <ecosistema> de aplicaciones, sistemas de gestión, datos e informaciones, cuando realmente el dato – o conjunto de datos o BIG DATA –, se transforma en información”. Una información fiable, que se puede contrastar y por ende un punto de partida de cómo actuar, de cómo mejorar dichas ciudades.
Pero tenemos algunos obstáculos. La falta de estudios a largo plazo de climas urbanos y por ello la falta de planificación de décadas ulteriores, pocas ayudas y subvenciones de investigación y pocas plataformas, donde la CIENCIA, debería jugar un papel muy importante y ser fuente política y práctica urbana, como nos manifiesta la doctora Xuemei Bai, entre las prioridades de investigación para ciudades y cambio climático. Así en marzo del 2018, en una reunión en Edmonton (Canadá), del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) reunió a 700 investigadores, planificadores políticos y profesionales de 80 países y establecieron una NUEVA AGENDA URBANA, con 6 prioridades para las ciudades y la investigación del cambio climático. Entre las conclusiones establecieron que hay que tener especial cuidado con los “suburbios”, pues 3.000 millones de personas vivirán en tales lugares en el año 2.050, por lo que la estrategia pasa por establecer simulaciones climáticas que nos permitan prever el clima global y descender a tal nivel de detalle, para medir los riesgos y encontrar las soluciones. Como ejemplo citaban a Melbourne, que ha diseñado e instalado pavimentos permeables para reducir los riesgos de inundación.
Esas periferias son las que tan bien definió el arquitecto Renzo Piano, senador vitalicio por mandato del Presidente de la República italiana, en su discurso de aceptación del cargo en Roma, y con una clara visión de trabajar sobre las zonas más deprimidas de las ciudades, unas zonas y barriadas que son la ciudad del futuro. Para ello dedica su sueldo, contratando a una docena de arquitectos jóvenes, que piensan en cómo mejorar las fábricas de deseos de aquellos que viven en esas zonas. Pues el centro de muchas ciudades “se ha convertido en un showroom”, como Florencia o Venecia, indica el afamado constructor de sueños, en una entrevista en la revista EME, la revista de diseño de El Mundo, y continúa apostillando, “yo nací con la idea de que la política es un oficio noble. En la Grecia clásica, los elegidos hacían esta promesa <Yo os prometo, atenienses, devolveros Atenas más bella que la que me habéis entregado>. Política viene de “polis”, ciudad en griego. Así que cuando me dieron la función pública decidí ocuparme del destino de las ciudades y de sus periferias. Mi función, como arquitecto con formación humanista, es ocuparme de la ciudad”, finalizaba el arquitecto filósofo.
Eje Agua - Ciudad
Como decimos ese eje fundamental AGUA – CIUDAD, pasa por conocer los recursos hídricos disponibles, la gobernanza y la gestión del agua, mediante la renovación urbana con mayor porcentaje de infraestructuras verdes. En España, hay también especialistas reunidos en torno a grupos de trabajo (ST-10 “agua y ciudad”, de la Fundación CONAMA) sobre estos problemas, buscando soluciones interesantes y aplicables, acotando la gestión a las aguas pluviales en las zonas urbanas, por ejemplo. La diagnosis es la misma que ya hemos venido indicando, y que comentábamos acerca de las ciudades chinas:
Excesiva urbanización - incremento de las superficies impermeabilizadas à interrupción del ciclo natural del agua - 90% de precipitaciones en forma de escorrentía superficial - incrementa caudales punta (inclusive a precipitaciones de corta duración y baja intensidad) - INUNDACIÓN
Por lo tanto tenemos que trabajar en este campo del conocimiento para que actuaciones que se hagan ahora redunden en mejoras a largo plazo.
Ciudades con futuro
En muchos medios de comunicación suelen aparecer especiales dedicados al futuro de las ciudades, cómo viviremos en el año 2050 (en plena mitad del siglo XXI), donde se espera que un 70% de la población viva en entornos urbanos. En ese ahínco el periodista vasco Iñaki Gabilondo ha volcado su penúltima energía profesional (como él mismo manifestó en su presentación), una serie de reportajes para Movistar sobre el hito “Cuando ya no esté”, donde nos desgrana a través de urbanistas, ingenieros, arquitectos, y demás cómo será la ciudad del futuro y esos atardeceres dentro de 30 años. especialistas que argumentaban cómo debería ser la ciudad del futuro:
- Sostenible energéticamente
- Compacta
- Más conectada
- Con más espacios verdes
- Más accesibles
- Sin atascos y menos vehículos
- Más sociable
Si partimos de la base de que en el año 2019 existían en el mundo 33 megaciudades, es decir, ciudades de más de 10 millones de habitantes, es ahí donde hay que poner la venda, en esa llaga muy difícil de tapar… ¿Cómo hacemos más sociable o más conectada una ciudad de más de 10 millones de habitantes como Tokio o como Estambul?
