Connecting Waterpeople

Se encuentra usted aquí

Donald Trump: canción de hielo y fuego (y cambio climático)

  • Donald Trump: canción hielo y fuego (y cambio climático)

Norteamérica sufre el invierno más frío de las últimas décadas, donde se han alcanzado temperaturas de hasta 30 grados bajo cero en algunas zonas de Estados Unidos y Canadá.

Este frío imparable que bien parece sacado del universo fantástico de George R. R. Martin, “Canción de hielo y fuego” (o Juego de Tronos para los seriéfilos), y donde el lema de la casa Stark, “Se acerca el invierno”, parece haberse cumplido, ha dejado imágenes para la historia: la de las imponentes cataratas del Niágara congeladas, cuyo paisaje resulta bello y estremecedor al mismo tiempo.

Esta versión invernal de los huracanes que sacuden el sureste de Estados Unidos conocida como “ciclón bomba”, fenómeno que se da cuando la presión atmosférica cae rápidamente (y que es característico de todas las tormentas), ha provocado un devastador temporal que se ha traducido en un descenso brusco de las temperaturas, agua congelada, fuertes vientos y víctimas mortales. El aire frío del ártico desciende y choca contra el aire caliente, generando una mezcla de vientos huracanados e intensas tormentas de nieve.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha aprovechado la situación para sacar a relucir una de sus canciones favoritas: la del cambio climático. En un nuevo intento de demostrar que tiene totalmente la razón al afirmar que el fenómeno no es real, vuelve a sacar a relucir su falta de conocimiento sobre el tema, al que podríamos referirnos a partir de ahora como su particular canción de hielo y fuego.

En un tuit publicado al comienzo del ciclón bomba a finales de 2017, Trump dijo: “En el este podría ser la víspera de Año Nuevo más fría registrada. Quizás podríamos usar un poco de ese viejo calentamiento global por el que nuestro país, pero no otros países, iba a pagar trillones de dólares para protegernos de él. ¡Abríguense!”

Las respuestas a este tuit del presidente no se hicieron esperar y no tienen desperdicio, muchas haciendo alusión a que Donald Trump solo asocia el cambio al calor y al aumento de la temperatura, es decir, al calentamiento global, y sin conocer la diferencia entre clima y tiempo.

Así, mientras que el tiempo es el estado de la atmósfera en un sitio particular durante un corto periodo (como es la ola polar que azota Norteamérica), el clima se refiere al patrón atmosférico de un sitio durante un periodo largo, pudiendo producir promedios significativos y estudiar tendencias históricas.

Pero quizá no sea solo culpa de la ignorancia de Trump. En el contexto de la política medioambiental, el cambio climático se ha convertido en sinónimo de calentamiento global antropogénico, olvidándose de que las glaciaciones del Pleistoceno también fueron un cambio climático provocado en este caso por las variaciones orbitales de la Tierra.

En cualquier caso, 2017 se convirtió en uno de los tres años más cálidos jamás registrados, algo que ya advertía la Organización Meteorológica Mundial casi a finales de año. Aunque pueda parecer una contradicción, pese a la excepcional situación de temperaturas mínimas que se están dando en Norteamérica, la temperatura global sigue en aumento y batiendo récords (las temperaturas para 2017 fueron más altas que el promedio climatológico de 1981-2010 en la mayoría de las regiones del mundo), lo que hace a su vez que el cambio climático sea muy real.