Redacción iAgua
Connecting Waterpeople
Rädlinger primus line GmbH
Aqualia
Barmatec
J. Huesa Water Technology
Sacyr Agua
Red Control
Amiblu
Almar Water Solutions
Likitech
ICEX España Exportación e Inversiones
s::can Iberia Sistemas de Medición
Sivortex Sistemes Integrals
DATAKORUM
FENACORE
RENOLIT ALKORPLAN
Global Omnium
Filtralite
ACCIONA
LACROIX
SCRATS
ISMedioambiente
Hach
Saint Gobain PAM
Fundación Biodiversidad
Molecor
KISTERS
Asociación de Ciencias Ambientales
Laboratorios Tecnológicos de Levante
AGS Water Solutions
CAF
Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia
AECID
Grupo Mejoras
Innovyze, an Autodesk company
Catalan Water Partnership
Ingeteam
Schneider Electric
FLOVAC
Confederación Hidrográfica del Segura
TecnoConverting
ONGAWA
Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
HRS Heat Exchangers
Centro Nacional de Tecnología de Regadíos (CENTER)
TEDAGUA
Idrica
ADECAGUA
ESAMUR
TRANSWATER
Fundación Botín
AMPHOS 21
Minsait
IAPsolutions
Lama Sistemas de Filtrado
Baseform
Xylem Water Solutions España
GS Inima Environment
Vector Energy
Hidroconta
Agencia Vasca del Agua
Fundación CONAMA

Se encuentra usted aquí

La gestión supramunicipal: una solución sostenible

  • gestión supramunicipal: solución sostenible

La problemática de la depuración en pequeñas poblaciones

Las pequeñas aglomeraciones urbanas, por su propia localización geográfica, su tamaño y grado de desarrollo, presentan una problemática específica, que dificulta la provisión de los servicios de saneamiento y depuración. En esta problemática destacan:

  • El hecho de no poder aprovechar las ventajas que supone la economía de escala, como consecuencia de su pequeño tamaño, lo que conduce a que los costes de implantación y de mantenimiento y explotación por habitante sean elevados. Además, en poblaciones dispersas los costes de saneamiento se incrementan notablemente.
  • Los costes y la dificultad de explotación pueden ser superiores en aquellos casos en que el vertido se realice sobre masas de agua de alta calidad debido a su nivel de protección (cabecera de los ríos, parques naturales, zonas piscícolas, zonas de baño, zonas destinadas a la captación de agua potable, etc.). En este caso los efluentes depurados deberán cumplir normativas de vertido muy estrictas en función de la calidad exigida en el medio, para lo cual el tratamiento de depuración aplicado deberá ser más completo (eliminación de nitrógeno, fósforo u otros componentes) y por lo tanto con costes de implantación y explotación más elevados.
  • La escasa capacidad técnica y económica de las corporaciones locales que rigen este tipo de núcleos para asegurar el mantenimiento y la explotación de sus estaciones depuradoras.
  • Las dificultades inherentes a la gestión de los fangos producidos en las depuradoras, que difícilmente pueden ser deshidratados en sus lugares de origen por su escaso volumen, lo que complica su evacuación y disposición final.

Esta problemática puede ser abordada desde distintos puntos de vista

  • Normativo: aplicando límites en la calidad de los vertidos menos restrictivos que los establecidos para aglomeraciones urbanas de más de 2.000 h.e., siempre y cuando se garantice la inalterabilidad de la calidad del medio receptor.
  • Tecnológico: seleccionando tecnologías, que garantizando el cumplimiento de los requisitos de vertido, tengan costes de explotación asumibles y sostenibles por la población. En relación a este aspecto, una herramienta muy útil que está siendo desarrollada en la actualidad, son los sistemas expertos para la toma de decisiones, que permiten seleccionar distintas alternativas de tratamiento teniendo en cuenta múltiples criterios (económicos, ambientales, legales).
  • De gestión: estableciendo sistemas que optimicen los costes de explotación y garanticen una gestión sostenible, tanto desde el punto de vista técnico, como económico y ambiental.

