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La implementación de políticas públicas sobre agua, el gran reto de los países latinoamericanos

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    Casa de América acogió los III Diálogos del Agua América Latina – España
  • Los Diálogos del Agua América Latina-España son espacios de discusión temáticos que se organizan anualmente, como parte de una plataforma estratégica de colaboración de largo plazo conformada por CAF-banco de desarrollo de América Latina, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de España (MAPAMA), el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad de España (MINECO) y el Ministerio de Asuntos Exteriores de España (MAEC).

El pasado 23 de octubre, Casa América de Madrid acogió los III Diálogos del Agua América Latina – España, cuya discusión giró en torno a los obstáculos que encuentran los países para implementar políticas públicas, alineadas a resolver la problemática del agua de manera sostenible, a fin de asegurar la seguridad hídrica y crear resiliencia ante los efectos del cambio climático. Destacados expertos internacionales y ministros debatieron sobre el futuro de la seguridad hídrica de la región Iberoamericana y sobre cómo lograr un pacto político del agua de alto nivel. Como era de esperar, fueron muchas las lecciones que nos dejaron.

Hacia un Pacto Político del Agua

Este fue el lema de esta tercera edición y, es que, a pesar de los importantes avances alcanzados en los últimos años en la cobertura de servicios de agua potable y saneamiento en América Latina, del ejemplo de gestión que supone España en materia hídrica y de los factores (sobre todo climáticos) que amenazan la seguridad hídrica en ambas regiones, todavía no se ha dado ese compromiso político necesario para implementar políticas públicas de Estado que encuentren soluciones a los principales desafíos del sector.

Fernando García Casas, Secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y El Caribe destacó el reciente desarrollo de América Latina gracias a “los consensos que implican a los principales actores sociales y políticos que van más allá de un Gobierno o un periodo electoral y que se concentran en espacios comunes entre fuerzas opuestas”. Y es que el agua no es ajena a esto. Como factor clave de desarrollo que es, la gestión del agua en toda la región Iberoamericana debe ser objeto de grandes consensos. Cierto es que gestionar el agua en España para 46 millones de habitantes y 75 millones de turistas no es una tarea fácil, pero las medidas que se adopten para asegurar el abastecimiento a todas estas personas, debe ser, como se viene reclamando desde hace mucho, cosa de todos.

Fernando García Casas, Secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y El Caribe. (Pablo González-Cebrián/iAgua)

En consenso con las palabras de Fernando, Luis Carranza, Presidente Ejecutivo de CAF, destacó que “el problema del desarrollo está íntimamente ligado al agua”, pero no solo se trata de un problema de bienestar, sino de salud pública. A menudo, los desastres naturales donde el agua tiene un papel protagonista, provocan un aumento de la pobreza. América Latina es bien conocedora de los efectos de su devastación y, por ello, requiere un fortalecimiento institucional para solventar los problemas hídricos que existen incluso antes de que se produzcan dichos desastres, siendo el agua “fundamental para una estrategia de desarrollo a largo plazo”.

Luis Carranza, Presidente Ejecutivo de CAF. (Pablo González-Cebrián/iAgua)

La clave para comprender los problemas relativos a la seguridad hídrica radica, según destacó Irene Garrido Valenzuela, Secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa de España, en entender que “no solo se trata de un problema que afecte solo a países con menor grado de desarrollo”. Mientras que España es considerado un país desarrollado y América Latina aún tiene países como Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia o El Salvador, que se consideran en vías de desarrollo, ambas regiones tienen dos cosas en común: la primera de ellas es que, de una u otra forma, se enfrentan al problema de la seguridad hídrica; y la segunda es que hasta ahora ninguna ha tenido la capacidad de sostener un pacto político para hacer frente a dichos problemas.

Irene Garrido Valenzuela, Secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa de España. (Pablo González-Cebrián/iAgua)

Y es que, a pesar de que España puede presumir de tener un modelo de éxito de gestión del agua en términos de escasez propiciado por las condiciones orográficas y climatológicas del país, sigue trabajando en alcanzar un Pacto Nacional por el Agua. Sobre este Pacto habló la Ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, del que destacó que “persigue un uso más eficaz, solidario, sostenible e integrado de los recursos hídricos del país y del que iAgua ya forma parte. Así, afirmó que “el Pacto Nacional por el Agua se hará desde el consenso, al margen de rivalidades de cualquier tipo, para construir una política del agua que sea una política de Estado” y resaltó la necesidad de intensificar el diálogo de las políticas públicas ligadas al agua. Algo que la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, María García, adelantó a iAgua el pasado mes de abril, donde aseguró que el agua estaría al frente de las prioridades en esta legislatura. Prueba de ello, es que desde el mes de julio el MAPAMA está llevando a cabo el proceso de debate con los diferentes agentes implicados para alcanzar dicho Pacto.

