Cada 22 de abril desde hace casi 50 años (en 2020 serán sus “Bodas de oro”) se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra, también conocido como el Día de la Tierra. Su promotor, el senador estadounidense Gaylord Nelson, instauró este día para crear una conciencia común a los problemas de la sobrepoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra… y así se ha seguido haciendo.
De esta forma, la Asamblea General de Naciones Unidas celebra el Día de la Tierra con el objetivo de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, las sociales y las ambientales de las generaciones presentes y futuras, y para promover la armonía con la naturaleza y la Tierra.
En el s.XX, los peces de agua dulce han tenido la tasa de extinción más alta en todo el mundo entre los vertebrados: han disminuido en 83% desde 1970
Protege a nuestras especies
El tema del Día de la Tierra es la protección de nuestras especies. Tal y como dijo Rachel Carson, “En la naturaleza, nada existe solo”, y la estrecha relación entre naturaleza y especies (incluida el ser humano) hace que cualquier alteración ponga en peligro el equilibrio existente. De esta forma, la destrucción global y la rápida reducción de las poblaciones de plantas y vida silvestre están directamente relacionadas con el ser humano y causas impulsadas por nuestra actividad.
La civilización humana ha tenido un impacto negativo en la mayoría de los seres vivos, produciendo una disminución global de las especies y dejando cifras más que alarmantes:
- Los científicos estiman que estamos perdiendo especies de 1.000 a 10.000 veces la tasa normal. Múltiples especies desaparecerán antes de que aprendamos sobre ellas o los beneficios que traen a nuestro planeta (NCBI).
- La destrucción del hábitat, la explotación y el cambio climático están causando la pérdida de la mitad de la población de animales salvajes del mundo (Nature).
- En todo el mundo, más de 650.000 mamíferos marinos son capturados o heridos de gravedad por los artes de pesca cada año (Oxford Academic).
- El número de animales que viven en la tierra ha disminuido en un 40% desde 1970 (The Guardian).
- Se estima que los humanos han impactado el 83% de la superficie terrestre de la Tierra, lo que ha afectado a muchos ecosistemas, así como al rango en el que solían existir especies específicas de vida silvestre (Smithsonia National Museum of Natural Hsitory).
Pero estas cifras no son las únicas. Si nos centramos en el agua dulce, más de 126.000 especies de peces, reptiles, moluscos, plantas, insectos y mamíferos de nuestro planeta habitan en ríos, lagos y humedales que se han visto gravemente amenazados por la acción humana (National Geographic). De estos, un 83 % han disminuido desde 1970, según el último Informe Planeta Vivo de WWF, siendo la mayor extinción de vertebrados a nivel mundial. Dicho Índice, que mide los niveles de la biodiversidad en base a 16.704 poblaciones de 4.005 especies de vertebrados en todo el mundo, presenta una disminución general del 60 % desde 1970, siendo los principales factores de esta pérdida la sobrexplotación y la agricultura (ambos como resultado del crecimiento del consumo humano).
A pesar de representar tan solo un 1 % de la superficie terrestre, los ecosistemas de agua dulce constituyen uno de los hábitats terrestres más vivos
El papel del agua en el Día de la Tierra
El Día de la Tierra es, además, una oportunidad para recordar que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida y el sustento, y en esto el agua juega un papel fundamental. De hecho, a pesar de representar tan solo un 1 % de la superficie terrestre, los ecosistemas de agua dulce constituyen uno de los hábitats terrestres más vivos, albergando casi a una de cada diez especies del planeta. Pero no solo eso, también son una fuente de vida para todos los seres humanos y poseen un alto valor económico.
Sin embargo, los ecosistemas de agua dulce también son los más amenazados y están disminuyendo a pasos agigantados debido a la fragmentación del hábitat, la sobreexplotación, la presencia de especies invasoras, la contaminación o el cambio climático. Según el informe antes referido de WWF, “a escala global, se estima que ha habido una disminución en la extensión de los humedales de más del 50 % desde 1900”. Además, “las presas y otras infraestructuras desconectan cada vez más los ríos, y los embalses alteran los regímenes de caudales y se estima que están atrapando más del 25 % de la carga total de sedimentos que antes llegaba al océano”.
Fuente: Informe Planeta Vivo 2018 de WWF.
En relación a esto, un reciente estudio global por satélite de la distribución del agua dulce de la Tierra sugiere que se está produciendo un gran cambio hidrológico global debido las variaciones de los patrones climáticos. Esto puede haber producido que, en los últimos 40 años, las poblaciones de especies de agua dulce hayan disminuido en un orden del 81 %, más del doble que las tasas observadas en las especies terrestres y oceánicas. Si bien se estima que a nivel mundial 80 % de las aguas residuales se vierten directamente en los cuerpos de agua sin tratamiento alguno, provocando graves impactos en los ecosistemas y la salud humana, según la ONU, la protección del agua dulce muestra señales de progreso, gracias a las medidas históricas que la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente tomó para proteger y restaurar los ecosistemas relacionados con el agua.
22 de abril: un día para recordar todos los días
No se puede celebrar el Día de la Tierra sin echar la vista atrás a las acciones realizadas años anteriores, de las cuales, llama especial atención una del vigésimo aniversario del Día de la Tierra en 1990, donde en Francia se formó una cadena humana a lo largo del Río Loira (alcanzando unos 800 km de longitud) con el propósito de honrar uno de los últimos ríos limpios de Europa.
El Día de la Tierra no solo es un día importante para el medioambiente y para aquellos que, de alguna forma, estamos implicados en su cuidado y concienciación; debe ser también un día importante para todos los seres humanos. Debemos entender de una vez por todas que el cuidado de la Tierra es una responsabilidad colectiva y debemos fomentar esta armonía con la naturaleza y la Madre Tierra.