A estas alturas es sabido que surgen modas de debajo de las piedras. Algunas más absurdas que otras, pero modas igualmente. Y también es sabido tal y como he contado otras veces en este blog, que la estupidez humana alcanza cada vez más límites insospechados.
La nueva moda son las “zapatillas de Jesús”. No Jesús, el vecino, sino las del mismísimo Jesucristo. “¿Y cómo pueden ser sus zapatillas si en aquella época no existían las zapatillas?”, se ha podido leer en Twitter. La respuesta está en el agua bendita del río Jordán que está inyectada en las cámaras de aire de las suelas.
What do you think, friends? Are you going to run out and get your own pair of 'Jesus Shoes'? pic.twitter.com/28NyQi1GVL
— George Takei (@GeorgeTakei) October 10, 2019
Un estudio de diseño con sede Brooklyn (Nueva York), compró a precio de mercado (unos 160 dólares) un par de zapatillas deportivas del modelo Nike Air Max 97. Añadimos un crucifijo dorado de Jesús, inyectamos agua del río Jordán en las cámaras de aire y ya tenemos las “zapatillas de Jesús” con un precio de venta, según el vídeo anterior, de 3.000 dólares.
¿Por qué el agua del río Jordán es sagrada?
El río Jordán es un río de 360 km de longitud total, que ocupa el sector asiático del Gran Valle del Rift. Nace en las montañas del Antilíbano, desde donde fluye atravesando el sureste del Líbano hacia el sur, entrando en Israel y desembocando en la costa norte del mar de Galilea.
A pesar de sus dimensiones, el río Jordán es el río más caudaloso y largo de Tierra Santa, junto con el Orontes. Fue, del mismo modo, escenario de muchos eventos bíblicos, entre los que se incluye uno de los más importantes: el bautismo de Jesucristo.
Según el Evangelio de Marcos, fue el río donde fue bautizado Jesucristo. San Marcos relata en sus evangelios ese hecho de la siguiente manera: "Y sucedió en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan el Bautista en el Jordán. E inmediatamente, al salir del agua, vio que los cielos se abrían, y que el Espíritu como paloma descendía sobre El; y vino una voz de los cielos, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido". (Fuente: Wikipedia).