En España unas cuatro millones de personas afirman sentirse “solas”, como ocurre en Londres, debido a que la soledad es un mal contemporáneo mundial, como leí en un reportaje de la BBC en enero de 2018, que ahora es tema de estado en Reino Unido, con la creación de un Ministerio de la Soledad, pues se estima que en el país de su Graciosa Majestad, unos 9 millones de personas se ven afectada por otra pandemia global, como la soledad, un 13,7% de la población británica, una cantidad mayor que toda los habitantes de la ciudad del Támesis en el año 2019, con 8,982 millones de ciudadanos. Por lo tanto, se hace necesario establecer unos nuevos modelos de convivencia, en tiempos de hiperconexión, con Internet y redes sociales, pues según informes de algunos expertos en el año 2017, la soledad es tan perjudicial para salud como fumar 15 cigarrillos al día. Y si tenemos en cuenta que los más afectados son personas mayores, en una Inglaterra donde la mitad de los ancianos de 75 años viven solos, estamos hablando de 2 millones de almas solitarias que pasan días inclusive semanas, sin ninguna interacción social. Es por ello, o mejor dicho, por ellos, que la difunta diputada laborista Jo Cox, creó la Comisión de la Soledad, para lidiar con un problema de Estado, aunque no pudo ver cristalizada su visión, en forma de Ministerio, debido a que fue asesinada en junio de 2016, antes de la votación del referéndum del Brexit de la Unión Europea.
Imagen 1. London School of Economics, Fuente: Linkedin.
Antes de abandonar la isla de Gran Bretaña, nos detenemos en otro de sus especialistas, como es Ricky Burdett, arquitecto, profesor de la London School of Economics, experto mundial en urbanismo, Comisario de la Bienal de Venecia y asesor del ex alcalde de Londres, Ken Livingstone, en la modernización de la capital tamesina, el cual indica en una entrevista concedida a El País Semanal en mayo de 2019, que “la falta de un orden cartesiano y la velocidad de crecimiento de las ciudades redefinirán las ciudades”. Y lo argumenta el Director del Departamento de Ciudades de la LSE donde trabajan urbanistas, sociólogos, geógrafos y científicos de todo el mundo, quién asegura sin titubeos sobre la ciudad, que “al final las ciudades sirven para juntar a la gente. Y no he visto evidencia en ningún sitio del mundo de que se pueda sustituir por algo mejor”.
El problema de fondo de las ciudades del siglo XXI es que fueron diseñadas según los dictados del siglo XX, por ello Le Corbusier ya vio en 1925 un París con calles estrechas, viviendas sobrecargadas, aire contaminado y alta criminalidad, y paseando por el borde del Sena, pensó que lo MODERNO, la modernidad pasaba por LIMPIARLO y dotar de más vegetación a la capital parisina, y reducir un suelo que ocuparon los coches. Y continúa el Sr. Burdett con su alegato: “el problema es que las ciudades no se diseñan, sino que crecen autoconstruidas”, y ahí radica el quid de la cuestión: ¿Cómo gestionamos lo autoconstruido? “El crecimiento hoy es orgánico porque no se pagan impuestos para urbanizar, los barrios crecen sin atender a la disciplina urbanística, por lo que una ciudad ordenada, no es porosa, no acepta el cambio, y en cambio una ciudad de crecimiento poroso admite el cambio, lo inesperado”, sentencia con una sonrisa. Y en ese crecimiento interviene la participación pública y la privada, debiendo conseguir un equilibrio en dicha inversión. Si la inversión pública es mayor que la privada, ésta última dará “forma a la ciudad”, pero si es al contrario, si la inversión privada es mayor que la pública, “la primera condicionará la ciudad y por tanto su crecimiento”, comentaba antes de ratificar con un optimismo humanista que “la convivencia entre las necesidades del mercado libre, la sostenibilidad y la igualdad social es posible; necesitamos un sistema de gobierno que regule esa convivencia”, afirmaba este visionario que asesoró al alcalde Ken Livingstone que los vehículos que circularan por el centro pagaran una tasa (copiado de Singapur) y ganó las elecciones, con el lema de que “la comunidad local tiene una visión a corto plazo y los políticos deben tener una visión a largo plazo con medidas que hagan progresar a la ciudad”, finaliza el arquitecto y urbanista.
