El calor intenso, combinado con lluvias torrenciales que hemos vivido en estos días, son una pequeña muestra de lo que nos va a traer la fase del fenómeno del Niño que está empezando en las costas del Pacífico de América y las repercusiones que trae para México. Impacta el clima, desatando sequías más abrasadoras en verano y descargas de lluvias más intensas en invierno. Lo cual tiene un vínculo directo con el ciclo del agua, provocando variaciones en la cantidad y distribución de las lluvias.
Estas fluctuaciones impactan la disponibilidad de agua dulce en diferentes regiones del país. Durante los años de El Niño, las lluvias de invierno se intensifican en el noroeste y noreste, mientras que disminuyen en el sur del país. Lo cual, afecta especialmente la producción de granos básicos en algunas regiones, principalmente en zonas áridas y semiáridas. De igual forma, los inviernos con El Niño son más fríos a nivel nacional, mientras que los veranos más secos y cálidos.
Para afrontar este desafío de El Niño y sus efectos sobre las reservas de agua, se propone aplicar un conjunto de soluciones basadas en la naturaleza:
- Captación y almacenamiento de agua de lluvia: cada precipitación que recibimos es un tesoro, por lo tanto, es fundamental, recolectar y almacenar el agua de lluvia para su posterior uso en actividades domésticas y agrícolas, reduciendo dependencia de fuentes externas. De esta forma, se podrá aplacar la carga que El Niño sobre nuestra sedienta tierra.
- Recarga de acuíferos: mediante la infiltración del agua de lluvia, se podrá asegurar la disponibilidad de agua en nuestras reservas subterráneas, nuestra principal fuente de suministro, que debe ser cuidada aún más en períodos de sequía.
- Conservación y restauración de ecosistemas: bosques, manglares, humedales, actúan como guardianes silenciosos que equilibran el clima y preservan la vida en todas sus formas. Su protección y restauración permite mantener también los ríos y lagos, contribuyendo a mantener la calidad del agua, promoviendo la recarga natural de los acuíferos y la conservación de la biodiversidad.
- Diseño urbano sostenible: técnicas como los jardines de lluvia, los parques infiltrantes, los humedales urbanos o los techos verdes. Permiten que el agua de lluvia sea absorbida por el suelo de forma natural, manteniendo un equilibro entre las ciudades y las reservas subterráneas de agua.
El manejo del agua es fundamental para enfrentar los desafíos del fenómeno de El Niño en México. A través de la implementación y aplicación de prácticas sostenibles, podemos optimizar el uso de este recurso vital y asegurar su disponibilidad a largo plazo. Es fundamental adoptar prácticas sostenibles e impulsar cambios que promuevan la conservación y gestión eficiente del agua. Si empezamos a aplicar desde ya estas medidas, podremos construir sociedades que tengan la capacidad de ser más resilientes ante la serie de retos que nos va a traer un clima cada vez menos predecible y más cambiante.
Referencias
- "El fenómeno del Niño y su impacto en México", Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.
- "Soluciones basadas en la naturaleza para el cambio climático", Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.