Desde que los datos publicados por la FAO estimaron la pérdida y desperdicio de alimentos, en un tercio del total producido a nivel mundial en el año 2011, este problema ha supuesto un objetivo de mejora crucial, cuya solución podría ayudar a países desarrollados y en vías de desarrollo, a mejorar la sostenibilidad de la cadena alimentaria mundial.
Numerosos estudios han sido publicados, tratando de caracterizar este problema y reflejar su repercusión, no solo social, sino medioambiental, por la influencia de este despilfarro de alimentos en los consumos innecesarios de energía, liberación de gases de efecto invernadero, deforestación, pérdida de biodiversidad, etc.
Los Bancos de Alimentos entran en escena ante este problema, pues su actividad está directamente relacionada con evitar el desperdicio de comida apta para su consumo, a lo largo de toda la cadena productiva. Pero ¿cómo se relaciona la actividad de los Bancos de Alimentos con la sostenibilidad ambiental?, proyectos como el llevado acabo por Alejandra Armijos y Maite M. Aldaya de la Universidad Pública de Navarra [1, 2], Julien Guilhem de Veolia [3] o Luis López, de la Universidad de Córdoba [4] ya han logrado resaltar los beneficios ambientales de las actividades de los Bancos de Alimentos y de la reducción del desperdicio alimentario, centrándose en la minimización de emisiones de gases de efecto invernadero, y su influencia positiva en el cambio climático.
Para tener una idea de los efectos positivos de evitar el desperdicio de alimentos, un estudio realizado en la Universidad Pública de Navarra, centrado en el Banco de Alimentos de Navarra (BAN), ha reflejado los efectos beneficiosos de su actividad, en términos de reducción de consumo y contaminación de agua dulce en el año 2018.
El BAN recibió y distribuyó, cerca de 2700 toneladas de alimentos en el ejercicio de 2018. Su misión es, además de mejorar las condiciones alimentarias de los grupos de personas, que se encuentran en riesgo o situación de exclusión social y/o pobreza, implicar a la sociedad y a las empresas en la racionalización del uso y consumo de alimentos, como factor de impacto en la sostenibilidad ambiental.
El uso de agua que se evita por el rescate y utilización de alimentos es 1.700 veces superior al asociado a las actividades del BAN
El estudio mencionado analizó qué habría ocurrido con y sin la existencia de este Banco de Alimentos. En su ausencia, los alimentos que fueron redistribuidos por el BAN habrían sido desechados, con el subsiguiente uso de tratamientos de valorización o con vertidos controlados. Por otro lado, sería necesaria una producción adicional de alimentos, para suplir las necesidades de aquellos usuarios que se beneficiaron del BAN durante el año 2018.
Los resultados finales desvelan que el uso de agua que se evita, por el rescate y utilización de alimentos, que de otro modo se desperdiciarían, es 1700 veces superior al uso de agua asociado a las actividades del BAN en el mismo periodo, 3.286.099 versus 1925 m3 de agua dulce, respectivamente. Además, se pone de manifiesto la fuerte repercusión que puede tener la producción de alimentos sobre los recursos hídricos, así como la gestión de residuos, según el sistema utilizado, que, en un escenario sin el BAN representaron el 98% y 2% del uso de agua respectivamente.
Los resultados obtenidos ponen de manifiesto la importancia, no solo social, sino también medioambiental de las actividades del Banco de Alimentos de Navarra, ya que no solo evitó el desperdicio de 2,7 mil toneladas de alimentos aptos para consumo, sino que se evitó el gasto innecesario de más de 3,2 millones de m3 de agua dulce, lo equivalente a llenar 974 piscinas olímpicas.
De esta manera, las actividades de los bancos de alimentos, y otras entidades distribuidoras con misiones similares, colaboran de manera activa con 3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible publicado por las Naciones Unidas: 2 - Hambre cero, 6 - Agua limpia y saneamiento y 12 - Producción y consumo responsables.
Bibliografía:
- [1] M.M. Aldaya, A. Armijos, B. Soret, «La huella de carbono de las actividades del Banco de Alimentos de Navarra». Instituto de Innovación y Sostenibilidad en la Cadena Agroalimentaria, Universidad Pública de Navarra, 2020. Disponible online.
- [2] A. Armijos, «TFM: Cálculo de la huella de carbono del Banco de Alimentos de Navarra». Universidad Pública de Navarra, 2020. Disponible online.
- [3] J. Guilhem, «Rapport Sur l’empreinte Environnementale Liee a l’activite de La Banque Alimentaire de Bordeaux & de La Gironde en 2015,» Veolia, 2016.
- [4] Grupo de Investigación Eco-Efficient Cropping Systems de la Universidad de Córdoba, «Estudio de la Huella de carbono del Banco de Alimentos Medina Azahara de Córdoba,» 2020.