Suena el despertador y te levantas nervioso, para saber si hoy hará un buen día. Abres la ventana y ves que hace un sol espléndido y que no hay ninguna nube en el cielo. Después de la tormenta de la pasada noche, compruebas que se te presenta el día perfecto para ir a en playa. Te preparas, coges todo lo necesario y te diriges a la playa más cercana.
Una vez llegas, sin embargo, sigue haciendo sol, pero ves que en tu cabeza comienza a crecer una nube oscura y amenazante, y que el día tan magnífico que se te presentaba empieza a torcerse. Una bandera roja y el mar removido, turbio y con residuos, hace que el día de playa que tanto deseabas se haya ido a pique. ¿Cómo puede ser que la playa esté en mal estado si hoy no llueve?
Este verano de 2018 y sobre todo durante el mes de agosto, han sido muy recurrentes los episodios de lluvias intensas a lo largo de todo el territorio de Cataluña. Estas precipitaciones, de carácter irregular y disperso, han sido muy intensas, produciendo inundaciones y la crecida de ríos en un espacio de tiempo reducido. En las últimas semanas, las lluvias han afectado a muchos puntos del litoral, alterando la calidad del agua de baño por unas horas.
¿Qué causa la alteración?
Imaginemos que estamos en una playa limpia, con el agua transparente y la arena sin residuos. Cerca de donde tenemos nuestra toalla vemos la desembocadura de un torrente seco, que no lleva agua. En el momento que una tormenta afecta la zona, y ésta aporta una elevada cantidad de agua, este torrente recupera la vida, con un caudal elevado, abriéndose paso hasta al mar.
La aportación de agua dulce en un entorno salino ya provoca la alteración de la calidad del agua, a la que debemos sumar la llegada de sedimentos (arenas, piedras) y restos vegetales (ramas, cañas, restos de plantas), sin olvidarnos de residuos urbanos (plásticos, desechos). Esto hace la suma perfecta para alterar el agua de baño durante un tiempo.
En muchos casos, además de las aportaciones por causas naturales debemos sumar la posible agua residual que puede llegar a la zona de baño. En muchos puntos de nuestro territorio no hay una separación dentro de las redes de alcantarillado del agua residual que generamos las personas y el recurso procedente de la lluvia. Esto provoca que, en episodios de lluvias intensas, estas dos aguas se mezclen, incrementando de manera considerable el caudal.
Para evitar incidencias en los sistemas de saneamiento a la hora de asumir el agua a tratar, se dispone de unas instalaciones, conocidas como aliviaderos, que en caso de aportaciones muy elevadas de agua se activan y liberan a medio el recurso que no puede asumir la conducción. Esto provoca también la alteración de la calidad del agua de baño.
¿Cómo se recupera?
Con carácter general, transcurridas unas 24-48 horas desde la finalización del episodio de lluvias, la calidad del agua de baño se recupera por sí sola. Debemos tener en cuenta, sin embargo, que este tiempo oscila en función de las características de la playa (si es abierta o cerrada), las corrientes marinas y de la meteorología.