Cuando un ordenador se satura y no responde, acostumbramos a hacer un reset, con el objetivo de restaurar el sistema y poder seguir utilizando la máquina para nuestras necesidades. Es como si, mediante un botón, conseguimos que la computadora pare, descanse y vuelva a funcionar del mejor modo posible. En la tecnología y en la vida es necesario saber parar, poner en orden las cosas y reprender el paso, evitando errores e intentando hacer las cosas bien.
¿Estamos en una pausa?
Para muchas personas, la crisis provocada por la Covid-19 será crucial para cambiar nuestra forma de vida. Seremos más virtuales y menos sociales, utilizaremos más el transporte público, preservaremos nuestro entorno y haremos un consumo más sostenible, para nuestro bien y el del planeta en que vivimos. Con el parón de toda la actividad en el mundo, hemos visto varios ejemplos de cómo el medio ambiente es resiliente y capaz de recuperarse, con los canales de Venecia transparentes y sin contaminación, la presencia de delfines cerca de puertos marítimos y un descenso de la contaminación en zonas como China.
Muchos piensan que el coronavirus servirá para replantear nuestra relación con el planeta. ¿Reiniciaremos o únicamente hemos hecho una pausa?
Algunos y algunas creen que este ha sido el reset necesario para cambiar nuestra relación con el mundo, el aviso que la naturaleza nos ha dado para cambiar el mal camino que estábamos llevando. Sin embargo, más que un reset parece que hayamos pulsado la tecla de pausa, ya que cuando hemos reprendido la actividad se ha visto que continuamos contaminando igual o más, agotando los recursos y ampliando la lista de residuos que gestionamos de un modo inadecuado, como las mascarillas. Paradójico que algo que nos protege sirva para dañar el medio ambiente.
No tenemos un planeta de reserva
En una interesante noticia publicada por El Economista en agosto, se informaba que ya se habían consumido todos los recursos naturales que nuestro planeta puede regenerar en un año. En España, se necesitan 2,5 planetas Tierra cada año para cubrir todas las necesidades, mientras que en otros países como Qatar la cifra se eleva hasta los 9 planetas en un año. Un camino por el que no podemos seguir.
Según un estudio publicado hace unas semanas por WWF y, del que La Vanguardia se hizo eco, en 50 años nuestro planeta ha perdido el 70% de la fauna salvaje. En este mismo periodo, y según las mismas fuentes, la actividad del ser humano ha degradado tres cuartas partes de los ecosistemas terrestres y el 40% de los océanos.
En España, se necesitan 2,5 planetas Tierra cada año para cubrir todas las necesidades, mientras que en otros países como Qatar la cifra se eleva hasta los 9 planetas en un año
Si durante el periodo de confinamiento global, la contaminación en China se redujo de un modo drástico, la reactivación económica del gigante asiático se ha incrementado de nuevo, tal y como informó La Vanguardia.

¿Y si la tecla de reset no funciona?
Hay ocasiones en las que reiniciar una computadora no es suficiente para restaurar su funcionamiento, provocando que la máquina acabe perdiendo su vida útil. Con el medio ambiente y nuestro entorno puede pasar lo mismo, que el día que decidamos actuar sea demasiado tarde y que hayamos superado el punto de no retorno. Ejemplos no nos faltan.
A lo largo de la historia de la humanidad, grandes imperios han caído, han sucumbido a sus ambiciones y avaricias por no saber parar a tiempo, por querer más poder, más territorios, más riquezas.

Los mayas son el mayor ejemplo de una gran civilización que experimentó un importante desarrollo y que, una vez agotados los recursos, con una extendida corrupción entre sus élites gobernantes y la irrupción de otros competidores en la zona acabaron desapareciendo. En el ocaso de las grandes civilizaciones, los fenómenos ambientales extremos (sequías, terremotos, erupciones volcánicas) han aportado su grano de arena para dar el empujón definitivo al abismo.
Error fatal del sistema
La relación entre el medio ambiente y el surgimiento de grandes pandemias como la Covid-19 parece que son dos ejes de la misma cadena. El uso desmesurado de los recursos naturales, la desforestación de grandes zonas selváticas con el fin de intensificar la agricultura y la ganadería y la reducción de los hábitats de varias especies pueden ser elementos cruciales para que un virus inofensivo para algunas especies animales puede ser letal para toda la humanidad. El siguiente mapa muestra la relación entre grandes pandemias y su origen en especies animales:

Tomemos nota y que la crisis del coronavirus sea tomada como una oportunidad para cambiar nuestra manera de vivir y relacionarnos con el mundo. Que el reset no se acabe convirtiendo en un error fatal del sistema.