Esta es una afirmación recurrente cuanto se quiere poner de manifiesto que el ciclo del agua es cerrado, que el agua en el planeta ni se crea ni se destruye, solo recorre el famoso ciclo hidrológico, del mar a las nubes, a los ríos, a los acuíferos, pasando a veces por un roble, una ratoncillo de campo o incluso un ser humano.
El otro día en un artículo de Xavi Durán, ¿Es infinita el agua?, mencionaba unas afirmaciones que el experto en gestión del agua Gustaf Olsson hizo en una entrevista, como que actualmente nos bebemos “los orines de nuestros antepasados” y que consumimos agua que ya se tomó el mismísimo emperador romano Julio César para calmar su sed.
Y leyéndolo me surgió la duda: ¿Qué de cierto hay en esta afirmación? ¿Es una exageración o realmente podemos estar bebiendo parte de la orina de nuestros antepasados?
Pues manos a la obra, hagamos unos números gordos para salir de dudas.
¿Cuánta gente ha vivido en La Tierra?
Lo primero será saber cuántas personas han estado vivas. Estas cuentas (afortunadamente) ya las hizo el PBR (Population Reference Bureau).

La población nacida hasta 2017 es de 108.480 millones de personas, ya tenemos nuestro primer dato.
Esperanza de vida
La esperanza de vida ha variado a lo largo de la historia. Pero se ha mantenido relativamente estable hasta el siglo XIX, con una gran subida en el siglo XX causa de todos los avances científicos en diversas áreas de la ciencia.

Según esta recopilación de esperanzas de vida, vamos a suponer una esperanza de vida media de 35 años (pasándonos por arriba más bien). Es cierto que en los siglos XX-XXI es muy superior, pero comparado con todas las personas que han vivido, los que han vivido en los siglos XX-XXI son un 10 %, y además hemos incluido los que están vivos ahora, muchos de los cuales aún no han vivido gran parte de su vida. Para este número gordo, 35 años nos deja por el lado de la seguridad.
Consumo de agua por persona
Seguramente estáis pensando en los famosos ocho vasos de agua al día. Un frase que se hizo famosa y que hoy se sigue utilizando, sobre todo por las marcas de agua embotellada. El problema es que era una estimación del total de agua que debemos ingerir (incluida la de los alimentos).
En lugar de fiarnos de lo que dijo una vez un médico estadounidense en una entrevista, vámonos a fuentes oficiales más fiables, en concreto a la Agencia Europea de Salud Alimentaria (EFSA). En esta publicación indican que aunque los rangos de consumo de agua pueden ser muy variables, pues dependen de muchos factores, el valor de Ingesta Adecuada (término técnico) está entre 2.0 litros al día para las mujeres y 2.5 litros para los hombres. Todo ello en condiciones de temperatura y ejercicio físico moderado.
Vamos a hacerle caso a la EFSA y vamos a suponer que la media de ingesta de agua diaria para un ser humano es de 2.5 litros.
Obviamente no toda el agua se pierde por la orina, también por las heces, por la piel o por los pulmones, pero vamos a hacer la cuenta con esos 2.5 litros de todas maneras.
Hagamos las cuentas
Solo nos queda multiplicarlo todo (teniendo en cuenta que en un año que en un año hay 365.25 días, por eso existen los años bisiestos).
108.480 millones de personas * 35 años de vida media * 365.25 días por año * 2.5 litros diarios = 3,466,953,000 millones de litros
Si los pasamos a kilómetros cúbicos tenemos 3,446.95 kilómetros cúbicos de agua
Esa sería la cantidad de agua que habría pasado potencialmente por un ser humano, suponiendo que ninguna molécula haya pasado dos veces por uno.
Ahora habrá que compararla con el agua que hay en la tierra para ver si efectivamente, estamos bebiéndonos agua que pasó por nuestros antepasados.
¿Cuánta agua hay en la tierra?

Ahora ya podemos hacer comparaciones y tener un orden de magnitud entre lo que alguna vez ha pasado por un cuerpo humano (3,467 km3 según nuestros números gordos) con toda el agua del planeta (1,388,000,000 km3), toda el agua dulce en forma de hielo y nieve (24,064,00 km3) o el agua subterránea (23,400,000 km3).
Dado que todo el ciclo está conectado, y que el agua que salió de nuestros antepasados se mezcló con el resto del agua del planeta, más o menos eficientemente, las probabilidades de que vuelva a pasar con un cuerpo humano parecen muy bajas.
Incluso si solo tuviéramos en cuenta los ríos y lagos de agua dulce del planeta, y yo bebiese de esa agua, tendría un solo 3.7% de posibilidades de estar bebiendo agua que hubiera pasado por otro humano.

Es más probable que bebamos la orina de nuestros vecinos
Que el agua que bebió Julio César o Napoleón llegue a nuestro grifo parece muy improbable. Pero algo que puede ser más factible, es que el agua que ha pasado por tu amigo Pedro, ese que vive en una ciudad a 50 km de la tuya, por la que pasa el mismo río que en la tuya, a donde la depuradora vierte sus aguas y de donde tu ciudad coge su agua, llegue hasta tu grifo o del vecino.
Eso puede ser más probable, pero ¿cuánto? Eso se lo dejo al que quiera recoger el guante. ¿Alguien se anima?