Jordi Agustí, director de la Agencia Catalana del Agua, se une a la iniciativa #YoBeboAguadelGrifo lanzada en iAgua. En su entrevista, cabe destacar su apuesta por impulsar el consumo de agua del grifo predicando con el ejemplo e incitando a las administraciones públicas a hacer lo mismo.
Pregunta - ¿De dónde nace el debate entre el consumo de agua embotellada o agua del grifo? ¿De qué se alimenta?
Respuesta - En los últimos años se han producido grandes avances en la potabilización de agua. Estas innovaciones no existían hace unos 40-50 años en un contexto en que la cloración del agua para hacerla potable era el tratamiento estrella. Esto provocaba que el agua fuera apta a nivel cualitativo, pero en lo que respecta al sabor se notaba en exceso el gusto a cloro. También antaño el agua de consumo tenía mucha presencia de cal. La suma de estos hechos provocó que mucha gente prefiriera recurrir al agua embotellada.
P. - ¿Qué ventajas tiene consumir agua del grifo frente a agua embotellada?
R. - El agua que nos llega a través del grifo pasa por controles exhaustivos para garantizar su calidad. Desde la Agencia Catalana, por citar un ejemplo, se llevan a cabo anualmente, de media, un total de 6.000 analíticas del agua de la red de abastecimiento del Ter Llobregat, analizando un total de 59.000 parámetros.
El precio del agua, para la mayoría de los ciudadanos, es bajo si lo comparamos con otros servicios básicos como la luz o el gas
Otro aspecto a tener en cuenta es el precio. Consumir agua del grifo es más económico y disponible en casa sin ninguna acción de compra, traslado, almacenamiento y gestión de residuos. No podemos tampoco olvidar que el agua del grifo es más sostenible en términos de la huella ecológica, ya que no genera residuos de plástico.
Por lo que a mí respecta siempre he bebido agua del grifo en mi casa, nunca he tenido duda y la he recomendado siempre. A lo mejor es por deformación profesional, pero entiendo que los que estamos en el sector del agua domiciliaria debemos predicar con el ejemplo.
P. - ¿Qué falsos mitos le gustaría desmentir respecto al agua del grifo/agua embotellada?
R. - En el área de Barcelona, y sobre todo en la capital, hay conciencia de que el agua que llega a los hogares del oeste de la ciudad tiene un mal sabor. Esta idea estaba muy generalizada hace unos 15-20 años, cuando el agua que llegaba a este sector de la ciudad procedía del Llobregat, un río que tiene unas características salinas.
Desde 2008 hasta la actualidad se han llevado a cabo varias actuaciones para mejorar la calidad del agua de este río. Se ha puesto en servicio la desalinizadora del Llobregat (2009), se han construido plantas de electrodiálisis reversible en la potabilizadora de Abrera y de osmosis inversa en la planta de Sant Joan Despí y también se ha mejorado la capacidad del colector de salmueras en su tramo final.
Es necesario que las administraciones escenifiquen el total convencimiento con el agua del grifo
Además, se ha puesto en servicio la conducción entre Fontsanta y la Trinitat, que permite conectar las cuencas de Llobregat y del Ter. Esto provoca que las diferentes fuentes de agua se mezclen entre ellas, favoreciendo una mejora en el sabor del agua.
P. - ¿Por qué crees que el consumo de agua embotellada aún es elevado entre la sociedad española?
R. - Desde hace varios años se ha instaurado el pensamiento de que el agua del grifo no es buena, cuando en realidad tiene una gran calidad y pasa por muchos controles. La mayoría de la población sigue pensando que el agua embotellada es mejor y el cambio de hábitos siempre es un proceso que cuesta, sobre todo cuando estás acostumbrado a una situación determinada.
Tampoco ayuda que en algunas localidades tengan en ocasiones alteraciones de la calidad del agua. Esto provoca que la población tenga que recurrir al agua embotellada en un momento concreto y que después, por desconfianza, sigan recurriendo al agua embotellada.
P. - ¿Cree que el precio que se paga por el agua en España está ajustado a su valor real? ¿Sabría decir cuánto paga por el servicio de agua en su ciudad?
R. - El precio del agua, para la mayoría de los ciudadanos, es bajo si lo comparamos con otros servicios básicos como la luz o el gas. Una factura media para una familia de 3 personas puede oscilar entre los 35-50 euros para un periodo de dos o tres meses (el plazo depende según la ciudad). Cierto que hay personas en situación de vulnerabilidad que tienen mayores dificultades y, por esta razón, existe en Cataluña el canon social, una figura que permite una reducción del 50% del canon del agua.
Desde la Agencia Catalana, por citar un ejemplo, se llevan a cabo anualmente, de media, un total de 6.000 analíticas del agua de la red de abastecimiento del Ter Llobregat
P. - Una de las acciones con más impacto mediático en los últimos tiempos es la obligatoriedad de servir agua del grifo en los restaurantes de varias regiones españolas. ¿Cómo valora esta medida y como cree que podría influir en el consumo de agua del grifo en los hogares?
R. - Es una medida acertada, sin lugar a dudas. Hay países como Estados Unidos o Escocia que aplican esta medida, que es muy bien acogida por los clientes. Por supuesto que servir agua del grifo en bares y restaurantes también abrirá consciencias y demostrará que el sabor es bueno. De ahí que mucha gente se dé cuenta que el agua del grifo es buena para beber y que empiece a cambiar sus hábitos.
P. - ¿Cree que los controles que pasa el agua del grifo son suficientes para garantizar su calidad?
R. - Sí, aunque nunca se debe bajar la guardia. El agua del grifo pasa por una serie de controles exhaustivos, pero debemos empeñarnos en una constante mejora y la adaptabilidad a nuevas problemáticas que puedan surgir. Es evidente que en lo que a contaminantes emergentes se refiere, debemos tener todo el conocimiento para actuar cuando la situación lo requiera.
P. - ¿Qué medidas serían más efectivas para aumentar el consumo de agua del grifo entre la población (desde las administraciones, las empresas…)?
R. - La pedagogía es básica en este sector y es necesario un goteo constante de información, aportando datos e información con la máxima transparencia. Estamos en una sociedad en la que el usuario, con todo su derecho, reclama toda la información posible sobre los productos que consume. Es necesario pues, que las administraciones públicas, que son las competentes en el suministro de agua, informen de la calidad del agua, de los controles que se efectúan y de todas las acciones que se llevan a cabo para dar las máximas garantías.
La mayoría de la población sigue pensando que el agua embotellada es mejor y el cambio de hábitos siempre es un proceso que cuesta
Es también necesario que las administraciones escenifiquen el total convencimiento con el agua del grifo, a través de servirla en todos los actos públicos, presentaciones, charlas, reuniones….
P. - ¿Qué papel juega la comunicación a la hora de trasmitir el mensaje sobre el agua del grifo a los consumidores?
R. - La comunicación es primordial y se debe llegar a todos los sectores de la sociedad. Debemos tener en cuenta que nos encontramos en un mundo con muchos medios para comunicar y debemos adaptar los mensajes a los diferentes soportes. Esta comunicación debe ser bidireccional, es decir, que la administración debe informar en todo momento, pero también facilitar el intercambio de información y aclarar las dudas que tenga el consumidor. De este modo, se desmontan mitos con la simple aplicación de la objetividad.