No podía faltar a mi cita mensual con el Blog de iAgua, poniendo en valor una vez más la palabra “agua” (echadle un vistazo a mis artículos y comprobaréis como en todos ellos siempre está presente esta palabra tan fundamental como escasa en el momento actual). Cuando has visto el título de este artículo, estoy seguro que dentro de ti, se ha removido algo a darle click y descubrir el motivo del crecimiento del agua. A priori, pensar que “¡El agua crece!” es una quimera en el momento actual, donde la escasez de precipitaciones (se ha registrado un 15% de déficit respecto a la media histórica de los últimos 35 años), la bajada en el agua embalsada (a 7 de noviembre de 2017 se registra un volumen de 20.920 hm3 lo que supone un 37,31% de capacidad; en la misma fecha, hace un año la capacidad era de un 48% y hace 10 años de un 53%) y la situación de sequía es cada vez más preocupante para todos los sectores y estamentos de la gestión del agua en nuestro país.
La idea de este artículo va un poco más allá. No se trata de cuantificar el volumen de agua existente en España ni de clamar a los cuatro vientos alarmantes datos meteorológicos, sino de concienciar acerca del precio del agua y del uso que hacemos de él y de descubrir como la escasez del recurso ha permitido descubrir otras alternativas y formas de uso y gestión que permiten su reutilización, su conservación y la mejora de su calidad en situaciones que a priori seguirían con su deterioro y progresión negativa. Veamos algunos ejemplos.
El primero de ellos nos lleva a un sector en el que el agua está muy presente: la hostelería. El primer paso para reducir el consumo de agua es conocer los datos de consumo medio y total anual de agua en el establecimiento. Teniendo en cuenta que en un restaurante tipo el consumo medio por comida es de 30 litros/usuario/día, y que en la actualidad existen más de 350.000 establecimientos de hostelería, esto supone un restaurante por cada 132 habitantes en España. Ahora imaginemos que de esa proporción de 132 personas, solo un 20% (26 personas) asisten en un turno a ese restaurante al día (26 personas = 26 comidas). Esto supondría un consumo de 7.920 litros/día y extrapolando los datos, un consumo total de 2.890,8 m3 de agua al año en ese restaurante. Un factor clave en un restaurante es su ubicación, puesto que en la factura del agua el precio del m3 oscila entre 2,92€/m3 (Murcia) y 0,83€/m3 (Palencia).
Dependiendo de su ubicación, la variación final en la factura del agua de un restaurante puede llegar a ser de 6.000€
En Madrid y Barcelona, por tratarse de ciudades con mayor población y envergadura en nuestro país, esos datos son también muy significativos. Así, en Madrid se paga a 1,55€/m3 mientras que en Barcelona se paga a 2,87€/m3 (casi el doble). En la factura anual, el restaurante murciano pagaría 8.441,1€, el barcelonés pagaría 8.294,3€, el madrileño pagaría 4.479,5€ y el restaurante palentino pagaría 2.398,7€. Restaurantes con las mismas clientelas pero en distintas ubicaciones, y con un diferencial en la factura de casi 6.000€.
Ante esta situación, son cada vez más las empresas que ofrecen tecnologías ambientalmente sostenibles, eficientes y responsables. De ellas, la tecnología Resonancia Magnética Hydro Dinámica (HDMR) mejora la calidad del agua, convirtiendo el agua “dura” a agua más suave y permeable. Esta tecnología aumenta su disponibilidad en todo el territorio, reduce el consumo de agua embotellada y permite que los clientes disfruten del agua de mejor calidad al disminuir la cal, el cloro del agua e incluso bacterias presentes en el agua. Así mismo, conviene realizar revisiones periódicas a los aparatos que utilizan agua, el uso de electrodomésticos eficientes, tecnologías ahorradoras, uso de cepillos para retirar los restos de comida en lugar del uso masivo de agua, distribución creciente de agua del grifo en lugar de agua embotellada, información a todos los empleados y clientes de las medidas de ahorro del establecimiento y de su compromiso con la sostenibilidad y por último, la implantación de sistemas de gestión medioambiental con arreglo a la normativa vigente.
Otro ejemplo es el que nos lleva al mundo de la arquitectura y de la construcción. Son cada vez más, las empresas que sustituyen el uso abundante de agua por otras tecnologías más sostenibles y comprometidas con el medio ambiente.
En la actualidad, las viviendas tienen muy en cuenta los consumos de agua con tecnologías eficientes, que en muchos casos reducen el consumo del agua en un 40%
En la actualidad, las viviendas tienen muy en cuenta los consumos de agua con tecnologías eficientes, que en muchos casos reducen el consumo del agua en un 40%. Por ejemplo, en el interior de un edificio contar con sanitarios de alta eficiencia y duchas y grifos de flujo bajo (no pretendo hacer publicidad, pero hay multitud de modelos y precios asequibles), y en el exterior tomar medidas encaminadas a limitar el uso de agua natural para regar los jardines y un riego eficiente basado en la técnica del goteo (eficacia del 90%).
Por tanto, hemos comprobado a través de unas breves pinceladas como en determinadas áreas como la hostelería o la construcción, la escasez de agua ha multiplicado la creatividad, la invención y la protección de nuestro recurso más importante. El problema de escasez, la variación en el precio del agua y la evolución tecnológica, son el origen y el campo de cultivo para dar un giro en la visión actual. Debemos poner en marcha estrategias verdes para el ahorro y uso del agua. En nuestras manos está… “¡En la escasez, el agua crece!”.