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Cuando la escasez de agua (y no los zombis) es el verdadero apocalipsis

  • Cuando escasez agua (y no zombis) es verdadero apocalipsis
    Presa Abraham Gonzaléz

No sé cuánta de la waterpeople es fan de las series de ficción; y más específicamente del género Z. No obstante, la mayoría de este tipo de series suelen versar sobre un puñado de personas que tratan de sobrevivir a los muertos vivientes, cuyo origen a menudo es una incógnita, y donde los personajes son capaces de hacer cosas que ni ellos mismos creían que podrían hacer nunca. Os presento a la que, para mí, pese a seguir la línea argumental de este tipo de series, es la gran excepción: Fear The Walking Dead.

“Fear The Walking Dead” es el spin-off de la archiconocida serie “The Walking Dead” basada en los cómics del mismo nombre. Lo llamativo de su trama, y a diferencia de la mayoría, es que relata los primeros momentos de lo que sería un apocalipsis zombi. La sociedad se desbarata pronto, las ciudades sucumben al caos y las fronteras ya no existen. Los protagonistas van dando tumbos en mitad de un mar de zombis hasta que por fin encuentran un asentamiento que intenta establecer una nueva sociedad. Y es aquí cuando llega el conflicto: Cuando los zombis pasan a un segundo plano y la lucha por los recursos que quedan se convierte en lo primordial. ¿Adivináis cuál de todos los recursos genera más conflicto? ATENCIÓN: SPOILERS.

Quedarse con toda el agua es el objetivo

No. No son las armas. Sí, lo habéis adivinado, es el agua. La segunda mitad de la tercera de temporada se centra en varios puntos conflictivos cuya razón es el agua. En un rancho cerca de la frontera de México (si no recuerdo mal), dividido en dos grupos y asentado sobre un gran acuífero que se agota. En un lado, una bomba de agua que no funciona (o no lo suficientemente bien); en el otro, un pozo del que todos quieren extraer el tan preciado recurso tras desacuerdos en la organización y los fallidos turnos de extracción. Las especulaciones sobre qué hará el otro grupo comienzan, y quedarse con toda el agua es el objetivo. Extraer el agua del acuífero antes que el otro grupo, apostillarse armados alrededor del pozo o, lo más drástico, acabar con aquellos que quieren lo mismo, son las ideas que se les ocurren a algunos personajes de esta historia. Pero los líderes de ambos grupos no están dispuestos a que estalle una guerra entre ellos y deciden cooperar para ir a buscar agua a una presa cercana.

Quién tiene el agua, tiene el poder

Antes de que lleguen a la presa, es necesario retroceder un poco en el tiempo para ponernos en situación. En la serie, alguien vio venir el futuro que se avecinaba, y no era precisamente la invasión zombi, sino la escasez de agua. Cuando cae Tijuana, el Presidente municipal, Dante Esquivel se hace con la Presa Abraham González, comúnmente conocida como Presa Guadalupe, ubicada a 8 kilómetros aguas arriba del poblado Ciudad Guerrero, en el estado mexicano de Chihuahua. La presa funciona con generadores y está operativa casi al 100%, pero la gente se muere de sed. ¿Por qué? Porque el ambicioso empresario crea un cartel (no de droga, sino de agua) alrededor de la presa y distribuye el agua haciendo tratos o trueques con otros grupos de supervivientes bajo el firme convencimiento de que quién tiene el agua, tiene el poder.

Algo tan preciado como el agua es demasiado poder para una sola persona

Pero algunas personas no están dispuestas a que una sola persona tenga el monopolio de un bien tan preciado en época de crisis (perdón, de apocalipsis), y la roban a través de filtraciones y desvíos. El castigo por hacerlo (si a uno le cogen) es irónico: lo tiran desde lo alto de la Presa. Tras una pequeña rebelión, una nueva líder, a quién llaman La Reina del Agua, toma el control de la Presa. Pero algo tan preciado como el agua es demasiado poder para una sola persona y comienza el debate sobre liberar el agua o proteger la presa para seguir suministrándola como ella cree conveniente. Racionándola a su modo para que no se agote.

Y aquí retomamos con el grupo inicial subdividido, cuyos líderes buscan una solución conjunta a los problemas hídricos de su asentamiento compartido. Las poblaciones cercanas a la presa siguen sin estar contentas con los racionamientos de agua, pero ¿quién lo estaría muriéndose de sed en mitad de un apocalipsis zombi y viendo que una sola persona tiene la capacidad de decidir si alguien vive o muere? Con o sin apocalipsis zombi, la solución parece obvia: abrir la presa y dejar que el agua fluya por el río. Pero no es tan fácil. El miedo a que se evapotranspire debido a las altas temperaturas del desierto, se contamine a causa de los cadáveres o se agoten las reservas por no tener un control, lleva a la Reina del Agua a hacer un trato: agua a cambio de armas y protección.

Pero como suele suceder cuando el agua escasea, la cosa no iba a ser fácil. Un tercer grupo aparece en escena, mucho más anárquico que los anteriores, planeando hacerse con el control de tan preciada presa. Su idea es crear una ruta comercial en torno al curso de agua que corta la presa, y convertirlo en el nuevo Éufrates. Un bien tan preciado como el agua debe ser gestionado de forma adecuada y su líder, como tantos otros líderes, cree ser la persona adecuada para controlarla. Así, se produce una auténtica batalla en las instalaciones de la presa por hacerse con su control. ¿Cómo acaba la guerra? Suficientes spoilers he hecho ya como para contar también el final de la temporada. Eso sí, la imagen final de decenas de personas que morían de sed corriendo a beber agua es una de las escenas más bonitas que he visto en una serie de televisión.

Ahora bien, si sacamos a los zombis del escenario, ¿es esto una distopía de lo que nos espera cuando el agua empiece a escasear en todas las partes del mundo?