Perú celebra su bicentenario con graves problemas ecológicos y sociales, consecuencia de la ineptitud de la mayoría de gobiernos que se han sucedido sin pena ni gloria desde que se instauró la república. Para muestra un botón: es el quinto país que más deforesta sus bosques vírgenes[1], lo que sumado a la débil gobernanza pública y los efectos del cambio climático, siembra un oscuro panorama en el futuro nacional y el cumplimiento ―entre otros compromisos internacionales ecológicos―de los Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS acordados por las Naciones Unidas.
Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura - FAO y la Intendencia Forestal y de Fauna Silvestre del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA)[2], realizado a inicios del presente siglo, “Los bosques naturales en el Perú presentan una gran diversidad biológica, reflejada en una amplia variedad de tipos de bosques. El Perú posee 78.8 millones de ha de bosques naturales, de los cuales 74.2 millones se encuentran en la región de la Selva, 3.6 millones en la Costa y 1.0 millón en la Sierra. Con esta superficie se ubica en el segundo lugar en extensión de bosques naturales a nivel de Sudamérica y en el noveno lugar a nivel mundial”.
El año pasado, debido a la ilegalidad e informalidad a consecuencia de débiles y nefastas políticas públicas forestales, el país andino ha perdido más de 200 mil hectáreas de bosque, lo que suma alrededor de tres millones de hectáreas perdidas en lo que va del presente siglo.
Si a esto le sumamos lo perdido en el siglo pasado (según el Ministerio MINAM, Perú pierde un promedio de 155 mil hectáreas de bosques al año por la deforestación), habría desaparecido a la fecha un total de 18 millones de hectáreas[3], quedando en pie solo 60 millones de bosques naturales, los mismos que desaparecería en 300 años, según estimación de la propia FAO.
¿Qué está originando está álgido y preocupante problema ambiental, que pone en serio riesgo la seguridad nacional de Perú ―y del planeta, dado que esta situación se presenta en todo el territorio amazónico de América del Sur, importante pulmón contra la contaminación, la regulación del clima, la desertificación y el calentamiento global―?
Los principales factores son: la agricultura itinerante de subsistencia, minería ilegal, tala de madera, incendios forestales, cultivo de coca por el narcotráfico, y, algo muy importante, según lo subraya la Autoridad Nacional Forestal y de Fauna Silvestre - SERFOR: los ejes viales terrestres y fluviales, que “están relacionados de manera directa e indirecta al 62 % de la deforestación de la Amazonía”.[4]
¿Hasta cuándo soportaremos este ecosuicidio con terribles consecuencias para la humanidad, la biodiversidad y los ecosistemas?
(Continuará)
[1] Información de Global Forest Watch.