Isabel García Tejerina, Ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. (Pablo González-Cebrián/iAgua)

Políticas de Estado para la gestión de los recursos hídricos

Aziza Akhmouch, Líder del Programa de Gobernanza del Agua (OCDE), explicó por qué los consensos políticos son vitales para gestionar mejor el agua, y donde demostró que “más allá del consenso político y de los pactos que se tienen que fomentar en políticas del agua, éstas se tienen que adaptar a las realidades territoriales”. Corroborando lo que Irene Garrido Valenzuela ya dijo con anterioridad, Aziza mostró que los riesgos del agua no son solo cuestión del nivel de avance económico, sino que afectan a países de distintos tipos. (En el top 10 de países con riesgo de inseguridad hídrica para sus habitantes, no se encuentra ninguno de Latinoamérica y si China e India, que lideran el ranking).

Aziza Akhmouch, Líder del Programa de Gobernanza del Agua (OCDE). (Pablo González-Cebrián/iAgua)

Algo que caracteriza a estos Diálogos, es la posibilidad de conocer (y aprender) los retos para la implementación de políticas públicas en el sector del agua en países latinoamericanos. Así, supimos que Brasil, Costa Rica, Paraguay y Bolivia coinciden en uno de los problemas más preocupantes: la falta de las infraestructuras hídricas. Algo que también se convierte en un punto común con España, pues la ministra Tejerina recalcó con anterioridad que “para afrontar los retos en torno al agua es importante invertir en infraestructuras hidráulicas”.

En estos diálogos, supimos de la mano de Vicente Andreu, Presidente de la Agencia Nacional de Aguas de Brasil, que las leyes del país establecen el consumo humano como la prioridad dentro del sector. Sin embargo, las condiciones climáticas suponen un gran problema para el mantenimiento de la seguridad hídrica. Pero la culpa no solo radica en los requerimientos ambientales, el principal problema es la falta de gobernanza: “En Brasil es necesario tener una gobernanza del agua entre todas las provincias y el Gobierno central y solo es posible con la participación de los usuarios”.

Vicente Andreu, Presidente de la Agencia Nacional de Aguas de Brasil. (Pablo González-Cebrián/iAgua)

Esta falta de gobernanza es también un punto en común en Paraguay. Claudia Crosa, Directora de Agua Potable y Saneamiento, dijo: “en Paraguay tenemos muchas instituciones implicadas en la gestión del agua, pero falta un liderazgo fuerte” y aseguró que el país “está todavía en pañales en lo que respecta a un Pacto Nacional del Agua”. Un ejemplo que puso para demostrar esta carencia fue el canon de uso del agua, que no se está implementando por la falta de consenso entre los actores implicados. En palabras de la propia Crosa, el país tiene una buena disponibilidad hídrica, pero no están tratando bien el recurso.

Claudia Crosa, Directora de Agua Potable y Saneamiento. (Pablo González-Cebrián/iAgua)

Costa Rica tiene muchos aspectos en común con los dos anteriores. Edgar Gutiérrez, Ministro de Ambiente y Energía, aseguró que en el país hay mucha agua, pero se debe ser sabio en cómo se va a utilizar, señalando como foco principal la agricultura, donde se hace un muy mal uso del agua. Por otro lado, y al igual que Brasil, Costa Rica también se enfrenta a fenómenos climáticos que ponen en riesgo la seguridad hídrica. El ministro se mostró de acuerdo con el resto de ponentes en que “los problemas hídricos deben ser afrontados tanto por el Gobierno como por el resto de actores implicados” y que la solución pasa por “encontrar una participación de la sociedad”. No obstante, señaló que “el principal problema de Costa Rica es el tema de las infraestructuras”, que han emergido tras dos años de sequía provocando conflictos.

