El Okavango, el río que forma un delta en un desierto
Hoy implicaremos todos los sentidos para disfrutar del post que os presento. Mirad este vídeo, con calma y sin nada que os despiste, haciendo un ejercicio de mindfullness (dura más de 50 minutos, así que si visualizáis los primeros minutos ya será suficiente, ;-P):
Estas imágenes corresponden al denominado "delta" del río Okavango, en África. Lo pongo entrecomillado porqué este curso fluvial, que tiene una extensión de 1.600 kilómetros, desemboca en un desierto y no en el mar, por lo que algunas fuentes consideran que en realidad se trataría de una extensa región aluvial o un cono de deyección. El Okavango tiene escasas pendientes en la mayor parte de su curso (60 metros en 450 kilómetros), con un caudal medio de 500 m3/s, algo que provoca que las precipitaciones que se registran en su cabecera puedan tardar hasta 9 meses en llegar a su desembocadura en el desierto.
Al tener poca pendiente, las lluvias de su cabecera pueden tardar hasta 9 meses en recorrer los 1.600 kilómetros hasta su desembocadura
Gestión de tres países
El río Okavango nace en Angola, pasa por Namibia y desemboca en Botswana. Esto implica que la gestión de este curso fluvial sea compartida por estas tres naciones a través de la entidad Okacom, que fue creada en 1994 y que busca la gestión equilibrada del río y de todo su ecosistema. Sorprenden, sin embargo, las diferencias entre estas tres naciones, con un desarrollo muy dispar entre ellas.

Angola, que alberga el curso alto del río, sería el hermano pobre de la tríada, con el 51% de su población viviendo en pobreza estructural, según la Multidimensional Poverty Peer Network (MPPN). Namibia (curso medio del Okavango) estaría en el otro lado de la balanza, teniendo en cuenta que ha sido un territorio que ha experimentado importantes avances en las últimas dos décadas, reduciendo el porcentaje de población en pobreza extrema, pasando del 53 al 23%, según informa El País. En una situación intermedia estaría Botswana (desembocadura del río), que gracias al descubrimiento de grandes depósitos de diamantes, además del impulso de la industria turística, se hicieron grandes avances que en la actualidad habrían quedado interrumpidos, con una tasa de desempleo del 20% y con una elevada incidencia del virus de la Sida, según un reportaje llevado a cabo por la BBC.
Angola, Namibia y Botswana son países con un desarrollo económico desigual y con necesidades diferentes para garantizar los servicios de la ciudadanía
Este desarrollo desigual de los países que gestionan el Okavango no parece el más favorable para garantizar el buen estado del ecosistema y más en un época de variabilidad climática y de augmento de los impactos y presiones. Estudios llevados a cabo por la misma Okacom ya vislumbran una reducción de su caudal por el incremento de las demandas, la sobreexplotación de sus recursos, el crecimiento de la población y el cambio climático, algo que ya está comportando modificaciones en la dinámica de sedimentos, la salinidad del agua y, en general, un empeoramiento de su calidad.
En los próximos años, la temperatura en esta zona puede subir hasta 3ºC y con lluvias más torrenciales, favoreciendo una mayor erosión
Incremento de amenazas
Una de las características del delta del Okavango, además de la riqueza de flora y fauna, es la presencia de grandes mamíferos (elefantes, leones, leopardos, rinocerontes y búfalos), especies muy codiciadas por los turistas y al mismo tiempo amenazadas por la caza furtiva. A principios de verano, pudimos observar con tristeza las imágenes de más de 300 elefantes muertos en la zona del delta del Okavango, sin haber encontrado inicialmente una explicación a las causas de su muerte. Se habló de caza furtiva, aunque los paquidermos no presentaban señales de disparos y mantenían sus colmillos intactos. También se descartó el uso de algún tipo de veneno (utilizado también de un modo habitual por los cazadores furtivos), al no encontrar otros animales muertos por haber ingerido la misma sustancia.
El incremento de las presiones sobre el río, además de la incidencia del cambio climático, son las principales amenazas para ecosistemas como el delta del Okavango
Finalmente, la explicación, que ha tardado unos meses en llegar, es más sencilla y preocupante de lo que nos pensábamos. Se detectó que la causa de la muerte de los elefantes fue una cianobacteria presente en el agua que puede producir toxinas, sobre todo con altas temperaturas y en aguas estancadas. Se siguen investigando las causas de estos decesos, ya que sorprende que solamente haya afectado a esta especie animal, y no a otras.

Muchos expertos atribuyen al cambio climático y al aumento de temperaturas esta mortalidad de elefantes, provocado por unas condiciones favorables para que estas cianobacterias, capaces de realizar la fotosíntesis, hayan generado toxinas letales para la fauna de la zona. Un estudio llevado a cabo por la Universidad Nacional de la Plata (Argentina) analiza las condiciones más apropiadas para el crecimiento de estas cianobacterias fitoplanctónicas, apuntando que su proliferación se ve favorecida por una mayor exposición a la luz y en aguas estancadas y sin renovación. Además, temperaturas superiores a los 20ºC también son muy propicias para la fotosíntesis de estas bacterias.
Parece, según varios datos, que en los últimos meses las condiciones meteorológicas del Okavango han sido las apropiadas para este fenómeno. En el periodo 2018-2019, las lluvias en la cabecera del río estuvieron por debajo de la media, con los registros más bajos en la serie de los últimos 5 años, tal y como se puede comprobar en la siguiente gráfica, con el caudal registrado en Rundu (Namibia):

Escasez y aumento de contaminantes
No sólo la proliferación de las cianobacterias en ecosistemas como el Okavango son la principal amenaza. La misma Okacom, a través de un informe, reconoce que el desarrollo de la agricultura está provocando la descarga de contaminantes y la variación en las concentraciones de nutrientes, algo que puede alterar este ecosistema. Además, el acceso al saneamiento, algo esencial para la salud de las personas y garantizar el buen estado del medio hídrico, está muy limitado en varias zonas de Namibia, Angola y Botswana.
Las causas de esta mortalidad, por lo tanto, son globales y, por desgracia, la muerte de los elefantes es sólo la punta del iceberg. Aunque nos parezca que el Okavango está lejos de nosotros y no nos afecta, situaciones de este tipo pueden producirse en cualquier lugar del planeta. Por lo tanto, el equilibrio en la gestión del agua debe ser un eje universal.