Según las Naciones Unidas estaríamos bordeando actualmente los 8 mil millones de personas; al 2050 seremos 10 mil millones, y al 2100, más de 13 mil millones de habitantes.
A inicios de la era cristiana la expectativa de vida era de 28 años; hoy podemos vivir fácilmente más de setenta años, gracias al adelanto de la ciencia médica, la tecnología y la mejora de la calidad de vida. Pero no todos tienen esa suerte. En los países pobres 8.500 niños mueren diariamente a causa de la desnutrición por la falta de alimentos; mil diarios por la falta de agua; y casi 13 millones de personas fallecen al año por factores ambientales. Y los pobres suman casi 800 millones, suma que ha aumentado ―y sigue incrementándose― a causa de la pandemia del Covid–19.
El bienestar que han alcanzado algunos pocos países desarrollados ha sido bajo el sistema capitalista, acumulando inmisericordemente riqueza extraída de los recursos naturales de los países en vías de desarrollo y/o pobres, con poca o ninguna consideración a la salud del planeta.
A la acumulación de capital no le ha interesado recurrir a un agresivo industrialismo y consumismo, a las guerras, a la desigualdad comercial y económica, a la inestabilidad política, a la quema de material fósil, a la destrucción de los bosques, la contaminación de las fuentes naturales de agua, la tierra, el aire y el espacio, acelerando el cambio climático y los desastres naturales, todo con un letal efecto ―contradictoriamente―a la humanidad entera, la biodiversidad y la naturaleza en pleno.
Desgraciadamente esa es la esencia de un sistema basado en la irracional acumulación de capital bajo la etiqueta de “democracia”, libre comercio, economía social de mercado, propiedad privada, estado de derecho, respeto a los derechos humanos, libertad de prensa, etc. y etc. Viejas ideas y paradigmas que han alimentado la desigualdad social y que no han respetado la Tierra.
La seguridad humana y planetaria, necesita de un cambio bajo un solo e imperativo precepto: ama a tu prójimo y a la Tierra como a ti mismo.