Esta es la historia de un emisario con más de 30 años de servicio. Ha resistido contra viento y marea las arremetidas del mar mediterráneo, de las anclas de los barcos, y de la población residente en Ibiza, que ha mostrado en varias ocasiones su malestar. Recientemente se ha dado el último episodio, con una demanda al Govern de les Illes Balears.
Si quieren conocer su historia completa y bien documentada, en este link la encontrarán.
El emisario de Talamanca representa un ejemplo de lo que no somos capaces de resolver adecuadamente, incluso cumpliendo con las normativas vigentes en cada momento.
Talamanca se encuentra pegada al puerto de Ibiza, por el lado norte. Es una pequeña cala, bastante cerrada, con playa de arena, algunos restaurantes acogedores y de buen comer, y algunos hoteles. Se puede acceder desde la ciudad sin tener que coger coche. Ofrece un panorama distinto a la otra playa de Ibiza, Platja d'en Bossa, al otro lado de la ciudad, y con un ambiente mucho más cosmopolita y turístico. La bocana del puerto separa a Talamanca de Ibiza. El emisario discurre por el centro de la cala, procedente de la cercana planta de tratamiento de aguas residuales de Ibiza. Atraviesa toda la cala y vierte en mar abierto, si bien relativamente cerca de la cala.
En su larga historia, el emisario ha protagonizado innumerables situaciones de crisis, por rotura, mal funcionamiento o por mala calidad del agua vertida, que ha repercutido en la playa y en los habitantes de la isla, a pesar de su diseño ajustado a normativa. En 30 años no se ha podido materializar una solución satisfactoria al problema. Seguramente no todo es achacable al propio emisario, ya que los sistemas de colectores generales, nunca estuvieron bien diseñados para evacuar adecuadamente las aguas residuales, el sistema de pluviales de la ciudad, que vierte en buena parte en esos mismos colectores, las estaciones de bombeo del agua recogida y la planta de tratamiento, permanentemente sobrepasada, con un problema endémico de falta de espacio que condiciona las tecnologías de tratamiento, forzando a tratamientos intensivos en muchos casos poco satisfactorios en la práctica, contribuyen en gran medida al desastre. Por si fuera poco, la planta desaladora de Ibiza y la central térmica de producción de energía eléctrica, ambas con excedentes de agua por evacuar, también se apuntan al mismo emisario.
Los episodios de colapso por lluvias fuertes, en este caso dando lugar a vertido por el torrente de Llavanera, que desemboca en el propio puerto de Ibiza, son frecuentes a poco que la climatología contribuya, que lo hace cada año en varias ocasiones.
¿Cómo es posible que en 30 años no hayamos sido capaces, yo también me incluyo por mis 4 años de gerente en IBASAN, de materializar una solución global para la ciudad y su entorno que además de cumplir con las normativas, también cumpla con la obligación de dar un servicio de calidad al residente y al visitante? Seguro que hay razones que pueden explicarlo, aunque en ningún caso justificarlo.
La solución de emisarios submarinos para evacuación del agua residual tratada en las plantas de depuración de aguas residuales debería ser reconsiderada. Es cierto, y yo siempre lo he defendido, que una EDAR necesita disponer de un mecanismo de evacuación seguro y no dependiente de otros factores ajenos a la propia planta. Así, la reutilización agrícola, el uso ambiental, o el riego de zonas verdes, no ofrecen esta posibilidad, ya que en situaciones puntuales de mal funcionamiento de la planta, no se puede utilizar esta salida. Sin embargo, el emisario, al verter al mar, parece que permite sostener estas situaciones. El hecho de disponer de emisario hace que las otras soluciones, especialmente la reutilización, pierdan posibilidades. Asimismo, la rigurosidad y la garantía de funcionamiento parecen menos necesarias, por que el mar es grande y todo se lo traga. Hasta los lodos en casos extremos.
Ocurre lo mismo en las empresas de producción, en las que los inventarios esconden los problemas de gestión y rebajan la tensión necesaria para mantener los sistemas productivos al máximo nivel de productividad y eficiencia. En este caso, los buenos gestores proponen una reducción de inventarios o incluso su eliminación, para aflorar los problemas, reducir costes financieros, y sobre todo para hacer una producción más eficiente y equilibrada una vez resueltos.
De la misma forma, si eliminamos o restringimos severamente el uso de emisarios submarinos, nos obligaremos a ser más cuidadosos con el diseño de las plantas depuradoras, a llevar a cabo una explotación y mantenimiento rigurosa y fiable y por ende a aprovechar mejor el agua depurada. Incluso puede que lleguemos a hacer olvidar el emisario de Talamanca.