Si hace unos años hubiéramos escuchado el nombre de BIM no sería de extrañar que una sonrisa hubiera aparecido en nuestra cara al asociarlo irremisiblemente al célebre humorista británico (Mr. Bean) o al inigualable Chandler Bing (Friends) para los que sean de mi quinta. En la actualidad BIM (Building Information modeling) tiene visos de convertirse en un estándar de trabajo que integra a todos los profesionales que participan en el desarrollo de un proyecto cuya implantación pretende, entre otras cosas, mejorar la competitividad de nuestro sector constructivo.
Este método de trabajo colaborativo y multidimensional abarca todas las fases del ciclo de vida de la infraestructura y conecta a proyectistas, constructores y demás agentes implicados en el proceso constructivo y su posterior mantenimiento y explotación. Supone una evolución de los sistemas de diseño tradicionales en dos dimensiones a un 3D incorporando información geométrica de la instalación, 4D con información de tiempos, 5D relacionando costes, 6D ambiental y 7D con datos de mantenimiento y explotación.
El método BIM nos permite ir más allá de las fases de diseño y ejecución del proyecto, extendiéndose a todo el ciclo de vida de la instalación y reduciendo costes de operación. Presentado de esta forma parece ser un campo novedoso de los sistemas GIS pero nada más lejos de la realidad. BIM es un campo diferente a GIS, es un modelo digital 3D con información multidisciplinar elegido por el usuario que cuenta con una biblioteca de objetos que agiliza todo el proceso constructivo. Al ser una metodología colaborativa obliga a que los distintos departamentos implicados en un proyecto BIM y su posterior explotación compartan y mantengan una base de datos única con información multidisciplinar del ciclo de vida del activo, incluyendo su puesta en marcha y explotación.
En cuanto a los problemas derivados de la implantación y uso de BIM son los propios asociados a la implantación de una nueva metodología de trabajo, hay que tener en cuenta que el cambio afecta a todos los ámbitos de la empresa
A pesar de que las administraciones europeas y española han apostado por esta metodología (todos los proyectos de edificación de más de 2 millones de euros con financiación pública deberían de disponer del modelo BIM desde el pasado 18 de diciembre de 2018 y de forma obligatoria, desde el 26 de julio de 2019, todos los proyectos constructivos de infraestructuras con financiación pública), su incorporación a la gestión del ciclo integral del agua va despacio. Desde mi punto de vista, su aplicación en nuestro sector generará sinergias entre departamentos que darán lugar a mejoras palpables en costes y eficiencia no sólo en las etapas de diseño y obra sino sobre todo en la fase operativa y de explotación de la infraestructura que es donde se acumula la mayor parte de los costes del proyecto, considerando todo el ciclo de vida del activo. El facility management (FM) es la rama de la gestión del mantenimiento que se encarga de gestionar estas fases y su integración en BIM para asegurar la funcionalidad de los activos es evidente. Que mantenimiento correctivo pueda disponer de un modelo 3D con información referente a la avería que se ha presentado, incluyendo modelos de los mecanismos necesarios para su reparación, costes, materiales y horas hombre con un solo click de ratón parece ser una buena razón para implantarlo. Si además puede ser utilizado como un sistema de información actualizada para consulta de los operadores del sistema SCADA y de reingeniería para las mejoras de Automatización su valor aumenta exponencialmente.
En cuanto a los problemas derivados de la implantación y uso de BIM son los propios asociados a la implantación de una nueva metodología de trabajo, hay que tener en cuenta que el cambio afecta a todos los ámbitos de la empresa, hay que trabajar mucho en el aspecto de los RRHH al ser necesario un cambio de actitud en cuanto a que los tiempos de maduración e implantación deben de ser cada vez más cortos, es fundamental invertir en formación del personal, la implementación en la empresa debe de ser progresiva para cada una de las fases del ciclo de vida del activo y tener mucho cuidado con los vendehumos de BIM que nos prometen ahorros del 40-50 % sin trabajo adicional, simplemente instalando software mágico (este último punto es especialmente delicado dada la manifiesta incompatibilidad entre distintas versiones de visualizadores del mismo fabricante de software).
¿Qué necesitaremos conocer previamente para la implantación de esta metodología en nuestro sector?
Algunos de los beneficios en el uso de BIM son el aumento en la calidad de los proyectos y obras, la reducción de los costes totales de ejecución de los proyectos, trasparencia en la información, fiabilidad de los datos obtenidos, el intercambio de información efectiva y rápida al poder acceder todos los actores del proyecto a los datos continuamente actualizados y la mejoras en la coordinación entre departamentos. En cifras, aunque hay que tomarlas con cautela al depender mucho del tipo de proyecto que se tiene entre manos, se estima que con la implantación de BIM se podría ajustar las mediciones del proyecto en un 37 % y reducir en un 20 % los costes de construcción de edificaciones.
BIM ya no es futuro, es presente, su implantación se llevará a cabo sí o sí pero... ¿qué necesitaremos conocer previamente para la implantación de esta metodología en nuestro sector?. Doy algunos apuntes:
- Para que lo vamos a utilizar y en que fases del ciclo de vida de nuestros activos,
- Que información queremos que integre,
- La calidad y fiabilidad de los datos con que alimentemos la base de datos del proyecto,
- El nivel de detalle que necesitamos para su implantación y los recursos asignados y por último, la conveniencia de contar en la empresa con especialistas BIM.
Nota final, como ejemplo, para el desmantelamiento de la Central Nuclear Santa María de Garoña se ha desarrollado un modelo BIM aplicado a las centrales nucleares para dar soporte a todas las actividades que se encuadran dentro del proceso de desmantelamiento.