Tradicionalmente hemos calculado y cuantificado el consumo de agua en función del recurso que sale del grifo o bien el que se destina para usos industriales y agrícolas. Sin embargo, durante muchos años nos hemos olvidado, consciente o inconscientemente, que también destinamos agua (y en cantidades mucho más elevadas) para producir carne, cosméticos, ropa, entre muchos otros objetos que usamos en nuestra vida diaria.
Además del agua que consumimos o usamos directamente, hay que contabilizar la huella hídrica, que es el recurso utilizado durante la fabricación o producción de un determinado producto
Es lo que denominamos huella hídrica y que se encarga de calcular el total de agua que se utiliza para producir un determinado producto, desde el momento que se capta el agua procedente de la lluvia hasta el caudal destinado a la dilución de los productos contaminantes durante la producción de una determinada prenda de vestir.
Entre 3.000 y 10.000 litros de agua para fabricar un vaquero
Seguramente jamás pensamos que, para vestir una determinada prenda de ropa, como por ejemplo un vaquero, se llegan a necesitar hasta 10.000 litros de agua para su producción. Así lo aseguraba Arjen Hoekstra, profesor de Gestión del Agua de Hábitos y costumbres en el modelo productivo de la Universidad de Twente, en una entrevista en La Vanguardia.
Hay otras fuentes, sin embargo, como el Instituto Técnico Textil (Aitex) que cifran en 3.300 litros de agua las necesidades para hacer un vaquero, tal y como publicó el periódico Abc hace unos años. En el siguiente cuadro se puede comprobar el total de agua que se necesita para producir un determinado tipo de vaquero:

Sea como fuere, la realidad es que las necesidades hídricas para producir ropa son muy altas y, teniendo en cuenta que la producción de vaqueros es de 5.000 millones anuales, es evidente que se debe hacer algo al respecto.
Una de las prendas más contaminantes
Un estudio de la Agencia del Medioambiente y Control de la Energía en Francia (ADEME) llevado a cabo hace un año, destaca que durante todo el proceso de fabricación de unos vaqueros entran en juego varios contaminantes. Ya en la primera fase y para mantener sana y en condiciones adecuadas la materia prima -el algodón-, se usan pesticidas (un 10% del total de los pesticidas y cerca del 25% de insecticidas a nivel mundial). Se estima además, que la producción mundial de algodón requiere hasta 222.000 millones de metros cúbicos de agua.
Los vaqueros están fabricados de algodón, una planta que requiere grandes cantidades de agua que pueden llegar hasta los 222.000 millones de metros cúbicos
No olvidemos que una de las principales causas de la desecación del mar de Aral, en Uzbekistán, se debe al elevado consumo de agua para regar los extensos campos de algodón. Hay que tener en cuenta que este país, durante la década de los 80, era el principal productor de algodón del mundo. Un reportaje emitido por la BBC relata que hace años, el mar de Aral tenía una extensión de 60.000 m2 con profundidades que podían llegar hasta los 40 metros. Hoy, sólo queda un 10 % de este mar.

Imagen por satélite del mar de Aral. A la izquierda, una fotografía de 1989. A la derecha, de 2014. Fuente: Wikipedia/Nasa
Uno de los efectos del retroceso de esta masa de agua es también el aumento de determinadas enfermedades, surgidas a raíz de los restos de pesticidas que han pervivido en el mar. Unos datos aportados por la FAO desvelan que las enfermedades relacionadas con las tiroides y el hígado llegaron a tener tasas del 200 % en la década de los 80.
Ya durante el proceso de producción, se libera una importante cantidad de cloro, colorantes y químicos que, en muchos casos, se liberan al medio ambiente, provocando la contaminación del entorno.

En 2017 se estrenó River Blue, un documental que analiza el impacto sobre el medio ambiente de la industria textil. Os dejo a continuación el trailer:
Un nuevo proceso para la esperanza
Hace unas semanas leí en la prensa que una empresa valenciana, con el nombre de Jeanalogía, se encargaría de reducir el consumo de agua durante la fabricación de vaqueros de la compañía Levi's, la principal productora de este tipo de ropa.
La empresa valenciana Jeanalogía ha diseñado un proceso que permite reducir el consumo de agua en un 71%
A partir de aquí, me dediqué a investigar sobre esta compañía. Mi sorpresa fue que se trata de una joven empresa valenciana, con 20 años de experiencia. Uno de los temas que más me ha sorprendido es la reducción en un 71% del agua utilizada en el proceso de producción de un vaquero, tal y como se destaca en su dossier de prensa. También me parece muy positivo que el uso de productos químicos se reduce en un 67% con la aplicación de este nuevo sistema de fabricación.
Láser, ozono y e-flow
Uno de los procesos más nocivos en la producción de esta prenda de ropa es el momento que se aplica el spray para colorear y que puede ser más nocivo para los trabajadores, tal y como se puede ver en la imagen inferior.

La empresa Jeanalogía utiliza un sistema más seguro, el láser, provocando que la impresión sea de un modo más sostenible y seguro para los trabajadores que manipulan esta prenda.
El uso del ozono sería otro de los procesos utilizados por esta empresa valenciana y es el que repercute de un modo directo en la reducción del consumo de agua y en la disminución del uso de productos químicos en el proceso. Acto seguido, se emplea tecnología de nano burbujas para hacer que el proceso de fabricación sea más eficiente y aproveche al máximo los recursos utilizados.
No podía faltar la reutilización
Se produce un mayor consumo de agua durante el proceso para suavizar cada pantalón, lo que implica la realización de varios lavados, algo que dispara el consumo de agua. En todo este proceso es vital reutilizar el total del agua empleada para reducir de un modo significativo el uso del agua. Con un sistema desarrollado por la misma empresa, se reaprovecha el 99% del agua utilizada en el proceso de fabricación.

Aclaración final
Este post no pretende ser un alegato en favor de la marca de vaqueros que aplica esta tecnología, pero se tiene que reconocer su carácter pionero y su interés en reducir de un modo considerable el consumo de agua. Hay otras marcas de vaqueros que también utilizan medidas para reducir el consumo de agua, aunque no sean tan efectivas. También hay otras soluciones, que en este caso puede aplicar la misma ciudadanía, de comprar vaqueros de segunda mano (o segunda pierna). Por propuestas que no quede.
Lo importante es concebir que el consumo de agua utilizado en procesos de fabricación de determinados productos es mucho más elevado que el consumo de agua directo que hacemos. Ser conscientes de ello nos hará más críticos a la hora de comprar y más informados, algo que a la larga será beneficioso para todos y todas.