La COVID-19 nos ha puesto a prueba, y nos ha exigido un enorme ejercicio de responsabilidad para garantizar los servicios esenciales que gestionamos y, al mismo tiempo, proteger la salud de nuestros colaboradores. Unos servicios más necesarios que nunca, ya que desde el primer momento se identificó el lavado de manos como la mejor protección frente al virus.
En EMALSA, que abastece a 400.000 habitantes (Las Palmas de Gran Canaria, Santa Brígida y Puerto de La Luz), hicimos de la anticipación nuestra bandera, adoptando medidas preventivas y organizativas que garantizaron en todo momento los que denominamos “Servicios Esenciales”: agua potable, distribución, saneamiento, depuración y reutilización.
El primer gran riesgo que identificamos fue la posible afectación de las infraestructuras críticas. Me refiero tanto a la planta desaladora, que produce más del 80% del agua que suministramos, como a las plantas depuradoras de aguas residuales, pues su inactividad por falta de personal podría dar lugar a un grave problema medioambiental y de salud pública.
Para ello, actuamos con inmediatez, estableciendo, incluso antes del Estado de Alarma, un Plan de Contingencia para aislar y proteger estas infraestructuras. Esta protección se extendió a continuación a todos los servicios, con el fin de garantizar también la salud de todo el personal.
En paralelo, e igual de importantes, fueron las medidas sociales. Así, suspendimos los cortes por impago (dejaron de realizarse más de 6.000 cortes) y, de acuerdo con el Ayuntamiento de Las Palmas, repusimos el agua a más de setenta viviendas con corte efectivo. A nadie le faltó el agua durante esta crisis, fruto de combinar anticipación, eficacia en la gestión y sensibilidad social.
El Plan de Contingencia se ha implementado a través de un gabinete de crisis integrado por la dirección de EMALSA, bajo la coordinación del subdirector de Recursos Humanos, el técnico de Prevención y la enfermera de EMALSA. También forman parte del mismo los delegados de prevención de los comités de empresa, sus presidentes y varios trabajadores.
"Hemos diseñado una reorganización del personal y operacional centrada en mantener en todo momento equipos aislados y autónomos"
El resultado es que hasta hoy hemos podido trabajar sin incidencias, garantizando la calidad y continuidad del servicio sin que se haya producido ningún contagio en nuestra plantilla.
Como ya comenté, desde antes incluso de la declaración del estado de alarma nos centramos en aislar los grandes centros estratégicos y las infraestructuras críticas, para a continuación (ya con el estado de alarma declarado y la situación de confinamiento) extender esas mismas medidas al resto de centros y servicios de producción, tanto de distribución como saneamiento, así como al laboratorio de análisis encargado de garantizar la calidad del agua. También cerramos las oficinas de atención al cliente, pasamos a teletrabajo a más de noventa personas o cesamos las actividades de lectura e inspección de contadores de forma presencial.
Para hacer posible todo esto, hemos diseñado una reorganización del personal y operacional centrada en mantener en todo momento equipos aislados y autónomos para garantizar un mínimo de trabajadores siempre disponible, para el caso de que se produjeran contagios o hubiera que realizar aislamientos preventivos. La coordinación con las empresas contratistas y sus plantillas ha sido también un factor determinante en el éxito del Plan de Contingencia.
Otro aspecto clave de este plan ha sido la tecnología implantada en los diferentes procesos para afrontar una situación como esta, que permite la posibilidad de teletrabajo, las reuniones virtuales o la consulta de información de forma online.
Y no quiero olvidarme de la importancia de nuestra estrecha colaboración con el Centro Nacional de Protección de Infraestructuras y Ciberseguridad (CNPIC) y con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, así como con todos los organismos y autoridades sanitarias. Ello nos ha permitido mantener los protocolos y actuaciones necesarias para garantizar la prestación de los servicios.