ADECAGUA convoca el próximo miércoles de 6 de febrero en el marco del Salón SMAGUA la Jornada “Saneamiento y depuración en pequeños municipios. La asignatura pendiente del tratamiento de las aguas residuales urbanas”, donde un panel de expertos debatirá sobre la situación actual y los retos de la depuración y el saneamiento en pequeñas población. Entre esos expertos, Albert Solá, gerente del Consorcio Besós-Tordera, aportará su visión desde la administración local.
Pregunta: ¿Qué singularidades tiene el tratamiento de las aguas residuales en pequeñas poblaciones?
Respuesta: Muchas, tantas como pequeñas poblaciones, pero la podemos agrupar en diferentes aspectos:
a.- Normativo-Legal. No están claros los objetivos a cumplir: ¿Concentración en el vertido de unos determinados parámetros? ¿Efecto en el medio receptor? ¿Qué ocurre cuando el medio receptor no es una masa de agua?
b.- Técnica. Según los objetivos a cumplir habrá más o menos complejidad técnica, partiendo de la base que hoy en día existe tecnología para todo. Otra cosa es que la estructura técnica de los pequeños municipios esté en disposición de conocerla y/o poder aplicarla. Hace falta un grado de especialización importante en este sector.
c.- Económica. La mayoría de las veces, al realizar un estudio de los costes de inversión y operación para el tratamiento de las aguas residuales el susto es mayúsculo. La administración u organismo de cuenca que asume la tarea de la planificación debería tener en consideración la sostenibilidad económica del sistema de saneamiento además de la sostenibilidad ambiental del mismo.
"La normativa existente es lo suficientemente interpretable para adaptarse al caso de las pequeñas poblaciones"
P.- Bajo su punto de vista, ¿existe la necesidad de un contexto normativo específico para regular los vertidos procedentes de pequeñas poblaciones?
R.- No. No hace falta más normativa, vamos sobrados de normativa. Hace falta criterios sensatos de aplicación progresiva y proporcional de la normativa existente para que se pueda cumplir. La normativa existente es lo suficientemente interpretable para adaptarse al caso de las pequeñas poblaciones.
En cualquier caso, cabe tener en cuenta que la actual directiva europea sobre tratamiento de aguas residuales, en vigor desde del año 1991 ha entrado en un proceso de revisión tras lanzar la Comisión Europea un proceso participativo a toda la ciudadanía con el propósito de conocer la opinión del público con relación a las aguas residuales y su gestión que se cerró el pasado mes de Septiembre de 2018.
P.- En este sentido, ¿con qué respaldo administrativo y económico cuentan las administraciones locales para hacer frente a la depuración en pequeños municipios?
R.- Hay una variedad muy diversa según la provincia o comunidad autónoma. Por regla general hay que concienciar a todos los actores de que el ciclo del agua tiene unos costes asociados que hay que cubrir. Agua paga agua. El abastecimiento en las poblaciones grandes suele ser caro y el saneamiento más económico que en los pequeños municipios, donde ocurre justo lo contrario: el abastecimiento es relativamente económico pero no así el saneamiento. No se ha trasladado en muchos casos el coste real del abastecimiento al recibo del agua, mucho menos el saneamiento en pequeñas poblaciones. ¿Cuántas pequeñas poblaciones conocemos dónde el recibo del agua es mucho más barato que en una gran ciudad? El saneamiento y depuración de las aguas es una necesidad en la totalidad del territorio. El abastecimiento de las grandes ciudades requiere de masas de agua tanto superficial como procedente de acuífero en buenas condiciones y para ello hace falta un reequilibrio territorial de recursos que permita a los municipios pequeños que suelen estar en cabeceras de ríos y embalses puedan tratar sus efluentes y así proteger también los recursos de agua en su totalidad.
Río Congost.
P.- ¿Cuál sería el sistema organizativo más apropiado para la gestión del saneamiento y depuración?
Al tratarse de una competencia municipal, recordemos que son servicios públicos básicos de prestación obligatoria tanto abastecimiento como saneamiento, los municipios deberían poder decidir cuál es su modelo de gestión y cómo optimiza los recursos para hacer frente su obligada prestación y cumplimiento. Está claro que si se traslada el coste asociado al recibo del agua, el mejor sistema será aquél que genere la economía de escala suficiente y adaptarse en cada circunstancia, ya sea mancomunidades, consorcios, diputaciones, etc. Dependerá del contexto geográfico, coyuntural, de la existencia de otros servicios mancomunados…, la adopción de uno u otro modelo. Claro está que siempre sebe haber un control público sobre el modelo escogido sin que ello deje fuera la posibilidad de participación de empresas privadas, pero siempre bajo la tutela del buen gobierno de la administración local.
"Hay que concienciar a todos los actores de que el ciclo del agua tiene unos costes asociados que hay que cubrir"
P.-¿Cuáles son los retos actuales en cuanto al saneamiento y depuración en pequeños municipios?
R.- Aclarar cómo se puede cumplir la normativa vigente sin trasladar la estructura de costes a la población de una forma súbita, grosera e insolidaria. La solidaridad interterritorial es imprescindible.
Disponer del conocimiento técnico adecuado, individualmente de forma mancomunada, para influir en las fases de planificación, diseño, ejecución y posterior operación y mantenimiento de los sistemas de saneamiento.
P.- El próximo 6 de febrero participará en la Jornada organizada por ADECAGUA en SMAGUA sobre el tratamiento de las aguas residuales procedentes de pequeñas poblaciones. ¿Cuál será el principal mensaje de su intervención?
R.- Hace falta proteger el medio acuático, se puede hacer si se planifica adecuadamente desde los municipios, de manera mancomunada si hace falta, y se hace una aplicación progresiva y gradual de la normativa desde los organismos de cuenca con una distribución de costes que tenga en cuenta al completo el ciclo del agua y el reequilibrio territorial.