El Gobierno catalán, a través del Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña (ICGC), adscrito al Departamento de Territorio, y la Agencia Catalana del Agua (ACA) del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, impulsa el uso de imágenes de satélite radar y técnicas de inteligencia artificial para analizar la evolución de los acuíferos, detectar su sobreexplotación o recuperación, y tomar las consecuentes medidas. La directora del ICGC, Míriam Moysset, junto con expertos de observación de la tierra de la institución han expuesto hoy esta iniciativa durante un debate en el Parlamento Europeo organizado por el grupo NEREUS, la red de regiones europeas que utilizan tecnologías del espacio.
La técnica utilizada por el ICGC, y validada por la ACA, utiliza imágenes radar obtenidas por satélites del programa europeo Copernicus para medir el movimiento de la superficie del terreno en Cataluña. Esta tecnología puede medir movimientos milimétricos desde satélites que orbitan a unos 800 kilómetros de la Tierra.
Además, el ICGC ha desarrollado una metodología basada en técnicas de inteligencia artificial que mejora la interpretación de las medidas de movimiento de superficie por el estudio de la dinámica de los acuíferos.
Así, cuando el terreno sobre un acuífero se hunde (fenómeno llamado subsidencia), puede implicar una extracción de aguas subterráneas para garantizar las demandas consuntivas (agua para usos domésticos o para el riego agrícola). En cambio, cuando el terreno se levanta, puede implicar que el acuífero subterráneo se está llenando y recuperando sus niveles, bien porque se han producido aportaciones naturales o porque se han reducido las extracciones de agua.
Por encargo de la ACA se están analizando los acuíferos con mayor riesgo de toda Cataluña, constatando, por ejemplo, que en masas de agua subterránea en comarcas como el Baix Camp o la Selva, se observa un ligero hundimiento del terreno en verano (de pocos milímetros), a raíz del incremento de las demandas y una posterior recuperación en la época invernal.
La combinación de los datos de movimiento de la superficie de los acuíferos y la información sobre el terreno de la ACA, como por ejemplo la localización de pozos y su red de sensores, facilita el cuidadoso seguimiento de la salud de los acuíferos catalanes. También es una herramienta más de las administraciones públicas para impulsar las acciones correspondientes cuando se detecte una sobreexplotación de las aguas subterráneas.
