Desde hace años era un secreto a voces pero a principios de febrero, la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies ha hecho público el documento remitido por la CHC en respuesta a su denuncia por los vertidos de aguas residuales procedentes de la actividad del complejo aurífero y la planta de cianuración de Belmonte, al que ha podido acceder la Plataforma Salvemos Cabana, pidiéndole asimismo al Principado la cancelación de operaciones de la explotación.
Así, Kinbauri Gold, tendrá que hacer frente, de acuerdo al expediente S/33/0347/12/V, a una sanción de 30.000 euros de multa y otra de 54.389 para indemnizar los daños producidos al dominio público hidráulico, y todavía está pendiente de resolución un nuevo proceso sancionador conforme al expediente S/33/0266/13/V.
En 2010, Kinbauri participó en una campaña en el mismo río sobre el que ha provocado el desastre con la suelta de 10.000 alevines de trucha común
La resolución administrativa no deja lugar a dudas, pues se han incumplido de manera grave y reiterada los valores límites de emisión de vertido impuesto en la Autorización Ambiental Integrada de la explotación (código AAI/33/01478-2), otorgada por el Principado de Asturias el 29 de abril de 2008.
Así, tal como confirma el escrito, "la mayoría de las sustancias que incumplen las condiciones de la autorización son sustancias peligrosas, tal como se recogen en el RD 60/2011, de 21 de enero, sobre las normas de calidad ambiental en política de aguas". Además, "según los resultados de los años 2010 y 2011 el río Cauxa no alcanza el buen estado ecológico ya que se detecta habitualmente la presencia de selenio en concentraciones que superan la Norma de Calidad Ambiental".
Por otra parte "según la red de control, aguas abajo de la mina de oro se encuentran, aunque en concentraciones inferiores a las NCA, otras sustancias peligrosas que aparecen en los vertidos de Kinbauri y que no se han detectado aguas arriba de la misma o sólo de forma ocasional (arsénico, cobre, zinc, niquel, cianuros, fluoruros y mercurio), lo cual puede suponer una especial trascendencia para la seguridad de personas y bienes" y que "las anteriores circunstancias analizadas poden de manifiesto que la citada autorización ambiental resulta susceptible de ser revocada teniendo en cuenta la naturaleza de su incumplimiento".
Kinbauri Gold intentó limpiar su imagen en 2010 con una mediática suelta de alevines de trucha en el río Cauxa
Por increíble que parezca, en verano de 2010 Kinbauri participó en las inmediaciones del complejo minero en una campaña en el mismo río sobre el que ha provocado el desastre con la suelta de 10.000 alevines de trucha común, en la que llegó incluso a participar la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial. La firma minera destacó entonces a los medios "el buen estado del cauce" y su "claro apoyo a la defensa del medio ambiente".
La mina de oro de Belmonte de Miranda fue utilizada por Mineira de Corcoesto y Edgewater para "vender" el concepto de minería responsable
En minería del oro, la realidad es que los conceptos de "sostenibilidad" y "responsabilidad" no existen
A la vista de los hechos resulta sorprendente que durante los años 2012 y 2013, la mina de oro de Boinás-El Valle, en Belmonte de Miranda, haya sido utilizada de ejemplo por parte de la filial gallega de Edgewater Exploration Ltd., para incidir en las "bondades" de la minería del oro y su "sostenibilidad ambiental", organizando incluso varios viajes a tierras asturianas -el último el pasado mes de mayo- en el que invitó a conocer dicha explotación a vecinos de la zona afectada en la Comarca de Bergantiños.
Como desde el principio hemos venido sosteniendo, en minería del oro la realidad es que los conceptos de "sostenibilidad" y "responsabilidad" no existen. No en una actividad característica por sus impactos y su elevado riesgo de siniestralidad ambiental, como así lo demuestran la interminable (e insoportable) lista de accidentes relacionados con la rutura de balsas mineras o los vertidos incontrolados de tóxicos al medio. Frente a este tipo de explotaciones el reciclaje selectivo es, sin duda, el procedimiento más inteligente para hacer frente a la especulación derivada del extractivismo y a sus desastres.
En el Siglo I, Cayo Plinio Segundo, cébremente conocido como "Plinio el Viejo", reconoció en su "Historia Natural" que la provincia de Gallaecia (que actualmente incluiría Asturias y Galicia entre otras zonas del noroeste peninsular) era por entonces una suerte de privilegio a los ojos del Imperio Romano del que llegaban a obtenerse inmensas cantidades de oro cada temporada. Dos mil años más tarde, el verdadero tesoro no está ya en los últimos restos del desaparecido metal que puedan alcanzarse, sino en una gestión adecuada del territorio que posibilite la pervivencia para futuras generaciones frente al abandono y la degradación provocados por el sector de la denominada "Gran Minería".