Para aquellos que ya empezamos a acumular años en nuestro haber, y también para las personas que les gusta la buena música, seguro que les suena la banda británica de rock The Who, que se formó en el año 1963 en Londres. Liderados por el incombustible Roger Daltrey, destacan canciones como Baba O'Riley, Who are you o The Seeker.
Hoy, sin embargo, no me centraré en analizar la trayectoria de esta mítica banda. Este post girará alrededor del batería del grupo, Keith Moon, y de su extravagante relación con los retretes.
Keith Moon, batería del grupo, alternaba su genialidad con una vida marcada por los excesos, las excentricidades y el abusivo consumo de drogas y alcohol
Moon era un gran virtuoso de la percusión y su estilo ha sido una influencia para muchos baterías de grupos que han marcado el rock como Neil Peart de Rush, Peter Criss de Kiss o Tommy Lee de Motley Crue. Sin embargo, su genialidad convivía con una vida marcada por los excesos, las excentricidades y el abusivo consumo de drogas y alcohol. Por ello, Moon falleció a la edad de 32 años por una sobredosis de sedantes en el mes de septiembre de 1978.
Tenía un estilo de vida muy destructivo y, en general era como el caballo de Atila, que a su paso no crecía la hierba. Destrozó habitaciones de hoteles, estancias de su casa e, incluso, residencias de amigos suyos, sumergió coches en piscinas e incluso estuvo involucrado en el atropello de un peatón en las afueras de un pub. Una de sus aficiones más peculiares, por decirlo de alguna manera, era la de destruir los retretes con el uso de material explosivo.
Moon empezó utilizando los petardos conocidos como cherry bombs y fue evolucionando hasta la utilización de dinamita
Esta afición empezó con el uso de petardos (los denominados cherry bombs), aunque progresivamente fue buscando explosivos con mayor potencia, hasta que acabó con la utilización de cartuchos de dinamita. Para el batería, según confesó en alguna ocasión, ver la imagen de la porcelana fragmentada volando por los aires era algo inolvidable. En alguna ocasión, incluso puso en riesgo su propia seguridad cuando alguno de los explosivos falló y fue a comprobar cuál era el problema, evitando por los pelos que la explosión le afectara. Esta afición de destruir retretes también la llevaba a cabo en su propia casa. Miembros de The Who habían explicado que en su lavabo no había retrete y solo se podían ver las tuberías.

Según el portal web DatosFreak y citando algunos biógrafos de la banda The Who estiman que los daños generados por Keith Moon en fontanería tuvieron un coste estimado superior a los 500.000 dólares.
Su fama provocó que estuviera vetado en varias cadenas de hoteles como los Holiday Inn, los Sheraton e incluso el conocido Waldorf Astoria de Nueva York. Una muestra que el talento no es siempre sinónimo de buena actitud.