Dentro de un mes se celebra el Día Mundial del Agua. Este año, el lema para esta conmemoración, que tiene lugar cada 22 de marzo, es #water2me, que vendría a traducirse "qué es el agua para mí". Este elemento es indispensable para la vida y, paradójicamente, a pesar de vivir en un planeta con más del 70% de la superficie cubierta por el agua, sólo podemos aprovechar un 0,007% para nuestras necesidades. Una evidencia que el agua no sobra, que cada vez se distribuye de un modo más irregular a causa de la emergéncia climática y que debemos gestionarla de un modo adecuado.
El 28% de la población mundial no tiene garantizado el acceso al agua potable y el saneamiento de las aguas residuales
El agua es, por lo tanto, un recurso vital y nuestra percepción sobre ella puede cambiar substancialmente en función del lugar dónde vivimos y de su acceso.
Más de 2.200 millones de personas sin agua
Actualmente en el mundo viven 7.800 millones de personas, según Worldometers. Llama la atención, sin embargo, que casi un tercio de esta cifra (el 28%, lo que supone 2.200 millones, según datos aportados por las Naciones Unidas) no tengan garantizado el acceso al agua en cantidad y calidad, ni tampoco garantizado el saneamiento de las aguas residuales. Sobre este último aspecto, y según datos de Unicef, anualmente se producen 4.000 millones de casos de diarrea y mueren 1,8 millones de personas (la mayoría niños y niñas que no llegan a los 5 años) a causa de una depuración insuficiente o inexistente.

A raíz de esta disparidad, la visión del agua que tenemos puede ser muy diferente, aunque en los países desarrollados seguramente la percepción puede ser muy similar, teniendo la gran mayoría una sensación de relativa tranquilidad. Hasta el 18 de abril puedes visitar en Barcelona la exposición Or Blau (Oro Azul), organizada por la Agencia Catalana del Agua (ACA), coincidiendo con el 20 aniversario de esta empresa pública. En el inicio de la muestra, y rodeado de todo tipo de imágenes evocadoras, se te pregunta lo que es para ti el agua. Una manera para ver cuál es tu percepción y pudiendo comprobar que ésta puede ser muy diferente según la persona y sus circunstancias.

Afortunadamente, muchos de nosotros tenemos acceso al agua sin ninguna dificultad, con el simple gesto de abrir un grifo. También podemos disfrutar de nuestro entorno y ver ríos en buen estado (aunque todavía haya mucho camino por hacer), con imágenes que nos transmiten bienestar, paz y harmonía. Sin embargo, si conociéramos la percepción de una persona que vive en una zona pobre y sin recursos hídricos, teniendo que andar varios kilómetros para recoger agua, como el caso de Siabatou Sanneh, su percepción puede ser totalmente antagónica a la nuestra.
Unir las visiones del agua
Parece -y es- un reto muy complicado, pero el gran objetivo de la humanidad debe ser que, con la unión, la cooperación y la corresponsabilidad se consiga que esta cifra de 2.200 millones de personas sin acceso al agua se reduzca de un modo considerable. No es una tarea sencilla y que encontrará muchos obstáculos en el camino, pero lo cierto es que el mundo desarrollado debe ayudar a los que más lo necesitan, aunque suene a tópico. Además de la financiación de proyectos e iniciativas, el apoyo a las administraciones también deben servir para lograr una gobernanza en zonas sin una infraestructura del ciclo del agua. Con la suma de estos factores, se puede conseguir que la garantía del agua sea cada vez más universal.
Tenemos claro cuál es el problema. Sin embargo, ¿sabemos cuáles deben ser las soluciones para garantizar el agua a toda la población mundial?
También debemos tener en cuenta que la gestión del agua debe tener en cuenta muchos más ámbitos, más allá de la garantía del suministro y del saneamiento de las aguas residuales. Los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes, generan también daños en personas y bienes y actualmente hay más de 20 millones de ciudadanos/as afectadas por el riesgo de inundaciones, según un post que publiqué hace unos meses. Por lo tanto, debemos cerrar el círculo y que cada ámbito tenga su equilibrio para conseguir un todo. No podemos concebir el ciclo del agua por separado, todas sus partes son igual de importantes y están interconectadas.

Los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS)
Las Naciones Unidas fijaron en 2015 un total de 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) para mejorar el bienestar de las personas. El número 6 está focalizado en la disponibilidad de agua para todo el mundo y garantizar el saneamiento de las aguas residuales para el 2030.
Además de inversiones y actuaciones para garantizar el agua, se deben fomentar medidas para mejorar la gobernanza de este recurso
Quedan menos de diez años y parece una tarea difícil saber cómo llegar a este objetivo, a pesar de que la voluntad es total para la gran mayoría de las personas. Falta establecer las herramientas para movilizar una respuesta rápida y efectiva. Debemos empezar a pensar que garantizar el agua para todas las personas, además de mejorar en su bienestar, también contribuirá a erradicar enfermedades y llevar a cabo una mejor gestión de nuestro entorno.
Si en menos de un año la humanidad ha sido capaz de crear varias vacunas para frenar la COVID-19, también debemos ser capaces para que el abastecimiento de agua y el saneamiento de las aguas residuales sea un bien y un derecho global, sin diferencias.
Para mí, el #water2me es vida, tanto para mí como para los demás. ¿Y para ti?