Independientemente del régimen jurídico de las entidades que operen los sistemas de saneamiento y depuración (la propia entidad local, sociedad pública, empresa privada o empresa mixta), la competencia y por lo tanto la responsabilidad de la gestión del alcantarillado y tratamiento de aguas residuales generadas en su término municipal, es de las corporaciones locales (Art. 25 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de Régimen Local).

No obstante, en el artículo 36 se recoge la competencia de las Diputaciones Provinciales en la coordinación de los servicios municipales, la asistencia y cooperación jurídica, económica y técnica a los municipios, especialmente los de menor capacidad económica y de gestión así como la posible prestación de servicios públicos de carácter supramunicipal y, en su caso supracomarcal.

Son varios los modelos de gestión aplicables al tratamiento de las aguas residuales en las pequeñas aglomeraciones

  1. Gestión municipal, en la que la prestación del servicio la realiza el propio municipio con sus recursos, bien de forma directa o a través de un contrato con una entidad social (sin ánimo de lucro) o empresa privada. Esta fórmula sólo es viable si se trata de un municipio con recursos económicos altos o que pueda adoptar sistemas de depuración extensivos de bajo coste de explotación.
  2. Gestión mancomunada, o asociación de varios municipios para compartir los costes y personal asociados a la prestación del servicio. Este sistema permite disminuir los costes de explotación y disponer de personal especializado para la gestión y explotación de las estaciones depuradoras incluidas en la mancomunidad o en el consorcio. 
  3. Gestión regional o provincial, prestada por una entidad pública dependiente del gobierno autonómico o de una diputación provincial. Al tener un ámbito tan grande y gestionar sistemas de saneamiento y depuración de pequeñas y grandes poblaciones, además de aprovechar las ventajas derivadas de la economía de escala (mejores servicios a mas bajo precio), puede redistribuir los costes entre los ciudadanos de los núcleos grandes y pequeños, estableciendo un canon o precio único de depuración en función de los metros cúbicos de agua consumida.

Un aspecto importante y singular de la gestión de la depuración de pequeñas poblaciones, lo constituye la gestión de los fangos producidos en las estaciones de tratamiento. El principal problema que se plantea es la dificultad generalizada de deshidratar los fangos in situ debido a la ineficiencia de los sistemas de deshidratación para volúmenes de fangos tan pequeños. También es ineficiente, por el mismo motivo, el transporte de fangos individualizado para cada depuradora, dado las grandes distancia existentes entre los centros productores y los centros receptores (vertederos, estaciones de compostaje, etc.).

Salvo casos excepcionales, la tendencia usual es a establecer sistemas integrados de gestión de fangos que abarquen a una comarca, provincia, o región, que dispongan de instalaciones de deshidratación centralizadas en estaciones depuradora grandes o medianas, sistema de transporte de fangos líquidos, estabilizados o no, mediante camiones cisternas, desde las depuradoras pequeñas, y centros de recepción y tratamiento de fangos deshidratados (vertederos, compostaje, incineración, etc.) de carácter comarcal o provincial. De esta forma se abaratan costes y es posible gestionar los fangos con garantías.

La tendencia usual es a establecer sistemas integrados de gestión de fangos que abarquen a una comarca, provincia, o región, que dispongan de instalaciones de deshidratación centralizadas

Hoy en día, tanto la gestión mancomunada como la provincial son fórmulas que se van imponiendo en la mayoría de las comarcas con pequeños núcleos de población. Son numerosísimos los ejemplos en todo el territorio español, siendo cada vez menos frecuente la gestión municipal individual (y en los pocos casos que van quedando, en un alto porcentaje, se debe más a temas políticos que a técnicos o estratégicos).

A la gran ventaja de la economía de escala, se le une el efecto solidario de una tarifa única para todos los ciudadanos de la comarca, así como una acción conjunta de mejora de entorno ambiental más cercano.

Todos estos factores motivan que, no sólo se haya convertido en la opción más económica y viable tecnológicamente, sino en la más sostenible desde el punto de vista social y ambiental.