Los “ríos voladores”, así es como se conocen popularmente, son flujos aéreos masivos de agua en forma de vapor procedentes del océano Atlántico y alimentados por la humedad que evapora la Amazonia.
Estos ríos del cielo cruzan la atmósfera sobre el Amazonas a velocidades vertiginosas, transportando más agua incluso que el propio río y causando lluvias a miles de kilómetros de distancia, llegando hasta el sur de Brasil, Uruguay, Paraguay y norte de Argentina.
Campos de caña de azúcar en el estado de Sao Paulo (Foto: Tiago Iatesta/ riosvoadores.com.br)
La recirculación particular del agua que da pie a este fenómeno, viaja desde el Océano Atlántico transportando una gran cantidad de humedad y, desde la selva amazónica, es transportada por las corrientes de aire para luego caer en gran parte de Sudamérica en forma de precipitaciones. La explicación, de acuerdo a un artículo de la BBC en el que el medio habló con dos expertos brasileños, es que en los ríos existen áreas muy tranquilas y otras con más velocidad, a las que llaman “chorros del río”, así que cuando un río volador se encuentra con los Andes, adquiere una velocidad mayor en su núcleo, formado un chorro de nivel bajo que transporta mayor cantidad de humedad a más velocidad.
Pese a ser un fenómeno de notable impacto por sí solo, la deforestación de la selva amazónica parecer acrecentar los efectos del paso de los ríos voladores, ya que ésta afecta a los vientos, al vapor de agua y a la absorción de energía solar. Al reducirse la cubierta arbórea, la capacidad del entorno para interceptar, retener y transpirar la lluvia caída es menor. Las áreas deforestadas se convierten así en fuentes de agua superficial, ya que, en lugar de devolver el agua a la atmósfera a través de la transpiración, casi toda la precipitación se pierde en forma de agua superficial.
Cada gota de agua en las nubes tiene su propio de ADN, de modo que, al analizarlas, se puede detectar cuál es su procedencia: el mar o la transpiración de los bosques. Tras un exhaustivo análisis, el Centro de Energía Nuclear en la Agricultura de Brasil (CENA) llegó a la conclusión de que la selva amazónica es responsable de gran parte de las lluvias que caen en Brasil, Bolivia, Paraguay y norte de Argentina.
Serra dos Parecis (Foto: Gérard Moss/riosvoadores.com.br)
La combinación entre el cambio climático y la masiva deforestación que sufre la zona, está provocando que estas maravillas meteorológicas supongan un grave peligro, ya que provocan grandes inundaciones y deslizamientos de tierras que se cobran una cifra importante de vidas humanas.