Estamos ya próximos al inicio de la temporada de verano, y según todos los indicadores y a los informes del IEO, parece que tendremos nuevos episodios de anoxia y sopa verde en nuestro único Mar Menor.
El Mar Menor ha formado parte de mi vida y la de mi familia durante casi 40 años, y tristemente durante los últimos años le estamos viendo caminar inexorablemente hacia convertirse en una ciénaga.
En mi vida profesional, ligada durante muchos años al medio ambiente, la hidráulica y el tratamiento de aguas, no he visto mayor dejadez e incompetencia a la hora de intentar revertir una situación como esta y aplicar y ejecutar con urgencia ante la gravedad del problema, soluciones reales y efectivas. Se podría decir que las Administraciones competentes son las responsables de esta inacción, pero en este caso, creo que son los políticos los que se empeñan en continuar buscando culpables, pero no soluciones, retrasando, modificando la modificación, cambiando de criterio, paralizando y arrancando de cero una y otra vez, y eliminando de un plumazo las propuestas de los técnicos por criterios políticos en cada legislatura, lo que obliga a reiniciar todos los procesos de programación económica, evaluaciones ambientales, proyectos y retraso de todos los procedimientos para poder contratar y ponerlas en práctica. Pero los ciudadanos como en tantas otras cosas estamos hartos y exigimos soluciones urgentes. Dentro de poco si prospera finalmente la ILP del Mar Menor esperamos que se puedan exigir responsabilidades penales por acción directa o indirecta o por omisión.
En España, entre otras cosas somos un referente técnico a nivel mundial en tratamiento de aguas, desalación, saneamiento y depuración, restauración de ecosistemas, obras hidráulicas, etc , con profesionales y empresas altamente cualificadas. Conseguimos desalar el agua de mar con captaciones a 2 km. de la costa mediante túneles submarinos con una dificultad de ejecución máxima, tratar ese agua y convertirla en potable, somos capaces de depurar las aguas más contaminadas que uno se pueda imaginar, restaurar las zonas más degradadas, actuar en cauces para laminar avenidas y evitar inundaciones....¿entonces?, con independencia de las soluciones en origen, que, llegado a este punto parecen insuficientes, ¿por qué no somos capaces, o no se nos deja aplicar todo nuestro conocimiento y nuestra tecnología ya sea "dura" o "blanda", ingenieril o basada en la naturaleza o mixta, para, entre otras medidas poder recoger o captar las aguas con contaminantes ya sean de procedencia urbana o agrícola o de residuos mineros, superficiales o subterráneas para su tratamiento y posterior reutilización?, ¿adecuar los cauces y revegetar terrenos para evitar los arrastres?, ¿monitorizar la laguna en tiempo real y disponer de sistemas para la mejora de oxigenación y corrección de salinidad con aporte exterior (por ejemplo con aporte de agua de mar hipersalina de las Desaladoras de San Pedro), o sistemas de recirculación o intercambio controlado tanto de entrada y salida de aguas con el mediterráneo..?.
Ya de paso no estaría de más un plan "urgente" de restauración de todas las zonas degradadas con trabajos de limpieza y adecuación, revegetación de fondos costeros y orillas, playas y espacios dunares, así como de Las salinas de Marchamalo, que parecen el hermano ya no pobre, si no muy pobre de las de San Pedro.
Pero no, parece que otro año más esto no va a ser posible, así que este verano, nos echaremos de nuevo las manos a la cabeza y vendrán las madres mías, las aguas verdes y negras, la podredumbre y los fangos en las orillas, los peces muertos... hasta que el verano pase y... otra vez a esperar al siguiente, así hasta que ya no haya nada que salvar.
¡El Mar Menor no puede esperar!