Aunque la cantidad de agua contenida en la atmósfera constituye una mínima parte de la existente en nuestro planeta, su importancia es vital: participa en procesos de regulación de temperatura, en el ciclo del agua, en fenómenos climáticos e, incluso, en desastres naturales.
Esa proporción tan pequeña de agua, que representa alrededor de 0.0009% del agua de todo el planeta, está en el centro de los procesos que determinan el clima, el ciclo hidrológico, la química atmosférica y el desarrollo de la vida. Así, el agua es el principal regulador de la temperatura terrestre.
¿Sabías que cada día el Sol evapora más de un billón de toneladas de agua?