Redacción iAgua
Connecting Waterpeople
Baseform
Fundación CONAMA
Hach
Filtralite
Centro Nacional de Tecnología de Regadíos (CENTER)
Catalan Water Partnership
ACCIONA
ONGAWA
MOLEAER
Kamstrup
Schneider Electric
Global Omnium
Likitech
Asociación de Ciencias Ambientales
Xylem Water Solutions España
Almar Water Solutions
Molecor
ESAMUR
Sivortex Sistemes Integrals
HRS Heat Exchangers
Laboratorios Tecnológicos de Levante
Red Control
LACROIX
Barmatec
Innovyze, an Autodesk company
Lama Sistemas de Filtrado
Hidroglobal
Fundación Biodiversidad
ICEX España Exportación e Inversiones
Sacyr Agua
Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia
Grupo Mejoras
FENACORE
Amiblu
EPG Salinas
J. Huesa Water Technology
Aganova
Minsait
Vector Energy
ADECAGUA
RENOLIT ALKORPLAN
SCRATS
Ingeteam
TecnoConverting
Hidroconta
GS Inima Environment
Aqualia
Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
KISTERS
s::can Iberia Sistemas de Medición
Cajamar Innova
TEDAGUA
Saint Gobain PAM
DATAKORUM
CAF
AMPHOS 21
IRTA
TRANSWATER
ADASA
Agencia Vasca del Agua
ISMedioambiente
Idrica
Rädlinger primus line GmbH
AECID
Fundación Botín
Confederación Hidrográfica del Segura
IAPsolutions
FLOVAC
AGS Water Solutions

Se encuentra usted aquí

Ecocidio: desequilibrio ecológico y social

Sobre el blog

Luis Luján Cárdenas
Sociólogo y Periodista, Magíster en Administración, especialista en Comunicación para el Ecodesarrollo, articulista en diversos medios escritos de Perú.
  • Ecocidio: desequilibrio ecológico y social
    Foto: stopecocidio.org

El 22 de abril se conmemoró el Día Internacional de la Tierra. Fue iniciativa de ambientalistas estadounidenses e instituida en el 2009 por las Naciones Unidas, para reflexionar y concienciar sobre los peligros medio ambientales que enfrenta el planeta. Pero todo sigue empeorando.

Estamos dirigiéndonos al ecocidio global, si no implementamos medidas drásticas y urgentes en las actividades humanas y las relaciones intergubernamentales y contra la variabilidad climática. Ese es el pronóstico unánime de la comunidad científica.

En el Día de la Tierra, la Organización de las Naciones Unidas realizó un diálogo internacional sobre la biodiversidad y la armonía con la naturaleza. Mi sorpresa fue mayúscula al ver que su principal y hermosa sala de reuniones apenas contenía menos de un tercio de asistencia de representantes de diversos países, en su mayoría provenientes de naciones pobres. Un importante indicador del desinterés por el tema.

El consenso general fue: la economía mundial no va de la mano con el medio ambiente. China sostuvo que hay que construir una civilización ecológica, que reduzca la pobreza y respete la biodiversidad; India, planteó que hay que dejar de lado la economía consumista de ‘usa y botar’, y dar un paso hacia un nuevo estilo de vida; mientras que Nicaragua tildó de depredador el actual modelo económico.

El diplomático de Cuba, por su parte, dijo que se está negando el derecho a la humanidad de sobrevivir y que es necesaria una verdadera política de cambio; mientras que Brasil planteó algo muy importante: el reconocimiento de la naturaleza como sujeto de derecho (varios países ya están cambiando su marco jurídico, especialmente en relación al agua de fuentes naturales, como los ríos). Finalmente la Unión Europea, abogó por la economía circular, aunque alertó que cada vez es menos factible cumplir al 2030 los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Bueno, ¿estamos haciendo algo por cambiar el actual orden económico?, ¡no! Las complejas relaciones económicas y financieras están impuestas por los países desarrollados ―incluyendo a las transnacionales―occidente, desde la segunda guerra mundial, con la anuencia o ‘vista gorda’ de numerosas organizaciones globales como la ONU.

Mientras continuemos con este estado de cosas global, nuestro destino es el ecocidio dado que no hay una relación justa, equilibrada, humana y sostenida entre economía, sociedad y el medio ambiente, debido principalmente a la esencia del capitalismo puro: la acumulación de riqueza sin justicia social, el monopolio del poder político, la imposición ideológica, la coacción financiera y la fuerza militar.

Pero, la Tierra y las sociedades humanas son sujetos de cambio. Y precisamente, la degradación y escasez de los recursos naturales, el desmesurado crecimiento de la industria, la acumulación exorbitante de riqueza por unos pocos, el aumento de la población, la pobreza, el cambio climático, entre otros, son los fenómenos que están presionando para un cambio mundial, quiérase o no. Solo es cuestión de tiempo.