Querido Papá Noel, me llamo Grita y este año quería pedirte un regalo muy especial. Me gustaría que hicieses llegar esta carta a los habitantes de la Tierra del año 2019.
Hoy, en clase de historia, me he enterado que en diciembre de 2019 se celebró en Madrid, mi ciudad, la cumbre del clima. Según cuenta mi profesora vino una chica sueca de 16 años muy famosa por sus reivindicaciones medioambientales. Greta, que así se llamaba, consiguió llamar la atención de la gente y logró que muchos empezaran a preocuparse por el medio ambiente. Desgraciadamente, esto solo duro unas semanas...
El despilfarro y la falta de preocupación por las consecuencias de nuestras actividades ha provocado que hoy en día, en el año 2100, ya no haya posibilidad de revertir la contaminación producida y nuestra Tierra se muere cada día más. Los océanos están contaminados, las reservas de agua subterráneas han sido agotadas y raro es el río que fluye por su cauce más de dos semanas al año.
Hoy es 22 de diciembre y se celebra el tradicional sorteo navideño, pero no se sortea dinero, que estupidez, quien va a querer un simple papel pintado. Lo que hoy se sortea es un suministro de agua potable para 1 año entero, cosa de ricos...
Querido Papá Noel, aunque a todos nos hace mucha falta el agua, yo no te pido que hagas que me toque la lotería, ni que me traigas todos los litros de agua posibles. Yo sólo te pido que hagas llegar esta carta a los habitantes de 2019 para que tomen conciencia de las consecuencias que tienen sus actividades y eviten este desastre.
A ti, habitante de 2019, solo te pido una cosa, haz honor a mi nombre y ¡grita!
¡Grita cuando veas a alguien derrochando agua!
¡Grita cuando veas que se está contaminando un río!
¡Grita cuando se derritan los glaciares y no se tomen medidas!
¡Grita para concienciar a la gente!
¡Grita! Y haz honor a mi nombre...
Porque para mi, el mayor premio es evitarlo.
Grita, 22 de diciembre de 2100.