En mayo último, Naciones Unidas publicó el Informe de Síntesis de 2018 sobre el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 relacionado con el agua y el saneamiento a alcanzar el 2030, “para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible”.
El documento ha marcado una alerta mundial sobre el tema hídrico y ha sido una gran preocupación en el Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible, que se celebró hace poco en Nueva York. Tres años después de acordado los ODS por 193 países, no hay avances importantes en el mundo, especialmente en los países en vías de desarrollo, por la escasez presupuestal.
Recientemente la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó un informe sobre el progreso y los desafíos regionales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe, donde alertó que los ODS referidos al aprovechamiento de los recursos naturales, no avanzan “y la gestión de los recursos hídricos se halla en una situación muy comprometida”; aunque reconoce que Perú por su crecimiento económico por encima del promedio regional, tiene grandes posibilidades de revertir la situación.
En la última década, el agua es una preocupación para el gobierno peruano. Existe la Ley 29338 de Recursos Hídricos, la Autoridad Nacional del Agua, la Política de Estado 33 y la priorización del agua y el saneamiento, y la prevención de desastres, pero muy poco en la protección de las fuentes naturales (especialmente en cabeceras de cuenca) y la resiliencia climática.
Para cumplir los ODS 6, es necesario y fundamental que la ANA sea adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), por el carácter transversal, multisectorial y profundamente social del agua. Dependiendo del Ministerio de Agricultura y Riego, en diez años apenas ha implementado 29% en gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH), siendo la media mundial de 48%, lo “que se interpreta como de ‘baja implementación’, y donde la “ANA tiene aquí un gran desafío”[1].
Si persiste esta lentitud en GIRH, al 2030 optimistamente solo alcanzaríamos el 40 % en GIRH, la pobreza continuará, y los ODS será un sueño, al igual que nuestra incorporación a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sin lograr la tan ansiada seguridad hídrica para la construcción de la sociedad del bienestar en Perú.
[1] Síntesis del Informe final del Proyecto Monitoreo Integrado de las Metas del ODS 6 relacionadas con agua y saneamiento (GEMI) 2017. Edición: Autoridad Nacional del Agua, 1ra. edición, 2017. Lima, Perú.
* Publicado en diario Gestión 27/09/2018, Lima-Perú