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El retrete en nuestras vidas: un repaso a su historia

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    Retrete al aire libre en el Desierto de Mojave.

Siempre que pensamos en nuestros antepasados, nos preguntamos cómo comían, qué bebían, dónde vivían… Pero pocas veces nos preguntamos cómo hacían sus necesidades.

Y parece algo banal, porque para muchos de nosotros eso ha quedado atrás y es inconcebible realizar nuestras necesidades en otro sitio que no sea un inodoro, sin embargo, 4.200 millones de personas aún no cuentan instalaciones de saneamiento básicas y 673 millones aún excretan al aire libre, en el campo, ríos, orillas o alcantarillas, según el último informe sobre agua segura, saneamiento e higiene de la OMS.

Por eso el Día Mundial del Retrete, que se celebra cada 19 de noviembre, busca concienciar acerca de la crisis mundial de saneamiento y fomentar medidas que la resuelvan.

Y es que si, según un informe de UNU-INWEH, publicado en 2015, una persona puede producir casi 4 toneladas de excrementos a lo largo de su vida y generamos en conjunto alrededor de 300 millones de toneladas de heces cada año... La cuenta para el saneamiento sale negativa.

Pero, ¿siempre ha sido así? ¿Hemos avanzado realmente en saneamiento?

Echemos un vistazo a la historia del inodoro.

Breve historia del retrete

En la antigüedad, los hombres primitivos empleaban la postura de cuclillas para defecar al aire libre, lo cual, dicho sea de paso, es lo más natural y más efectivo, ya que la capacidad de la cavidad intestinal se ve reducida y, al aumentar la presión del abdomen, se estimula la expulsión de las heces.

En aquel entonces, los humanos defecábamos en cualquier lado: en el campo, la orilla de un río, detrás de un árbol… o delante, porque entonces tampoco teníamos pudor.

El pudor vino después, hace casi 4.000 años, cuando en Creta se preguntaron si sería posible inventar algo para sentarse cómodamente y esperar la llamada de la naturaleza sin que otras personas estuvieran observando.

En el siglo I, Roma decidió realizar algunas modificaciones urbanas para que los ciudadanos pudieran hacer sus necesidades. Las “columnas mingitorias”, concebidas como orificios en paredes y muros, fueron importantes durante el imperio romano en cuestión de aguas menores y mayores. Y es que los romanos, evidenciando que todo en esta vida ya está inventado, idearon una especie de “toallita” que consistía en un pequeño paño atado a un palo como método de higienización tras realizar las deposiciones. La idea era buena, por fin los ciudadanos de Roma tenían un aseo de categoría, pero fueron un paso más allá, e instalaron pequeñas fuentes comunitarias donde limpiar el paño con el que se limpiaban y… Quizás no fue la mejor solución para el saneamiento de la ciudad.


Urinario público en Ostia Antica. (CC/Wikipedia)

La realidad es que los ciudadanos seguían defecando en cualquier rincón que encontraban, porque cuando la naturaleza llama…

Después de idas y venidas, y calles llenas de caca, el retrete moderno llegó en 1597, cuando John Harington, sobrino de la reina Isabel I, fabricó el primer inodoro de la historia, compuesto de una caja de madera con un orificio que comunicaba con una taza de porcelana. A la reina no le hizo especial gracia, así que se quedó en un moderno trono que sí que usó su sobrino.


Este es John Harington. (CC/Wikipedia)

Pero no fue hasta 1884 cuando Thomas Crapper, un hojalatero inglés con mucho tiempo libre, inventó el sifón, una tubería en forma de “S” que conectaba el retrete con una toma de agua, para así limpiar los desechos y acabar con todo el rastro de olor. De ahí viene la palabra “inodoro”, sin olor.


Thomas Crapper & Co inodoro en el Museo de Sir John Soane, en Londres. (CC/Wikipedia)

A partir de ahí, el inodoro ha sufrido muchos cambios, dependiendo de las costumbres y gustos regionales, desde los váteres más llamativos a los más sencillos y minimalistas, pero, ¿sabes cómo son los váteres en los distintos países?

Inodoros sin pudor en China

Hablábamos antes del pudor y de los baños públicos en la época romana como si fuera cosa del pasado, pero en China parece que aún lo tienen muy presente. Los baños públicos en China cuentan con instalaciones de este tipo, donde el lugar para excretar no es más que un agujero en el suelo, sin separación. Y aunque para algunos occidentales sea algo inconcebible, la población China lo tiene muy integrado en el día a día.


Inodoros públicos en China. (CC/Wikipedia)

Retretes (o no) en India

En muchas zonas del mundo, aún hay trabajo por hacer en materia de saneamiento. Es el caso de la India, donde casi la mitad de los habitantes no tienen un acceso seguro a un baño. En Nueva Delhi, los habitantes solo tienen agua una hora al día, lo que ocasiona unas pésimas condiciones de saneamiento. Tanto es así que la diarrea acaba con la vida de 315.000 niños cada año, según datos de WASHwatch del año 2016. Y es que más de 600 millones de personas en todo el mundo todavía defecan al aire libre, lo que contamina los suministros de agua.


Niñas defecando al aire libre en la India. (CC/Wikipedia)

Sanidad del trabajo en Guatemala

En Guatemala, sólo el 60% de la población tiene acceso a instalaciones de saneamiento, especialmente en áreas rurales. El lugar de trabajo es el sitio donde más rápido y frecuentemente se propagan las enfermedades, principalmente por las malas condiciones de saneamiento e higiene. El saneamiento causa el 17% de todas las muertes relacionadas con el trabajo según los datos de la Organización Internacional del Trabajo de 2003.


Imagen: Andrea Bruce.

Un lujoso váter

Las deplorables condiciones de higiene de estos países contrastan con las del mundo occidental y desarrollado. En el Aeropuerto de Doha, Catar, los retretes son de lo más lujoso y, casi siempre, están impecables.


Imagen: CC/Wikipedia.

Los turcos nunca se sientan

El retrete turco no solo se encuentra en Turquía. En algunas zonas de Grecia o Italia también lo usan. Este elemento sanitario se compone de un agujero en el suelo con dos marcas para apoyar los pies y que no resbalemos al realizar nuestras necesidades. A veces, viene con barra incluida y, como comentábamos antes, está ideado para realizar las deposiciones en cuclillas, tal y como lo hacían en la Prehistoria.


Imagen: CC/Wikipedia.

Los chorritos de Japón

No podemos acabar este post sin hablar de los retretes en Japón. Contrastando con otras zonas del mundo, en Japón se toman la higiene muy en serio, llegando a instalar en sus váteres todo un mecanismo de chorritos de agua que te limpian y secan cuando acabas tu cita con el señor Roca.


Imagen: CC/Wikipedia.

Es evidenciable que en muchos países la evolución del inodoro, que para muchos de nosotros ha sido natural, se ha quedado estancada, y millones de personas sufren día a día malas condiciones de saneamiento, que también contribuyen a la malnutrición.

Por eso es importante concienciar a la población de la necesidad de un saneamiento seguro y apostar por la financiación y el desarrollo de programas de saneamiento y programas educativos, que muestren la importancia de una buena higiene y la necesidad de un retrete seguro.

Y es que, seas de donde seas y estés donde estés, necesitas un retrete.

Y porque todos tenemos derecho a un retrete seguro y con chorritos.