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Reutilización de aguas residuales en España: realidad o deseo

  • Reutilización aguas residuales España: realidad o deseo

Con la construcción de las primeras depuradoras de aguas residuales en los años setenta, se ha estado planteando en España el uso de aguas regeneradas. No por ello debemos olvidar que las primeras experiencias de reutilización directa de aguas depuradas se remontan por lo menos al 1932, en Reus (Tarragona). Hemos podido oír a menudo que la reutilización es imprescindible para el desarrollo de la política del agua del país. ¿Palabras vacías?

Innumerables estudios científicos y técnicos han señalado a España como el país mediterráneo en el que la reutilización tenía y tiene más futuro. Futuro que en 2020 seguimos esperando que sea una realidad. Se afirma que en España se reutilizan unos 1200 hm3 de agua regenerada cada año, aunque esto parece ser la capacidad instalada, más que el volumen reutilizado. La potencialidad de reutilización en el país, cada vez más importante si consideramos la crisis climática, sigue latente, y se centra actualmente en las reutilizaciones para riego, además de volúmenes menores para usos urbanos, industria y ocio.

Las causas de este escaso éxito son variadas:

  • El retraso en la aparición de una normativa estatal, promulgada finalmente en 2007, con algunas deficiencias técnicas, obviando los estudios anteriores sufragados por el ministerio que debía promocionar esta actividad.
  • La implantación acrítica de normas, derivadas de las regulaciones y leyes extranjeras, poco adaptadas a la realidad española. La Unión Europea ha seguido en parte esta tendencia, olvidando también en su borrador de Reglamento los resultados de numerosos estudios que ha financiado a lo largo de treinta años.
  • Un cierto fundamentalismo que ha copado diversos foros y consejos “oficiales”.
  • La falta de materia prima (agua depurada) durante mucho tiempo.
  • Los numerosos autodenominados expertos que han aparecido a lo largo de los años, y que han copado subvenciones y financiación para estudiar la reutilización; las mismas subvenciones que aparecen con las sequías y desaparecen con las lluvias.
  • El retraso en crear una normativa europea, que al fin parece que va a ser realidad en 2020.
  • Una falta de voluntad política real de potenciar la reutilización, que se ha considerado un asunto menor por sucesivos gobiernos españoles y regionales, en paralelo con las presiones de terceros países contra esta práctica.
  • La crisis económica, que se llevó por delante varios proyectos “estrella”, como determinada recarga de acuíferos que se ha estado vendiendo como una de las maravillas, cara, del mundo de la reutilización.
  • Durante muchos años, los grandes actores empresariales han olvidado la reutilización, hasta que este mercado ha sido capaz de generar beneficios. Han irrumpido en él con los caballos desbocados.
  • La desconfianza de los agricultores, con múltiples causas que no hace falta detallar.

Después, ha surgido el marketing ambiental, que vende la economía circular, el Pacto Verde… en el reciclaje de cualquier subproducto, incluida el agua residual regenerada. Las políticas de recuperación, reciclaje, reutilización y regeneración han reaparecido con otros nombres pomposos, para quedarse como parte de las políticas ambientales del último decenio.

Estudios científicos y técnicos han señalado a España como el país mediterráneo en el que la reutilización tenía y tiene más futuro

Se ha responsabilizado en numerosas ocasiones a las autoridades sanitarias de poner trabas a la reutilización, lo que no es cierto, puesto que se han limitado a aplicar la normativa existente, en muchas ocasiones poco clara debido a sus defectos ya mencionados.

No obstante, hay también una gran parte positiva en el mundo de la reutilización, con diversos actores que durante muchos años han potenciado la reutilización contra viento y marea. Podemos mencionar, entre otros, al Consorci de la Costa Brava (Girona), Esamur (Murcia), los proyectos en Vitoria y los campos de golf regados con agua regenerada en el litoral mediterráneo.

A pesar de todo, y como dice la canción, soy un “believer” (creyente) de las bondades de la reutilización de aguas residuales, aunque espero que pronto podré contemplarla “au dessus de la mêlée”.