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La economía circular en el agua. Unas notas

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  • economía circular agua. Unas notas

El agua, siguiendo su ciclo natural, se usa, se devuelve al medio y se vuelve a utilizar. Estamos en un círculo continuo en el que interviene la naturaleza y que podría ser el paradigma, o mejor ejemplo, de lo que ha de ser la economía circular.

En los años 80 en algunas partes de nuestro país, con muy poca conciencia medioambiental, observamos que la contaminación de las aguas estaba amenazando muy seriamente nuestros abastecimientos de agua, y concluimos que había que recuperar la calidad de las aguas para salvar a nuestros habitantes. Esta decisión fue el inicio de los planes de saneamiento de las aguas residuales que permitieron mejorar la calidad y el medio ambiente.

El deterioro de la calidad de las aguas había conseguido destruir un recurso que se recuperó mediante importantes inversiones, aplicamos los principios de la economía circular, y volvimos a tener agua.

Calidad y cantidad de agua. Los límites de la reutilización

El uso intensivo de los recursos hidráulicos produce una degradación de la calidad de las aguas y una destrucción de recursos. Un caso muy representativo se puede observar en el rio Llobregat, sometido a una intensa presión y una muy alta reutilización indirecta. Este río nace ya con un elevado contenido de sales. Sus aguas abastecen a una elevada población e industria a lo largo de su recorrido. Se capta su agua, se utiliza, se depura y se devuelve al cauce para sus usos posteriores. Su nivel de salinidad aumenta y su calidad es insuficiente para satisfacer ciertos usos. Mejorar la calidad de las aguas de abastecimiento del Área Metropolitana de Barcelona ha exigido implantar tratamientos de membranas para eliminar parte de su contenido salino.

El concentrado salino que producen estos tratamientos exige su vertido directamente al mar, para lo cual se debió de ampliar el Colector de Salmueras existente, perdiendo en esta operación una cantidad apreciable de agua.

La baja calidad del agua del río ha implicado una pérdida de recursos. Este hecho, a mi juicio, significa que se ha llegado al límite de la capacidad de abastecimiento que puede proporcionar este rio y que si se necesita más agua deberá aportarse de otras fuentes, o si se pretende mejorar la calidad de las aguas potabilizadas se producirá una disminución de recursos.

Los nuevos recursos hídricos que deberán aportarse parece que solo podrán proceder de la desalación de agua de mar, dando por hecho que los trasvases de otras cuencas hidrográficas ya no son viables. Esta condición de los nuevos recursos incorporables al sistema, provoca que en ciertas zonas de España el agua tenga un coste superior a zonas desérticas, como los Emiratos, donde la energía es sensiblemente más barata.

Con frecuencia nos dejamos llevar por un impulso de recircular, olvidándonos de algunas obviedades, como es el hecho de que la reutilización en el interior de una cuenca no aporta recursos hídricos. Lo que si hace es disminuir la contaminación que ha de soportar el medio receptor, hecho nada desdeñable. Es muy frecuente también que el uso a que se dedica el agua regenerada exija una calidad más baja y que una parte de los elementos contaminantes que transporta esta agua tengan una cierta utilidad en el uso que satisface. Si hablamos de la reutilización de agua para usos agrícolas, sabemos que la materia orgánica es un beneficio para la agricultura, que la aportación por el agua permite disminuir la dosis de abono que el agricultor debe aportar, disminuir el coste de tratamiento, obteniendo un doble beneficio típico de la economía circular.

La reutilización aporta recursos netos de agua cuando se reutilizan aguas que se vierten al mar. En este caso, la reutilización entra en competencia con el agua desalada y la decisión debe tomarse se en función de los costes, siempre limitada por las restricciones legales que protegen la salud de las personas e impiden ciertas prácticas, como el uso directo del agua regenerada para usos domésticos.