Territorios inteligentes
Un último especialista cae en nuestras páginas, quien nos aporta un punto de vista más amplio y distinto que lo aportado por la visión de Smart Cities, es Alfonso Vegara, Cónsul Honorario de Singapur en Madrid desde 2005, pues aleja el zoom de las ciudades situándolo a la altura del territorio, anhelando un equilibrio entre la COMPETITIVIDAD ECONÓMICA, la SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL y el EQUILIBRIO SOCIAL.
Este arquitecto y urbanista es Alfonso Vegara, presidente de la Fundación Metrópoli, Think Tank sobre opinión, análisis y propuestas sobre las ciudades del presente y del futuro, con una especial relevancia en las SUPERCIUDADES. En una entrevista (que me recomendó mi amigo y catedrático, José Mª Lozano, arquitecto y profesor en la UPV), al Sr. Vegara, se escondían algunos resortes que debemos entender para comprender cómo serían las ciudades dentro de 20 o 30 años. Con el visionado de un Webinar del finales del pasado mes de junio, organizado por el think tank independiente Institución Futuro de Pamplona, me ayudó a comprendí mejor este concepto tan novedoso como interesante que les desgrano.
Partiendo de un dato que todos los expertos califican como de realista, y es que en el año 2050, casi un 70% de la población mundial vivirá en entornos urbanos, la ciudad seguirá siendo fundamental en la vida del hombre, y como llevamos indicando en toda la serie, será el próximo reto para la humanidad a corto plazo. La ciudad nos permite manejar una mejor escala que un país, nos argumenta el Sr. Vegara, para actuar en distintos frentes:
- Cambio climático.
- Pobreza.
- Generación de empleo.
- Equilibrio social.
- Acogida de migrantes.
- Etc.
La CIUDAD tiene finalmente, poco poder político y una capacidad económica limitada para dar respuesta a los retos que se presenten, pero sí tiene una capacidad TRANSFORMADORA basada en el liderazgo, pues en las ciudades se generan ideas, nodos de innovación, desarrollo tecnológico, espacios privilegiados para el arte y la cultura,…con una distribución de la población en el territorio, por lo que las ciudades de tamaño medio, más equilibrado, pues las superciudades o megaciudades, tiene algunos inconvenientes muy significativos, como:
- Excesivo precio del suelo.
- Excesivo precio de los productos inmobiliarios.
- Costes de congestión.
- Tiempos excesivos de desplazamientos cotidianos.
- Contaminación.
- Desigualdad social.
- Inseguridad, etc.
Según la Fundación Metrópoli, en el año 2040, las ciudades que más aportarán valor al PIB total de los países serán aquellas de tamaño medio en torno a 150.000 a 5 millones de habitantes, pasando de un 11% actual al futuro, y esperado, 37%. Y entre ellas, entre estas ciudades se desarrollarán unos denominados DIAMANTES TERRITORIALES, que provocan una conexión física y territorial, física y telemática, que dará lugar a una REORGANIZACIÓN DE LAS CIUDADES que formen parte de dicho sistema. Para ello veamos este concepto de los diamantes, con las siguiente imagen.
Imagen 2. Diamantes territoriales en el Mar de Mármara (Turquía), con centro en la ciudad de Bandirna, el gran puerto del mar de Mármara. Fuente: Fundación Metrópoli.
La ciudad, la polis de los griegos, o los primeros asentamientos urbanos en Uruk (la actual Irak) hace unos cinco milenios y medio, siempre han sido elementos de confrontación y de crítica social, con un fuerte estigma, y como paradigma por todo lo relacionado con la 1ª Revolución Industrial en la Inglaterra de finales del siglo XVIII, donde la ciudad era signo de inseguridad o riesgo para la salud (véase el artículo sobre el Londres victoriano de aquella época y la labor magnífica de un ingeniero llamado Joseph Bazalgette) pero que no hay que confundir con la ciudad de la 4ª Revolución Industrial (¿4ª invención?) donde como decía Ricky Burdett, “es el mejor ecosistema par vivir y desarrollarse que tiene el hombre”, afirma Alfonso Vegara, e insiste en que la Participación Público – Privada (PPP) seguirá siendo fundamental y crucial, en esta etapa de la economía del conocimiento, para hacer lugares: más humanos, más agradables y más estimulantes, y continuaba apostillando, “los cambios más significativos en la planeación y planteamiento y diseño futuro de las ciudades, pasará por un FORTALECIMIENTO del concepto de TERRITORIO respecto al concepto tradicional de CIUDAD”.
