Si Perú quiere cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ‘para conseguir un futuro sostenible para todos’, acordado por las Naciones Unidas, además de lograr su incorporación a la OCDE, el gobierno podría seguir la alternativa de crear la Plataforma del Agua, integrada por las instituciones más importantes y representativas del sector, y elaborar una Agenda y Hoja de Ruta del Agua al 2030, que posibilite cumplir con el Objetivo 6: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.
Este grupo de trabajo multisectorial reactivaría y sería un soporte importante al Sistema Nacional de Gestión de los Recursos Hídricos, creado hace diez años por la Ley N° 29338 de Recursos Hídricos. Esta Plataforma: 1. sería tripartito Estado-Empresa-Usuarios, con apoyo de la cooperación internacional; 2. liderado por la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM); 3. elaboraría una Agenda y Hoja de Ruta al 2030, complementaria e impulsaría la política hídrica actual; y, 4. articularía por primera vez la gestión de los recursos hídricos en sus fuentes naturales y el servicio de agua y saneamiento para la población, dos sectores que siempre han caminado incomprensiblemente por rutas separadas, cuando ambos están íntimamente interrelacionados.
Las Naciones Unidas y diversas investigaciones vaticinan que al 2050 muchas naciones sufrirán la escasez del agua y prolongadas sequías. Perú no es ajeno a ello; mucho más si es altamente sensible a los efectos del cambio climático con graves consecuencias si no planifica la cuestión hídrica y construye gobernanza vinculada a los objetivos sociales, económicos y ambientales, que le permita alcanzar los otros 16 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto es fundamental para erradicar la pobreza, elevar la calidad de vida, preservar el medioambiente, garantizar la paz, la justicia social, los derechos humanos y la protección del planeta.
Sin seguridad hídrica nos será muy difícil enfrentar con éxito retos y desafíos importantes como la competitividad internacional, la globalización, el cambio climático, la mitigación de desastres naturales, el aumento demográfico, el crecimiento de las ciudades, la inseguridad pública, la mayor demanda de alimentos, servicios públicos y energía, el desarrollo de las actividades económicas, la contaminación ambiental, la proliferación de enfermedades, el estado de pobreza y otros problemas sociales.
Es momento de trabajar con visión holística y transectorial, pensamiento crítico, estratégico y prospectivo, considerando el agua como un elemento indispensable para el desarrollo humano sostenido con justicia social.