El Lago de Bled se encuentra en los Alpes, al noroeste de Eslovenia, en la ciudad del mismo nombre.
Este lago glaciar es uno de los lagos más turísticos del país, con 2.120 metros de largo y una anchura de 1.380 metros. Alcanza una profundidad máxima de 30,6 metros y está rodeado de bosques y montañas.
Un castillo medieval, situado en una isla, corona el lago. Esta isla es la única isla natural de Eslovenia y contiene varios edificios, entre ellos una iglesia del siglo XV.
En verano, miles de remeros navegan sus aguas y se celebra el festival “Bled Days and Bled Night”, con un evento de lo más especial: al caer la noche, barcos surcan por el lago dejando un total de casi 15.000 velas caseras dentro cáscaras de huevos que se quedan flotando en el agua.
Esta velas están fabricadas por un artesano del pueblo, que las prepara durante meses. La pastelería local, conocida por su tradicional “Pastel de Crema de Bled”, es la encargada de suministrar las cáscaras de huevo.
Y como todas los paisajes hídricos de nuestro blog, también tiene una historia mágica: la de La Campana de los Deseos.
Dice la leyenda que la Campana de los Deseos fue un regalo que hizo el Papa a la isla tras conocer la historia de la viuda Poliksena que, tras la desaparición de su marido, mando construir una campaña, dilapidando toda su fortuna, para que sonara en honor a él. Cuando la campana fue trasladada a la isla, una tormenta hundió el barco que la portaba y con él, la campana, que quedó sepultada bajo las aguas del lago Bled.
La historia dice que la campana a veces sigue sonando...
