El fenómeno de la desertificación es uno de los principales retos medioambientales de nuestro tiempo. Sin embargo, la mayoría de nosotros nunca hemos oído hablar de esta cuestión o desconocemos la dimensión del problema.
El 17 de junio se celebra el Día Mundial de la lucha contra la Desertificación y la sequía, un problema cada vez más acuciante que trae consigo unas consecuencias devastadoras para el desarrollo, el crecimiento económico y los ecosistemas. Con el aumento de las sequías, a consecuencia del cambio climático, es probable que el fenómeno de la desertificación se intensifique.
A día de hoy, la sequía amenaza los medios de subsistencia de más de 1.200 millones de personas en todo el mundo, que dependen de la tierra para satisfacer la mayoría de sus necesidades. De hecho, el 25% de la superficie terrestre, unas 3.600 millones de hectáreas, están desertificadas.
Las previsiones sobre la incidencia de estos fenómenos no son buenas: se estima que en el año 2030 la escasez de agua provocará el desplazamiento de entre 24 y 700 millones de personas.