Edgar Gutiérrez, Ministro de Ambiente y Energía. (Pablo González-Cebrián/iAgua)

Por su parte, Carlos Ortuño, Ministro de Medio Ambiente y Agua de Bolivia, dejó claro que la problemática hídrica en Bolivia es altamente prioritaria, pero no por ello se consiguen los objetivos a alcanzar. Y es que a Bolivia le falta lo básico. En palabras del ministro, “el reto fundamental de la Gobernanza en Bolivia es establecer que el agua es un derecho para todos”. Aunque se tiene la voluntad, reconoce que el país “debe disponer de mejores herramientas para mejorar la toma de decisiones en la gestión del agua” y, sobre todo, la asunción de roles adecuados y la construcción de un diálogo entre la sociedad civil.

Carlos Ortuño, Ministro de Medio Ambiente y Agua de Bolivia. (Pablo González-Cebrián/iAgua)

La seguridad hídrica como requisito para el desarrollo de los países

A pesar de que, en América Latina y El Caribe, 25 millones de personas no poseen acceso a una fuente segura de agua potable y que unos 89 millones no cuentan con servicios de saneamiento mejorado (CAF), la seguridad hídrica no se ciñe a un ámbito regional. Según la OECD, la mitad de la población mundial aún vive con agua contaminada y estima que en 2050 un 40% habite cerca de cuencas hidrográficas con estrés hídrico severo. Dada la sequía actual, España podrá verse muy afectada.

Luis Tejada, Director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, quiso resaltar (y es algo que debemos grabarnos a fuego) que “una fuente de agua potable sin la adecuada gestión supone un gran riesgo para la salud”. Parece algo muy básico y fácil de recordar, pero da la sensación de que este hecho se olvida. Porque sí, tanto una mala gestión del agua como la falta de la misma, pone en riesgo muchas cosas: el agua es un bien básico que forma parte de muchas cadenas (directa o indirectamente), cuyo funcionamiento depende de ella. “El crecimiento demográfico incrementa más que nunca la demanda hídrica” y, por ende, la demanda de alimentos. Así, Tejada llamó a “resolver la ecuación: crecimiento demográfico, producción de alimentos y demanda hídrica”, lo que pasa por “trabajar mucho en la definición y planificación de ejes estratégicos y en el mantenimiento de infraestructuras”. En definitiva, por una apuesta en la gestión integrada de los recursos hídricos.

Luis Tejada, Director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. (Pablo González-Cebrián/iAgua)

Son muchos los motivos por los que el agua merece ocupar un lugar central en la agenda de desarrollo en la región. Rita Cestti, Directora de la Práctica Global de Agua para Latinoamérica del Banco Mundial; Carlos Mario Gómez, Profesor y Director del Departamento de Economía de la Universidad de Alcalá; Ramiro Aurín, Director General del Observatorio de los Servicios Urbanos (OSUR); y Gladys Villarreal, Directora de Cuencas Hidrográficas de Panamá, coincidieron en que conseguir una gestión del agua más integral y sostenible depende de 4 factores: técnicos, financieros, políticos y sociales. Así, Rita Cestii resaltó que “a pesar de los esfuerzos hechos para lograr una gestión integrada del agua en la región latinoamericana, en muchos casos se han quedado solo en el discurso”. La falta de voluntad política y el hecho de que aún no se concibe el problema del agua como un problema que afecta a otros sectores (no solo al del agua), son los principales obstáculos a los que se enfrenta. De hecho, Carlos Mario Gómez, aseguró que es necesario “poner en valor el agua como un recurso económico”, ya que, como se ha venido diciendo, el acceso a agua es un factor limitante que genera una brecha económica entre los países. Así, “la forma en la que gestionemos el nexo agua-energía-cambio climático, definirá el futuro de la economía en las ciudades”.

