El año hidrológico 2018-2019, que incluye el efecto de las lluvias y la evolución de los recursos hídricos entre los meses de octubre, ha evidenciado dos contrastes, con un final de 2018 bastante húmedo y un 2019 muy seco, sobre todo en partir de los meses de verano. Esto ha provocado que, en el conjunto global de las cuencas internas, se haya pasado de un volumen de reservas al 86% (casi 600 hm3 ) de finales de 2018 al 57% (395 hm3) actual, según datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA).
Sin embargo, cabe destacar dos casos que han tenido un comportamiento diferenciado. Por un lado los embalses de Siurana y Riudecanyes, de manera conjunta, comenzaron el año hidrológico con unos escasos 3 hm3 (17%). Las últimas lluvias del año 2018 permitieron alcanzar los 10 hm 3 (57%) y el año hidrológico se cierra con 4,6 hm3 (26%), después de 9 meses marcados por las escasas lluvias de este año .
El embalse de Darnius Boadella ha tenido un comportamiento similar al de los embalses del sistema Siurana Riudecanyes. Comenzó el año hidrológico con 23 hm3 (38%), pero las lluvias de finales de 2018 fueron muy productivas, alcanzando prácticamente el llenado del embalse con 58 hm3 (95%). Sin embargo, se cierra el año hidrológico con 25 hm3 (41%) después de un periodo estival especialmente seco y caluroso.
Oscilaciones en el caudal de los ríos
Durante el año hidrológico 2018-2019, los ríos, con carácter general, han presentado un periodo de caudales altos y medios a lo largo de todo el 2018 y un período de reducción continuada de caudal, este año.
En la estación de Guardiola de Llobregat, en la cabecera del río Llobregat, a lo largo del 2019 la falta de lluvias ha generado una reducción persistente de caudales, situándose entre normal y seco, a pesar de las lluvias de primavera y la disponibilidad de importantes fuentes naturales que estabilizan los caudales del río.
En el caso del río Ter, a su paso por Ripoll, es aún más marcada la variación, situándose entre seco y muy seco y, los últimos días llegando a valores extremos históricos cercanos a los de la sequía de 2007 y no disponiendo de registros de caudales inferiores desde 1931.
Evolución de los acuíferos
En las masas de agua subterráneas existen comportamientos muy diferenciados. Los acuíferos que se gestionan conjuntamente con fuentes alternativas, como es el caso del Valle Bajo del Llobregat o Valle Bajo del Tordera, los cuales se mantienen en situación óptima de explotación. Hay que tener en cuenta, también, que desde abril de 2018 se está inyectando agua regenerada en el acuífero del delta del Llobregat, con el objetivo de evitar la intrusión de agua de mar.
En el otro extremo están los acuíferos que aún no disponen de fuentes de suministro alternativas, como son los casos del acuífero de Carme Capellades o el de Fluvià-Muga que los últimos meses han alcanzado valores de situación seca, fruto de la falta de lluvias.
Incremento de agua desalinizada
El volumen generado en este año hidrológico por las desalinizadoras asciende a un total a 20 hm3 de los cuales, 12 hm3 corresponden a la planta del Llobregat y 8 hm3 en la planta del Tordera. Desde finales de septiembre, con el volumen embalsado en el sistema Ter-Llobregat por debajo del 60% (367 hm3), se ha incrementado el nivel de funcionamiento de las desalinizadoras, hasta el 70% en la planta del Llobregat (140.000 m3 /día) y hasta el 75% en la planta de Tordera (43.200 m3 / día).
En cuanto a la producción de agua regenerada, esta ha estado por encima de los 30 hm3 durante el 2018, un valor ligeramente inferior al de 2017. Este descenso se debe, sobre todo, al ser en 2018 un año húmedo, lo que ha requerido una menor producción de agua regenerada para usos ambientales.