Cada día, un volumen de agua equivalente a más de cuatro torres Picasso circula por los casi 18.000 kilómetros de redes de distribución de la Comunidad de Madrid y abastece a más de 6,6 millones de consumidores, que abren sus grifos con la tranquilidad que proporciona la mejor garantía de calidad en el servicio. Ese es el principal objetivo de Canal de Isabel II y de sus cerca de 4.000 trabajadores, que han logrado situar a la empresa como un referente en la gestión del ciclo integral del agua, tanto a nivel nacional como internacional.
Nuestra empresa nació en 1851 para abastecer de agua a la ciudad de Madrid, pero su ámbito de actuación se ha ido extendiendo hasta alcanzar, para el servicio de depuración, los 179 municipios de la Comunidad de Madrid. Este modelo de gestión abarca todas las fases del ciclo integral del agua (captación, aducción, distribución, saneamiento, depuración y reutilización), y garantiza la misma calidad de servicio a todos sus clientes, vivan en el corazón de la capital o en un pequeño municipio de la sierra.
A lo largo de sus 171 años de historia, Canal de Isabel II ha acompañado a la ciudad de Madrid, y, posteriormente, al conjunto de la región en su desarrollo, anticipándose a sus necesidades y liderando la innovación y el desarrollo tecnológico en el abastecimiento y saneamiento de agua en España. Pero, además de los servicios básicos asociados al ciclo del agua urbano, los madrileños se benefician de contar con una empresa de agua pionera y puntera en sus tecnologías de telecontrol, análisis de la calidad, gestión de la economía circular, etc.
Por poner un ejemplo práctico, el Sistema Vigía, la herramienta de análisis del agua residual para determinar y cuantificar la presencia de ARN de COVID-19 que pusimos en marcha en julio de 2020, ha analizado con la misma dedicación, calidad y precisión las aguas residuales de la población del distrito de Chamberí, en Madrid capital, que las de Cobeña o Villa del Prado.
Gracias al sistema supramunicipal de Canal de Isabel II, todos sus usuarios y clientes se benefician de las últimas tecnologías en potabilización, de las técnicas más avanzadas en depuración y control de la calidad, de cauces a los que se vierte hasta un 25% de aguas regeneradas, y no solo depuradas, de controles de calidad en tiempo real y, en un futuro cada vez más cercano, se beneficiarán también de la telelectura de contadores y de servicios asociados al big data que deriva de esta tecnología. Las inversiones de la empresa en infraestructuras, dotaciones, gestión ambiental y RSC redundan en todos los municipios de la región, del más grande al más pequeño, y todo ello, con una tarifa única para todos sus clientes, que lleva sin subir desde 2013 y que, además, presta bonificaciones a más de 260.000 personas.
De este modo, Canal de Isabel II funciona como un elemento de cohesión para el territorio de la Comunidad de Madrid, garantizando no solo la prestación de un servicio puntero de agua con las mejores garantías de suministro y calidad, sino también el cuidado del territorio y el medio ambiente desde una perspectiva integrada, eficiente y responsable con el entorno.
Por último, no podemos olvidar que Canal es una sociedad 100% pública cuyo beneficio empresarial revierte en los propios ciudadanos de la Comunidad: el 82,4% de su accionariado es la Comunidad de Madrid a través del Ente Público Canal, y el 17,6% restante los 111 ayuntamientos accionistas: desde la creación de Canal de Isabel II, S.A., se han distribuido entre todos ellos casi 1.400 millones de euros en forma de dividendos. Un aspecto más, el económico, en el que el modelo de gestión de Canal redunda en el bienestar de los habitantes de la Comunidad de Madrid.
La misión de Canal de Isabel II es “Cuidar de nuestra Comunidad gestionando el agua de todos con transparencia, eficiencia y sostenibilidad”, y podríamos añadir una línea más: gestionando el agua de todos y para todos.