Es evidente que en España existe una demanda de ecosistemas colaborativos de innovación que fomente la inversión privada en I+D+i en el sector del agua. Éste permitiría atraer y retener capital humano cualificado, impulsar el desarrollo basado en el conocimiento y, por supuesto, el uso eficiente y recuperación de los recursos.
Desde el CENTA estamos trabajando en crear un modelo de innovación abierta mediante nuevos partenariados conformados por los agentes del sector que sean capaces de movilizar y crear procesos de I+D+i, tanto para el cumplimiento de la Directiva Marco del Agua como de todos aquellos retos y compromisos en el ámbito de los recursos hídricos.
Una de las herramientas que estamos desarrollando para este objetivo es la creación de un Living Lab en materia de aguas (un espacio físico y virtual para la co-creación, experimentación y evaluación de productos innovadores). Dicha actuación la estamos llevando a cabo en el marco del proyecto europeo TWIST "Estrategia Transnacional de Innovación en el sector del Agua (Transnational Water Innovation STrategy)" financiado por el Programa Interreg SUDOE.
La participación de CENTA en el proyecto, aporta su posición afianzada como punto de encuentro de los actores de la cuádruple hélice en el sector del saneamiento y depuración a nivel regional y dentro del espacio SUDOE. De igual forma, el proyecto TWIST permitirá la puesta en valor de la plataforma tecnológica que CENTA dispone en Carrión de los Céspedes (Sevilla), dando a conocer los servicios y oportunidades que este centro ofrece tanto al tejido empresarial (como centro de desarrollo y validación), a la comunidad científica (materialización de ideas a escala real), a la administración pública (apoyo a la toma de decisiones en tema de planificación de obras hidráulicas) y la sociedad civil (aumento de la sensibilización ambiental y el valor del agua en el desarrollo de la sociedad).

El funcionamiento de los Living Labs se basan en cuatro ejes principales:
- Una creación conjunta entre usuarios/demandantes finales y generadores del producto o servicio que satisfaga la demanda. Para el desarrollo de este eje es fundamental el propiciar encuentros e interacciones entre los distintos actores, ya sea de forma bilateral o multilateral.
- Análisis de las oportunidades de mercado de nuevos productos/servicios que se puedan derivar de los procesos innovadores, así como futuros retos y necesidades/demandas de las sociedad. En este apartado también es fundamental el desarrollo de un Sistema de Vigilancia Tecnológica o Inteligencia Competitiva.
La Vigilancia Tecnológica o Inteligencia Competitiva es un proceso organizado, selectivo y permanente, de captar información del exterior y de la propia organización sobre ciencia y tecnología, seleccionarla, analizarla, difundirla y comunicarla, para convertirla en conocimiento para tomar decisiones con menor riesgo y poder anticiparse a los cambios. La Vigilancia Tecnológica es un elemento básico de cualquier sistema de Gestión de la I+D+i, ya que permitirá identificar a los mejores socios tecnológicos y minimizar el esfuerzo de I+D+i, aprovechando los últimos desarrollos existentes.
- Experimentación: el disponer de un espacio de experimentación y demostración a escala real permite, por un lado, al usuario/demandante el poder visualizar e interactuar de formar directa con la solución/es tecnológica/s ya una vez implementadas; y a los generadores de conocimiento, servicios y productos, la experimentación les permite ajustar sus propuestas y establecer un verdadero feed-back con las aportaciones del resto de actores del proceso. Se establece una verdadera comunidad de stakeholders que propicia que el proceso innovador pase de algo lineal a una acción circular de múltiples interacciones.
- La validación tecnológica, aporta ventajas competitivas a los proveedores de soluciones, ya que les sirve para acreditar el rendimiento de sus tecnologías/productos en todos los niveles de madurez tecnológica, lo que la diferenciará respecto a otras tecnologías competidoras. Esta validación debe llevar pareja una evaluación, no sólo de los conceptos técnicos y científicos de los productos o servicios, sino aquella que permita relativizar los soluciones de acuerdo a criterios ambientales y socioeconómicos.
Está demostrado que es difícil abordar retos complejos de manera individual. Si desde el principio hacemos protagonistas de la solución a aquellos que plantean la necesidad, mayor grado de satisfacción garantizaremos para todas las partes implicadas.