Los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) son un nuevo instrumento de colaboración público-privada, creados en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, abiertos a todo tipo de empresas, en los que pueden participar varios ministerios para su desarrollo, además de contar con la colaboración de distintas administraciones públicas, empresas y centros de investigación. El objetivo de los PERTE es impulsar grandes iniciativas que contribuyan a la transformación de la economía española.
Con la designación como PERTE se identifica un sector como un área clave para el futuro de la economía. El Gobierno ya ha aprobado once proyectos estratégicos dedicados a diferentes áreas, entre ellas, las energías renovables, el sector agroalimentario, la economía circular y la digitalización del ciclo del agua.
El PERTE de digitalización del ciclo del agua, aprobado el 22 de marzo de 2022 por el Consejo de Ministros, pretende impulsar el uso de las nuevas tecnologías de la información en el ciclo integral del agua, lo que servirá para mejorar su gestión, aumentar su eficiencia, reducir las pérdidas en las redes de suministro y avanzar en el cumplimiento de los objetivos ambientales marcados por la planificación hidrológica y la normativa internacional.
Más de 3.000 millones en inversiones
El PERTE del Agua prevé invertir 3.060 millones de euros entre 2022 y 2026 y ayudará a crear 3.500 empleos de profesionales especializados en la ingeniería, el tratamiento de datos, la ciencia y las telecomunicaciones.
El destino de las inversiones se dirigirá, principalmente, a impulsar la digitalización de los distintos usuarios del agua, lo que permitirá avanzar en la protección del medioambiente, optimizar el uso de los recursos hídricos y luchar contra el cambio climático y el reto demográfico.
El Gobierno ha previsto lanzar varias convocatorias de ayudas para administraciones y entidades, entre ellas, las comunidades de regantes y de usuarios de aguas subterráneas, que contarán con una inversión directa de 1.700 millones de euros, lo que moverá otros 1.120 millones adicionales por parte de las acciones de colaboración público-privada.
Además, se prevé una inversión de 200 millones de euros para digitalizar el regadío, con el objetivo de aumentar la implantación de contadores en las tomas de agua y en las parcelas, mejorar los sistemas de control de la humedad y conductividad del suelo, aumentar la medición de los aportes de fertilizantes y automatizar los sistemas de riego.
El PERTE del agua también recoge una inversión de 225 millones de euros para modernizar e impulsar la digitalización en los organismos de cuenca y los Sistemas Automáticos de Información Hidrológica. Además de facilitar la digitalización de los trámites administrativos, está previsto reforzar los programas de seguimiento y control de los vertidos mediante sistemas de monitorización en tiempo real.
Adicionalmente a las inversiones estratégicas que lleva aparejadas, el PERTE del agua contempla una modificación de la Ley de Aguas que incluya los avances en la digitalización y una actualización del Reglamento de Dominio Público Hidráulico que impulse la teledetección en el control de los usos del agua y marque las condiciones tecnológicas para los nuevos aprovechamientos. Además, se creará el Observatorio de la Gestión del Agua en España, una herramienta de gobernanza para el mantenimiento y la gestión de toda la infraestructura digital que este PERTE va a implantar, aumentando la transparencia en el sector, a través de una plataforma web.
La importancia del regadío
El regadío es uno de los pilares del desarrollo rural, el equilibrio territorial y la seguridad alimentaria en España, que cuenta con una superficie agrícola regada que representa el 22,6% de la superficie cultivada, pero contribuye en un 65% a la producción final agraria, además de que supone más del 3% del Producto Interior Bruto y genera el 4% del empleo total.
Para impulsar un modelo agrícola más sostenible, es necesario apostar por la digitalización en el regadío, lo que permitirá mejorar la eficiencia de este recurso, de ahí la importancia de los 200 millones de euros de inversión previstos. Esta iniciativa complementa al PERTE Agroalimentario aprobado en Consejo de Ministros el 8 de febrero de 2022, con el objetivo de incrementar la competitividad y la sostenibilidad del sector agrario ante los retos del cambio climático y la conservación ambiental, así como para transformar la industria agroalimentaria y mejorar la gestión del agua y la modernización de los regadíos, con unas inversiones previstas por valor de 1.800 millones de euros.