Y volviendo al principio, pasaremos de hablar de SMART CITIES a TERRITORIOS INTELIGENTES, donde encontrar el ansiado equilibrio para alcanzar la ciudad del futuro.
Gráfico 1. L Gráfico 1. Conjunción de factores para conseguir un Territorio Inteligente. Fuente: Fundación Metrópoli.
Por lo tanto, en las próximas décadas, habrá que diseñar la región, que difiere de la planificación de la región. Para diseñar la región hay que:
- Entender ecosistemas.
- Nuestros corredores ecológicos.
- Nuestros paisajes naturales y rurales.
- Sistema de núcleos tradicionales.
- Ciudades de tamaño medio y grandes ciudades.
- Y todo ello, interrelacionado.
El futuro del urbanismo, como avanzábamos, pasa por la colaboración público y privada, para que esta disciplina sea más creativa, con nuevos criterios para entender y diseñar el territorio en base a ámbitos funcionales y ecológicos.
Conclusiones
Como corolario a esta serie de artículos, y partiendo de Le Corbusier con su solución para la Rive Droite, y pasando por el cálculo de la huella hídrica de nuestras empresas y actividades y en todos los usos del agua, el cálculo de 0 residuos de RSU antes de que diseñemos nuestras ciudades con portaminas y papel, como hizo Norman Foster en Masdar City en Abu Dhabi, el empleo “obligatorio” de la Economía Circular, como herramienta imprescindible, para una gestión correcta del agua, y donde cada gota de agua cuenta, para aquellos que seguimos soñando con planetas de consumo justo del agua, donde el doctor Yu Kungjian y el doctor Arjen Hoekstra, habrían sido magníficos compañeros de viaje, si no hubiera sido por la prematura desaparición del segundo.
Es evidente que en ese viaje, necesitaríamos la participación de la razón y la ciencia, como herramientas también muy interesantes, para aplicar los conceptos desarrollados por Steven Pinker de la Universidad de Harvard, un psicólogo cognitivista que nos pide volver a la Ilustración para aplicar los conceptos del pasado a las ciudades del futuro.
Conceptos como Smart City que, en lo más profundo de África no conocen pero que sí necesitan todavía de esa bomba que ayude al poblado a abastecer de agua a algunas decenas de kilómetros de distancia, son necesarios articular para dotar de mayor eficiencia a una gestión de un recurso tan esencial como escaso, y por ello, necesitamos aplicar todo el conocimiento disponible a nuestro alcance, y toda la tecnología. Y el concepto más amplio de los Territorios Inteligentes que nos trae, con sus diamantes territoriales, el doctor Vegara, y su Fundación Metrópoli, término de origen latino metrŏpolis, pero sus antecedentes etimológicos nos llevan a la lengua griega, pues con dicho vocablo se designaba a la ciudad principal de un estado o provincia. Hoy en día podemos designar con este término a ciudades como Nueva York, Ciudad de México, Moscú, Londres o Roma.
Y con la ciudad Eterna terminamos nuestro artículo, una ciudad fundada por Rómulo Remo y que cada vez que la visito hace que sienta el mismo estremecimiento que sintió Francisco de Quevedo, hace más de cuatrocientos años:
“¡Oh Roma!, en tu grandeza, en tu hermosura
huyó lo que era firme, y solamente
lo fugitivo permanece y dura”.
Si Roma fue reinventada cientos de veces, durante miles de años, las ciudades del presente más inmediato y del futuro más acuciante podrán ser inventadas, para satisfacer a sus habitantes, para que progresen, para que se relacionen y nunca se sientan solos, para que disfruten, para, en definitiva, ver pasar el tiempo por el prisma de un amanecer que no duerma nunca.
Imagen 3. Panomámica del río Tíber y la Catedral de San Pedro de Roma al fondo. Fuente: www.101viajes.com.