Rita Cestti, Directora de la Práctica Global de Agua para Latinoamérica del Banco Mundial; Carlos Mario Gómez, Profesor y Director del Departamento de Economía de la Universidad de Alcalá; Ramiro Aurín, Director General del Observatorio de los Servicios Urbanos (OSUR); y Gladys Vilarreal, Directora de Cuencas Hidrográficas de Panamá. (Pablo González-Cebrián/iAgua)

Consensos para la construcción de un Pacto por el Agua

Entonces, ¿cómo conseguir consensos entre diversos actores para construir un Pacto por el Agua? Tal y como se ha venido resaltando, el agua debe ser una política de Estado que suponga un acuerdo de todos los sectores. Para José Carrera, Vicepresidente de Desarrollo Social de CAF, “la seguridad hídrica es el objetivo a alcanzar, reconociendo que es objetivo dinámico y complejo que requiere el abordaje desde las dimensiones económico-financieras, ambientales, institucionales y de gobernanza, para lo cual es necesario instrumentar acciones que promuevan una coordinación intersectorial y multinivel que garanticen un desarrollo más inclusivo, resiliente y productivo”.

Todavía no se ha dado ese compromiso político necesario para implementar políticas públicas de Estado que encuentren soluciones a los principales desafíos del sector

Liana Ardiles, Directora General del Agua en España; Daniel Greif, Director Nacional del Agua de Uruguay; Maureen Ballestero, Consultora especialista en agua de CAF y Exdiputada en Costa Rica; y Gonzalo Delacámara, Coordinador del Grupo de Economía del Agua, Fundación IMDEA Agua, debatieron sobre ello. Para Liana, la clave para caminar hacia un Pacto Nacional por el Agua se basa en 3 pilares: una buena planificación territorial, un diálogo abierto y un consenso. Además, “el Pacto del Agua tiene que ser una visión que mire más allá de los intereses políticos” porque “es responsabilidad de todos”. En apoyo a esta responsabilidad compartida, Maureen cree que “debemos sentar a todos los actores en la mesa, ser transparentes y contar con gobiernos fuertes”. Este gobierno fuerte pasa por plasmar dentro de las leyes la gestión integral del agua, abordar el problema antes de que se dé y mirar más allá del futuro político, por encima de los periodos electorales. Además de esto, cada país debe definir sus necesidades con una política de largo recorrido (en el caso de España, se ha cifrado en 10.000 medidas y 20.000 millones de euros de inversión para 2021 y 2027). Sin embargo, Daniel y Maureen coinciden en que el mayor problema de Uruguay y Costa Rica es que tienen gobiernos débiles y fragmentados. Para Gonzalo Delacámara, el problema radico (y no solo en Latinoamérica) en el modo en que pedimos el diálogo; si solo nos quedamos en un terreno de pensamiento voluntarista en el que todas las partes se sientan legitimados para dialogar y escuchar sin profundizar en el contenido del propio diálogo que centra la discusión, se puede correr el riesgo de acabar preguntándonos “¿qué pasa de facto cuando entendemos que la gestión del agua es básicamente una gestión de riesgos y de conflictos?”. En este contexto, según Gonzalo, “la discusión sobre el agua no puede ser estrictamente sectorial ni debe alejarse de la Política de Estado”.

Liana Ardiles, Directora General del Agua en España; Daniel Greif, Director Nacional del Agua de Uruguay; Maureen Ballestero, Consultora especialista en agua de CAF y Exdiputada en Costa Rica; y Gonzalo Delacámara, Coordinador del Grupo de Economía del Agua, Fundación IMDEA Agua. (Pablo González-Cebrián/iAgua)

Para finalizar, no debemos olvidar que la inclusión del agua y el saneamiento dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) nos dice que debemos seguir trabajando en el agua como derecho, pues este objetivo número 6 está íntimamente ligado con el resto de ODS. Su efecto multiplicador con el resto de objetivos, lo hace básico para que se cumpla la consecución de los demás.

Nunca está de más recordar algo que se ha repetido en varias ocasiones: la demanda global del agua se incrementará un 50% para 2050 y, a su vez, la inseguridad hídrica a nivel global generará impactos económicos a nivel local. Como se ha dicho, son muchas las razones por las que el agua merece ocupar un lugar prioritario en la agenda de desarrollo. Sin embargo, esto nunca podrá darse mientras no se consiga una gestión del agua más integral y sostenible, que implique un mayor compromiso político y una mejor coordinación entre sectores y niveles de gobierno.

Todos los que intervinieron en estos III Diálogos del Agua coincidieron en que la solución a los problemas hídricos exige un compromiso de todos los agentes implicados, con consensos tanto nacionales como internacionales, y no solo a corto plazo, sino que deben ser enfocados a medio y largo plazo. De hecho, no debemos plantear la política hídrica como una obligación, sino como una responsabilidad que recae sobre todos.