Nunca un relevo presidencial en Estados Unidos fue tan necesario (no solo para una nación) y tan trascendental como el de la salida de Donald Trump de la Casa Blanca para dar paso a Joe Biden. El ahora 46º Presidente de Estados Unidos mantuvo en su programa electoral durante la carrera hacia la Casa Blanca un compromiso con el medioambiente y la promesa de situar a Estados Unidos a la vanguardia de la acción climática: “Inmediatamente, en mi primer día, me reincorporaré al Acuerdo Climático de París”, aseguraba en un vídeo promocional.
Ni veinticuatro horas en el cargo de manera oficial han hecho falta para que el veterano demócrata de un golpe sobre la mesa (presidencial) para deshacer parte del legado que Donald Trump dejó y que tanto daño hizo en materia ambiental y de salud. Y, es que, entre las órdenes ejecutivas que Joe Biden ha firmado para revertir las decisiones de su predecesor están la vuelta de Estados Unidos al Acuerdo de París y la Organización Mundial de la Salud o el bloqueo del oleoducto de Keystone XL. Decisiones que ya han celebrado diferentes líderes internacionales: “Doy una calurosa bienvenida a los pasos del presidente Biden para volver a entrar en el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y unirse a la creciente coalición de gobiernos, ciudades, estados, empresas y personas que toman acciones ambiciosas para enfrentar la crisis climática", ha expuesto Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, en un comunicado. Por su parte, Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea, ha escrito en un tuit: “La crisis climática es el desafío definitivo de nuestro tiempo y solo puede abordarse combinando todas nuestras fuerzas. Damos la bienvenida al regreso de Estados Unidos al Acuerdo de París”.
Imagen: NBC News.
Joe Biden, que durante su carrera electoral aseguró que si era elegido presidente continuaría con la política ambiental de Obama ―él mismo ejercía de vicepresidente― quiere ir más allá: “Necesitamos acelerar dramáticamente nuestros esfuerzos mundiales para enfrentar la intensidad de este desafío […] La acción global requiere el liderazgo estadounidense”, aseguraba respecto a las acciones contra el calentamiento global. Con la creencia de que no hay un desafío mayor para el mundo ―con permiso ahora de la pandemia, y a la que también tiene entre sus principales acciones―, Joe Biden cree que el Green New Deal es un marco crucial para atacar los desafíos climáticos que enfrentamos y, para ello, pretende dirigir al mundo para enfrentar la emergencia climática y liderar a través del ejemplo, haciendo que la economía de Estados Unidos sea 100% de energía limpia y emisiones netas cero a más tardar en 2050. “Joe Biden se está preparando para lidiar con el cambio climático de una manera que ningún presidente de los Estados Unidos lo ha hecho antes: movilizando a toda su administración para enfrentar el desafío desde todos los ángulos de una manera estratégica e integrada“, escribía Bill Ritter Jr., ex-gobernador de Colorado, en una tribuna para The Conversastion.
La ambiciosa visión de Biden puede verse un poco truncada por las decisiones tomadas por el Senado si los demócratas no obtienen la mayoría en la Cámara, tal y como explica en un hilo de Twitter Jody Freeman, profesora de Derecho de la Universidad de Harvard (EE. UU.) y consejera sobre los temas de medioambiente durante el mandato de Barack Obama. Sin embargo, no cabe duda de que Biden ha presentado el plan de acción climática más drástico que cualquier otro presidente de Estados Unidos (y diría que del mundo), y la pregunta ahora es cuánto de ese plan podrá implementar.
Lo que está claro, no obstante, es que el cambio climático es un desafío global que requiere de una acción decisiva de todos los países; y como dijo Biden durante su discurso de investidura: “No hay nada que no podamos lograr si lo hacemos juntos”. No hay tiempo que perder.
