Con más o menos 11 millones de habitantes o 372 personas por km², Bélgica es un país densamente poblado y altamente industrializado. Bélgica es un estado federal que consiste en tres regiones: Valonia, Flandes y Bruselas, así como en tres comunidades: la Comunidad Francesa, la Comunidad Flamenco y la Comunidad Alemana.
El poder se divide entre el gobierno federal, las tres comunidades y las tres regiones. Las regiones y el gobierno federal comparten el poder del medio ambiente. El gobierno federal es responsable de la protección y la gestión de las aguas costeras. Mientras las regiones definen políticas sobre residuos, áreas verdes, bosques, aguas continentales y vías fluviales en sus regiones. Finalmente, las 589 autoridades locales son responsables de servicios locales como la recolección, tratamiento y distribución de agua potable y alcantarillado en sus áreas.
Del estudio del derecho humano de agua en Bélgica, siguen algunas observaciones. En cada región belga, el acceso al saneamiento y al agua potable está en su marco legislativo. Además, al nivel nacional, Bélgica está reconociendo el derecho al agua y al saneamiento como un derecho constitucional fundamental. Sobre la realización de este derecho al nivel regional, existe un nerviosismo. Sin embargo, Incluir el acceso al agua como un derecho independiente en la Constitución está contribuyendo a lograr ese objetivo.
En Bélgica, hay cinco cuencas hidrográficas principales, entre ellas se distribuyen los recursos hídricos. Los más grandes son el Maas y el Escalda que se originan en Francia y se desembocan en el mar en los Países Bajos. Además, el Yser en Flandes y el Oise y el Mosela en Valonia son ríos más pequeños. Estos riegan solo 10 por ciento del país y luego desembocan en el Mar del Norte o siguen hasta Francia.
Los recursos hídricos no se distribuyen igualmente en el norte y el sur del país. La población en Valonia es solo el 37 por ciento de la población total. Sin embargo, Valonia satisface el 55 por ciento de las necesidades nacionales de agua potable. La Región de Bruselas y Flandes importan respectivamente el 97 por ciento y el 40 por ciento de sus necesidades de agua potable de Valonia.
En Bélgica, se usa lo más las aguas superficiales. El 88.5 por ciento de todas las aguas abstraídas proviene de aguas superficiales. Solo el 11.5 por ciento proviene de agua subterránea. La demanda de agua para usos antropocéntricos es bastante alta. Una cantidad del 90% de todas las aguas es utilizada por usuarios privados. La parte restante se distribuye a otros usuarios y es utilizada por los servicios públicos.
El principal usuario de los usos privados es la industria, con el 89% del agua, principalmente para enfriamiento, pero también en el proceso industrial en sí. El agua utilizado para enfriar se extrae exclusivamente del agua superficial. El agua para el proceso industrial proviene tanto del agua superficial como subterránea. El segundo uso es la producción de agua potable. Este sector usa 10% del total de extracciones. De eso 10%, el 64% viene de aguas subterráneas y el 36% viene de aguas superficiales. Esta producción está organizado por empresas públicas. Tercero, el control de inundaciones, cuyo proporción en las necesidades se determina teniendo en cuenta los propósitos anteriores.
Finalmente, hay varios usos antropogénicos. Primero, hay las actividades de drenaje, que son de gran importancia ya que se llueve a menudo y que hay algunas tierras bajo el nivel del mar. Segundo, la función de auto-purificación que desempeñan los ríos es crucial. Tercero, la navegación es de fundamental hablando de un país que se ubica en una red regional de canales (Bélgica, Países Bajos, Alemania, Francia). Amberes y Lieja son los dos puertos principales conectados al resto de Europa con 1.500 km de vías fluviales.
¿Entonces, qué hacen las tres regiones como reguladores ambientales? Las tres regiones operan de manera autónoma. El enfoque de Flandes consiste en disminuir su dependencia de agua de Valonia. Esto significa ser más estrictas para los vertidos contaminantes y tener un mejor control de la contaminación difusa. Para hacer esto, se creó Aquafin, una empresa pública responsable del tratamiento de aguas residuales urbanas, y se tomó medidas relacionadas para integrar la gestión de las aguas en Flandes.
En Valonia, el énfasis está en la protección de las cuencas hidrográficas y el desarrollo del turismo fluvial. El gobierno regional toma la delantera, mientras que las municipalidades aseguraron el abastecimiento y el tratamiento del agua. Esto hacen particularmente las intercomunales, que son compañías públicas que operan en varias municipalidades. Comparando con Flandes, Valonia aplica una regulación más descentralizado y local para la gestión del agua.
La Región Capital de Bruselas ha tenido tres desafíos principales. Primero y principalmente, construir dos plantas de tratamiento de aguas residuales. Una al Sur y una al Norte de Bruselas. La planta de Bruselas-Norte es lo más grande. Esta planta está diseñado para tratar las aguas residuales generadas en la región de Bruselas. Esta planta actualmente está operado por Aquiris, una parte de la empresa Veolia. La planta Bruselas-Sur está dirigido por Vivaqua, una compañía pública de agua regional. Segundo, se quiere garantizar el abastecimiento de agua de las cuencas hidrográficas en Valonia. Y el tercero gran objetivo de Bruselas ha sido la renovación de la red de alcantarillado.
Referencias: